XXVIII

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— Bien, por dónde empiezo... — Dijo nerviosa Chaeyoung.

Todos se encontraban en la sala, de brazos cruzados y algunos más intrigados que otros, incluyendo al castaño Wang. Aprovecharon que Solar había caído ante los efectos de la morfina, y su agobio por fin había sido ligeramente tranquilizado, por lo que sus gritos y quejidos de dolor habían cesado.

— Soló dinos exactamente qué eres. — Rompió el silencio Sana, la única que no comprendía aún el mundo en el que ahora estaba involucrada.

— Si te soy sincera, ni siquiera yo lo sé. Como había dicho, yo era como Tzuyu, me convertí gracias a... Alguien. — Apretó su propio brazo y giró su cabeza, le dolía intentar recordar aquello. — No tengo mucha memoria de lo que pasó, solo un día era lobo y al otro estaba convertida en una bestia. Ese alguien me tomó y me convirtió en su conejillo de indias, prácticamente fui su experimento. No se cuanta cosa me habrá inyectado, pero lo único que se hasta ahora es que soy capaz de convertirme en un Mounstro y además de no morir nunca. O al menos no sé de que forma podría llegar a matarme, lo he intentado pero... Nada da resultado, ni siquiera cortarme la cabeza.

Los presentes callaron ante su revelación, si eran sinceros, ellos sólo querían escuchar como su extremidad pudo recuperarse tan rápido, pero en parte lo dicho por ella comenzaba a cobrar sentido por todo lo sucedido.

— Y tú...

— ¿Mi cabeza? Digamos que al quedar parte de mi columna vertebral intacta, de ahí empezó a surgir una especie de huevito que poco a poco se fue convirtiendo en mi cabeza, luego sólo la rompí y nació un nuevo yo. Con relación al cerebro, no lo sabría explicar, pero todos mis recuerdos siguen intactos por lo que yo supongo que algo relacionado con la sangre y los genes hacen que se guarde toda esa información en otra capsula para luego suplantarla en un nuevo cerebro.

Pero, por su lado Jeongyon se quedó pensando en otra cosa, algo de todo lo dicho comenzaba a encajar con todo el asunto.

— ¿Qué pasó con aquél que te hizo esos experimentos?  — Dijo la peli azul con su mano en su mentón, sin ver a nadie, hablando más que nada consigo misma. — Moonbyul tenía muchos sueros, era como una especie de mini laboratorio, y es la unica que era capaz de transformarse en algo como tú...

— De hecho, Tzuyu también tiene tendencia a poder hacerlo... — Susurró la ahora rubia.

— Pero aún así, fue algo creado. ¿Cómo fue que conociste a Moonbyul?

Chaeyoung se estremeció ante la conclusión a la que Jeongyon estaba llegando, y ver que los demás lentamente comenzaban a comprenderlo, le hizo sentir como algo indefenso.

— E-Ella... Ella y yo estuvimos juntas en varios de los experimentos.

Woojin golpeó la mesa de centro, con rabia, ¿así que haci nació todo?

— ¡Tú lo sabias!

— ¡No! Ocurrió algo en ese laboratorio, y-yo... — Suspiró tomando el valor necesario para poder soltar todo lo que había cargado consigo desde hace años. Tantas veces quizo ocultarlo, pero ahora, por el bien de todos era necesario revelarlo. — Yo, en uno de los últimos experimentos que sufrí, me convertí en bestia y... Asesine al doctor. Luego de eso, nunca supe que ocurrió con Moon hasta que un día me buscó y me capturó, empezó a extraerme litros de sangre y a partir de ahí todo surgió. Yo nunca fui testigo de sus planes, únicamente sufría sus consecuencias. Recuerdo vagamente que ella estaba obsesionada conmigo pero...

— Ella estaba obsesionada con la perfección. — Momo soltó, recordando sus momentos en ese clan. — Quería la raza perfecta.

Momo volteó a mirar a Jackson, quien se encogió en su lugar esquivando esa mirada. No hacía falta que le dijera algo, con su simple mirada lo estaba obligando a decir todo lo que sabía, porque de eso estaba segura. Jackson tenía las últimas piezas para juntar todo ese enrrollo.

