Decisión X Sacrificio

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Capítulo 24

Decisión X Sacrificio

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De los puntos que Kurapika había señalado de importantes, ella cruzo por ellos, eliminando hormigas soldado en el proceso, silenciosa y sigilosa. Dejo su marca en la tierra, bien escondida en las esquinas.

Antes vio a los guardias reales ocupados en lo suyo, los que quedaban no eran rivales para ella, ni hablar del Rey que estaba fuera de su radar.

Buscando la habitación del estadista, oyó voces detrás de un intento de puerta. Tomando la iniciativa, tiro la puerta abajo, encontrándose a dos monstruos de lo más raros.

Una lucia como una hormiga infantil y retraída, la otra, una hormiga bastante humana y muy preñada, que vestía únicamente una bata de baño. Nada más al ver a Machi, la última empezó a gritar histérica.

- ¡Ayuda, ayuda! Soy una pobre víctima, caí preñada de un degenerado secretario de estado- Tomo el papel de víctima.

- No me importa, ¿por dónde...?- Apenas toco la alfombra cuando Hina cogió la gran y pesada tina para arrojársela. Esta se partió en dos delante de la Araña, gracias a un único filamento en su muñeca.

- E-es fuerte... ¡Oye, tú, defiéndeme!

Lo único que hizo la esclava Shodori fue ladear la cabeza varias veces para evidenciar sus nervios. Sin obstáculos que valieran la pena, Machi se adentró al salón con pasiva rapidez, sin conmoverle las suplicas o los lloriqueos.

Hina sintió peligro. Un inmenso peligro.

- ¡Para, no deberías atacar a una chica embarazada, humana descerebrada! ¡¿No tienes sentimientos, que eres?!- jadeo, no podía moverse libremente con el bulto pesado.

- No soy ninguna de esas cosas. Soy una guerrera.

Hina tembló entera y sintió que todo se desprendía de ella. Todo.

Sin embargo, no fue ella.

Su vientre se deshincho como un globo, el aura que había estado conteniendo en su interior se esfumo como humo.

- Rayos, acaba de morir.

Machi la examino fijamente, pudiendo percibir el Nen saliendo del cuerpo de Hina.

- Eres...Exorcista de Nen.

- ...Sí...

Ella contesto por inercia, le habría dicho que si a cualquier cosa menos a morir. No quería morir aún, siendo tan joven y bonita.

Machi sonrió, una diminuta y lívida sonrisa se esbozaba en sus finos labios como un gesto muy poco acostumbrado.

- Tú me servirás- La Ultima Araña depósito una hilaza en el cabello ajeno, sin que Hina se percatara- A cambio de perdonar tu vida, me ayudaras con una cosa más tarde. En cuanto termine mis asuntos, volveré por ti.

La hormiga parpadeo, incrédula pero igualmente feliz.

- ¡Sí, sabía que no podías ser mala, gracias!

Hina no lo sabía aun, pero ya estaba atrapada en una gran telaraña.

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Ponzu estaba desconsolada.

- No, por favor, no, no.

Viéndose en la obligación de parar su drama, Kurapika la tomo del hombro para sacudirla y llamar su atención.

- Es doloroso, lo sé, te lo pido; no te consumas en esta tristeza y odio, no lo hagas.

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