— S-S-Sana... ¿Viste lo que ocurrió con Son? — Después de que esa bestia que anteriormente era una coreana de estatura pequeña escapara, Mina se quedó temblando con fuertes escalofríos.
A este paso era sorprendente que no se haya desmayado, y eso para la mayor era algo bueno, porque sino sería la última gora que derramaría el vaso de su paciencia.
— ¡Sí, Mina, pero eso no importa ahora! Dame un maldito trapo o algo, necesito detener la hemorragia...
Tzuyu tenía sus ojos cerrados con el ceño fruncido completamente adolorida. Su respiración estaba agitada, y era preocupante, pues por momentos se volvía inconstante. Las manos de Sana temblaron por la impotencia de ni siquiera saber que hacer, y dado a que Mina no podía salir de su estado de shock, se vió obligada a romper una parte de la tela de su playera y hacerla en una bola para cubrir la zona del disparo.
Sí, estaba asustada por lo que Son se había convertido, pero ya nada parecía tener sentido para ella. La chica que las seguía podía oler el miedo y además hablaba de algo de un destino y del pasado que no aceptaron, Son era realmente ágil para lo que un pequeño cuerpo como el suyo podía ocupar además de convertirse en esa cosa gigante y rara. Eran tantas cosas que su cabeza comenzaba a aceptar que tal vez todo era normal. Aún así el pánico por no ver una mejoría en Tzuyu la hizo enfocarse solo en ella.
— Creo que deberías intentar sacar la bala. — Dijo la japonesa más pequeña después de salir de su trance y escuchar el pequeño sollozo que soltó su mejor amiga.
Sana abrió sus ojos, sintiéndose incapaz de hacer algo como eso. Trató de tomar el cuerpo de Tzuyu y cargarlo, pero era demasiado grande y solo la lastimaría más. Eran muchos los minutos que había pasado, y se sentía como el infierno. Vió como la Taiwanesa soltó un suspiro largo antes de calmar su rostro, y Sana solo pudo pensar en lo peor.
— No, no, no, no puedes morir así, ¡no aquí! — Sollozos desesperados soltó como si aquello fuese a ayudar en algo.
Mina solo la observó y después se sorprendió de ver cómo Chaeyoung, con su ropa desgarrada y con evidente agotamiento se acercó tambaleándose hasta recargarse en su cuerpo. En un movimiento porque no cayera al suelo, Mina la abrazo sosteniéndola en sus brazos, y pudo escuchar unos murmuros que no entendía hasta que habló más fuerte.
— Ella... E-Estará bien, sólo debo sacar... La bala. — De un empujón se alejó dela japonesa y calló al lado de Sana quien se encontraba de rodillas. Sin ninguna pizca de cuidado metió sus dedos dentro del agujero en Tzuyu ensangrentando su mano en el proceso, la menor se quejó dando señales de vida, y después en un día por tres la bala estaba a un lado de su cuerpo finalmente extraída. — Ella se recuperará sola, va a regenerarse en unos minutos pero estará desmayada mientras lo hace.
Se levantó del suelo, y como el día en que con la japonesa de cabello azabache luchó con el gran lobo, se cargó a Tzuyu en su espalda y caminó con mucho esfuerzo fuera de ese lugar de escombros totalmente deshabitado.
— ¡Un segundo! Nos debes una explicación de todo esto. Ahora nosotras también corremos peligro, y ni siquiera sabemos de qué deberíamos protegernos. — Decidida a hacer algo, Mina enfrentó a la mayor alcanzandola hasta quedar en frente suyo y exigiendo una respuesta.
Chaeyoung gruñó audiblemente, pero era cierto, Moonbyul ahora estaría sobre ellas pensando en hacerles daño para así encontrarlas. Era un dilema, pero suspiro derrotada antes de seguir con su camino.
— Siganme, iremos a una cabaña que tengo en el bosque donde no podrán encontrarnos. Ahí les diré todo lo que quieran saber.
— Espera, Mina. Taemin no nos dejará salir con ellas. — Le habló Sana corriendo a su lado en un susurro que por su desarrollado oído la coreana logró escuchar. — No podemos simplemente no llegar, nos matará si piensa que tratamos de escapar.
— Entonces tengo un plan. Moon sabe donde es que trabajan así que corren un riesgo si se quedan ahí, por lo menos unos cuanto días; así que a la media noche iré para allá, pagaré un contrato que les haga salir unos días y hablaremos de todo lo que ocurrió.
— ¿Qué? Es mucho dinero lo que vale uno de esos... Servicios.
— De eso a que mueran, creo que no es problema para mí.
.
.
Media noche, era la hora exacta y el ambiente se sentía más pesado de lo normal. Son no se aparecía aún por ningún lado, y Sana seguía preocupada por ello. ¿Realmente Tzuyu se encontrará ahora como si nada? Esa era su preocupación. Sí en verdad Son pagaba ese contrato, podría verla una vez más, y eso hacia a su corazón saltar de emoción.
Pero por otro lado, persistía el miedo a que las palabras de Chaeyoung sólo salieran para que no siguiera molestando, y en verdad, Tzuyu ya no tenía salvación.
Mina desde su puesto, no la pasaba tampoco nada bien. Otra vez dos hombres se le insinuaban, y si Chaeyoung no llegaba a tiempo entonces no podría salir esa noche sin ser castigada por el padrote de una manera inhumana.
— Vamos primor, te encantará... — Trató de seducirla, pero sus nervios comenzaban a hacerce presentes, molestando a aquellos dos hombres.
— Es que... Y-Yo...
— Ella ya está ocupada, conmigo si es que querían saber. — Su voz por primera vez causó un alivio en ella. Volteó a su lado y ahí estaba Son, con su brazo sobre sus hombros y desafiando con la mirada a los dos hombres que molestos solo se alejaron buscándose a otra.
— Vamos, querida, trae a Sana. Ya firmé el contrato. — Le sonrió tiernamente a lo que Mina sintió un calor sofocante invadir su rostro.
Las tres chicas salieron de ese lugar con mucho sigilo después de que se reunieran. Una mujer desde el fondo del cabaret las veía sin saber que sentir, miedo o felicidad, pues ella no sabía las intenciones de esa mujer con sus amigas. Sin embargo deseaba que pase lo que pase, ellas estuvieran en buenas manos.
— Suerte, chicas. — Susurró a si misma Solar sonriendo positiva de que ese era el milagro que ambas necesitaban.
La noche continuó en el cabaret, Solar se lo tomaba con calma y todo parecía estar tranquilo, hasta que el fuerte estruendo de armas de fuego y los gritos de las trabajadoras y clientes retumbaron por las paredes. Solar abrió los ojos impactada, todos huían de varios hombres que acarreaban a las personas sin distinción de aquel lugar. Cuando trató de escapar, cayó tropezando con el montón de gente, dejándola sin oportunidad de levantarse hasta que sintió el tirón de alguien sobre su brazo.
— ¿¡Dónde está!? Son Chaeyoung y las dos prostitutas que la acompañaban. — Era Moon gritando y apuntando en su cabeza el arma de fuego que en el instante en que Solar lo vio sollozó del pánico a morir ahí mismo.
— N-No tengo idea, sólo sé que se fueron...
— ¿Trabajas con Miyoui Mina y Minatozaki Sana? — Preguntó jalando de su brazo obligándola a mirarla u contestarle.
— S-Sí...
— Entonces te irás conmigo. — Sin darle tiempo a contestar, un pañuelo cubierto de cloroformo le cubrió la nariz y la boca, sofocandola y haciéndola caer velozmente en un sueño profundo.
Moon sonrió por tener a una rehén que Son no podría dejar escapar.
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El lobo que se enamoró de la luna
Fanfiction«Cuando todos te dejan atrás, te dan la espalda, y pisan tu esfuerzo de mantenerte en pié, es cuando sabes que tu vida no vale nada para nadie» Pero por ti, sé que podré resistir un poco más, sólo si me dices que me amas." Dónde Tzuyu, un lobo soli...