— Ella... Quería crear una especie de raza pura, incluso más que los de sangre. Más fuertes, más listos, y sobre todo, que fueran inmortales.

— Ja, ¿un Hitler con orejas y cola de perro? — Bromeó Jeongyon con toda la sátira en su voz.

— Moonbyul sabía que la única con esas características era Son. Por eso estaba traumada con su captura. Todo eso sobre matar a los impuros era jna farsa, hasta sierto punto. Lo que ella quería era probar el elixir en todos los individuos posibles, y quien pudiera sobrevivir a ello entonces era digno de pertenecer a la nueva raza.

Todos escucharon atentos. Chaeyoung palidecio siendo consiente de lo que era. Un monunstro.

— Entonces... Nuestros hermanos... — Dijo Chan con la voz entrecortada.

— Ellos seguramente no lograron ser compatibles y murieron en el proceso... Yo... Lo siento.

El silencio reinó, pocos segundo después el sollozo de ambos chicos, Chan y Woojin, sonó. Era todo tan cruel.

— ¿Cuántos sobrevivieron a las transformaciones?

— Nadie. Los únicos capaces de hacerlo fueron Moon y Chaeyoung, y bueno, Tzuyu aunque de otra forma.

— ¿Y qué hicieron con Tzuyu? — Habló por fin Chaeyoung, con la esperanza de tener una solución.

— Moon siguió con sus experimentos y sabiendo que Tzuyu tenía parte de tu esencia, Son, la utilizó para probar sus experimentos utilizándola a ella. Al ver cómo Chaeyoung, siendo la única con las características de la "raza perfecta", no era como el modo que quería, Moonbyul quiso practicar el experimento completamente a la inversa. Con la intención de que Chaeyoung perdiera su poder...

— ¡Entonces Tzuyu...! — Gritó Chaeyoung comprendiendo sus palabras.

El sonido de cosas romperse y quejas provenientes desde el segundo piso alertó a los presentes. Rápidamente Chaeyoung corrió entendiendo que esos sonidos venían de la habitación de la menor. Abrió la puerta con desespero, algunos la siguieron a excepción de Sana que fue retenida por Chan al protegerla de la amenaza que podía ocurrir ahí arriba.

— ¡Sultame, necesito ver que ocurre! — La japonesa pataleo intentando safarse de los fuertes brazos del australiano, pero este no la dejó.

— ¡No! No dejare que te hagas daño... — Un pitido sonó en sus oídos, un fuerte latido sucumbió su cuerpo, y a su vez una gota de sudor frío recorrió su frente. ¿La estaba protegiendo? Oh no...

Chaeyoung miró dentro de la habitación, todo estaba oscuro y la luz no encendía tras haberse roto el foco. Intentó buscar con su mirada dentro, pero en la cama ya no estaba ese cuerpo que descansaba. Un gruñido resonó en la habitación, al mirar por donde provenía ese ruido, su mayor pesadilla se hizo realidad.

El gruñido pasó a sonar como un lloriqueo, ese peculiar sonido de un cánido cuando llora. Cuando Woojin llegó con la linterna, fue que todos observaron la tragedia.

Tzuyu no era una bestia, sino que había vuelto a su cuerpo antiguo. Frente a ellos estaba ese enorme lobo negro de ojos rojos, con su espalda erguida en una esquina, mirando aterrorizada y pidiendo ayuda a quienes la miraban.

— Oh no... Tzuyu... — Chaeyoung sin importarle nada corrió a su encuentro. El lobo sollozo más fuerte, dejando salir sonidos incomprensibles. — Tzuyu y-yo... Yo no te entiendo... ¡No sé que dices!

Chaeyoung se soltó a llorar abrazando el fino pelaje del animal. Todos se conmovieron ante la escena, pero ciertamente era imposible no sentir lástima ante lo que había ocurrido.

— E-Entonces... Todo lo que Moon le inyectó a Tzuyu... — Habló Jeongyon anonadada.

— Si... Era para transformarla de nuevo y no poder hacer que vuelva a su forma humana...

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S P A M

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El lobo que se enamoró de la luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora