XXIV

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No lo dudo, en el momento en que terminó su oración, Chaeyoung se abalanzó directo a Moonbyul. Sin embargo fue interceptada por un hombre, quien por su olor, supo era el hermano de Moonbyul, Xiumin. Chan por otro lado, trató de hacer ese relevo e ir por la principal que habia provocado toda su ira, y su velocidad hizo que ésta no se diese cuenta.

Una batalla feroz se desenvolvía en el pequeño espacio, Chan fue acorralado por cinco licantropos quienes llegaban y que intentaban, no sólo inmovilizarlo, sino que también matarlo. Chaeyoung al verlo, intento quitarse de encima al hombre que con sus garras rasgaba la piel expuesta de sus brazos, causándole solo un ardor por el vapor que su cuerpo emanaba para regenerarse. En algún momento creyó que sería más fuerte, pero agradecía que no fuese así. Empujó en un descuido con una potente patada su cuerpo haciéndolo volar lejos, mientras su mente le decía que debía ayudar a Chan para así ir juntos por los más fuertes.

Mientras que éstos daban una fuerte batalla con los lacayos de los Moon, Sana tomó entre sus manos un tubo de cadmio que habia conseguido en el camino. Sigilosamente, y tras el descuido de Moonbyul por huir de ahí como una vil cobarde, le siguió he intento golpear su cabeza con aquel metal que esperaba funcionará, sin embargo no contaba con los reflejos de la mayor, perdiendo el equilibrio de su ataque y fallando su intento.

— ¡Insolente! — Moonbyul con su zapato golpeó el rostro de Sana con una fuerza que logró desubicarla. La castaña corrió a una de las mesas y de un maletin metió todo el contenido que ahí había. Eran los elixires, que por cualquier cosa, no perdería.

Pero, cuando quiso correr hacia la salida secreta del sótano, un tunel que la llevaba lejos del bosque, Sana tomó su pierna haciéndola caer.

Chaeyoung quién había terminado con la vida del último que intervenía, notó el acto de Sana, entonces fue que ordenó a Chan ir por Xiumin quien volvía a levantarse y ella se encargaría de Moon. Habían sido derrotados fácilmente, sospechosamente fácil.

Por el comunicador que traían, pidieron refuerzos, necesitaban sacar el cuerpo de Tzuyu ya, siendo Woojin y Jeongyon los encargados en apoyarlos. Además que, sabian algo peor se avecinaba. Era extraño que tanto tiempo les tuviesen tanto temor para que en menos de diez minutos ellos se llevarán la victoria. No se preocuparon por los guardias y personas ajenas que intentaran intervenir, pues Wooseok y E'dawn se habian convertido en bestias absortas en ira que a cualquier amenaza no dudaban en devorar.

En cuanto Woojin y Jeongyon llegaron  a ayudar notaron la escena de sangre y cuerpos sin vida del lugar. No les importó, desgraciadamente las cosas debían ser así si querían la paz.

— Lleven a Tzuyu a un lugar seguro. — Ordenó Chaeyoung luego de apresar a Moon quien se encontraba extrañamente tranquila. — Momo y Mina deben estar listas para el escape, no tardan en venir todos los miembros de esta manada, y tal vez, los aliados.

Jeongyon asintió, pero la risa de Moonbyul le hizo detener su caminar.

— Oh querida, yo no confiaría en ellas así de fácil. Pueden ser hermosas, pero ambas son unas putas traicioneras. —Rió presa de Son, quien enfurecida trono uno de sus huesos para quebrarlo y dejarla inmóvil de su brazo derecho, sacandole un grito de dolor. — ¿A caso miento? Momo era de esta manada y prefirió abandonarnos por la corta leña... Pero, ¿en verdad creíste que era porque te amaba? Nunca te preguntaste, Yoo, ¿por qué no fuimos tras de ella? — sonrió con sarna. Jeongyon con ira la fulmino, pero no dijo nada. — Y tú, Son, ¿en verdad caíste tan bajo por una humana? Le diste tu cuerpo y alma, pero ella solo te utilizó...

Un golpe seco resonó por la habitación. Chaeyoung le había arrebatado el tubo de cadmio a Sana, y sin importarle que le quemase la mano, golpeó con este la mejilla de Moon atravesando parte del metal en su rostro. Pero ella, no hizo ruido alguno, ninguna queja, ninguna mueca, nada. Sana por su parte, temblaba de horror y nerviosismo de pensar en que su amiga podría ser descubierta en una situación completamente poco favorable. Sus sentimientos estaban a flor de piel, y por ello, sabía que él secreto de Mina a pesar de ser una mentira piadosa podía desatar en Son una mayor ira que lo que Moon le hizo pasar. O eso creía ella.

— Ya hablaste mucho, Moon, pero aun necesito que me digas... ¿Qué hiciste con Tzuyu? — Amenazó a punto de robar su cabeza. Son no la mataba únicamente porque necesitaba saber  como sanar a Tzuyu.

— Puedes irte despidiendo de ella, o tal vez tenga una mejor idea... — Una descumunal fuerza hizo temblar el suelo, la respiración de Moonbyul era entrecortada, y su apariencia lentamente cambiaba presa de la adrenalina en sus venas.

Nadie lo había notado, pero del maletin antes de ser apresada, la castaña se inyectó un suero verde, dejando los restos tirados en el piso. Woojin miró los restos y apartó a Sana del frente para colocarla detrás suyo protectoramente al sentir como Moonbyul estaba sufriendo un cambio bestial.

Xiumin sonreía al ver su nueva creación desde los brazos del confundido Christopher, que en un descuido, aflojó el agarre. Xiumim con la misma velocidad que Chan, tomó por la espalda a Son quien no pudo reaccionar hasta sentir el piquete de una jeringa en su cuello. Por el dolor en su cuello, Chaeyoung soltó un grito de ira, dejó el cuerpo sin cuidado alguno de Moonbyul y se abalanzó contra el doctor para descusrtizar uno por uno las partes de todo su cuerpo seguido de sus agonizantes gritos de muerte. Sin embargo, la castaña Moon ni se inmutó ante la rápida y dolorosa muerte de su hermano.

— Tú y Tzuyu podrán hablarse con aullidos luego de esto. ¡Ustedes estan condenadas! — Entonces fue que el cuerpo de Moon se transformó en una bestia sin forma tras ser liberada d agarre de Son. A diferencia de Chaeyoung, E'dawn o Wooseok quienes aparentaban un lobo gigante con ciertos rasgos humanos, Moon era sólo una gigante con unas garras espantosamente afiladas.

Sana fue la primera en correr fuera del sótano, ayudando a Woojin con el cuerpo casi inerte de Tzuyu en cuanto vio el techo empezar a despedasarse por el tamaño de la bestia que destrozaba lentamente los pilares de la habitación. Chan tomó el maletin que Moonbyul había soltado sin que se diesen cuenta. Y cuando Chaeyoung quiso salir, la risa desesperante de uno de los cuerpos enemigos que pensaba estaba muerto, acabó con su cordura y decidió quebrar su cabeza al paso de que salía de la habitación, dejadolo sin vida asegurándose de no dejar testigos.

Sana quiso adelantarse para encontrar una salida, pero no sólo la bestia estaba detrás de todos ellos, también por cada una de las salas habían demasiados integrantes de la manada que aullaban como símbolo de pelea. Corrió por muchos lados, Jeongyon acababa con cada uno que intentase intervenir, pero estaba exhausta, y parecía no haber salida. En su descuido, Sana chocó con un enemigo haciéndola caer al suelo, y temiendo por su vida, cubrió su cabeza. Woojin mantenía el cuerpo de Tzuyu en su espalda, pero esto le impedía pelear, Jeongyon y Chaeyoung batallaban arduamente con los enemigos gracias a sus garras o con feroces mordidas, sin embargo cada vez les costaba más derrotarlos. Estaban muertos.

El enemigo que había caído con Sana tras el choque los miró, Chaeyoung estuvo a segundos de acabar con su vida de forma automática, y al mirarlo su enojo se elevó al máximo. Todo había sido culpa suya. Sin embargo su voz detuvo todo su actuar, él chico se veía pálido, arrepentido, y sobre todo, sucio de sangre. Como si hubiese peleado antes con alguien más, y él olor no le indicaba a nadie que ese carmesí fuese de sus aliados.

— ¡Por favor! Se que cometí un error, pero no puedo vivir con eso... ¡Déjenme ayudarlos a salir!

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Actualización de mis dos fics, arhe

El lobo que se enamoró de la luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora