Capítulo 9

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Carlos.

Al llegar a la sala de visitas vi a Silvia, hoy se ve hermosa, siempre lo está pero tiene un brillo especial, me acerque y el brillo en sus ojos cambió. Se nota cansada pero no pude hacer más que mirar esos labios preciosos y besarla.
Silvia es esa persona que no puedes perder, es una muy buena persona, es amable, amorosa, carismática, tiene mucha simpatía, es honesta, tiene carácter fuerte y a la vez es dulce, su sonrisa es como una medicina que te sana del dolor del alma, es divertida, con ella puedes hablar de absolutamente todo desde lo más serio hasta lo más insignificante.
Silvia es esa mujer completa, sus abrazos son los mejores, sus besos son suaves caricias, su voz es una bella melodía para mis oídos, sus caricias son suaves y tiernas.
No podría verla triste, remediaré todo el daño que le hice, borraré todas las lágrimas que derramó por mi, la abrazare hasta que su corazón este completamente sano y fuerte, besaré esos labios hasta que vuelvan a pertenecer a mi, acariciaré su cuerpo como si ella fuera de un cristal precioso y muy valioso.

Te amaré más que antes.
Te amaré hasta el infinito.

Pasamos un momento muy bonito, reímos, comimos, hablamos, nos besamos y abrazamos. No quería separarme de ella pero lo tenía que hacer, nos despedimos con mucho amor.
Al volver a mi celda estaba Víctor quien al verme sonreír empezó a molestarme.
Víctor- esa sonrisa tiene el nombre de Silvia Navarro.
Carlos- así es... La amo tanto.
Víctor- que lindo verte así de feliz.
Carlos- lo estoy, ella es mi felicidad.
Hablamos por un rato, luego con algo de cuidado pagué por las llamadas al dueño del teléfono, al volver nuevamente a mi celda llegó un oficial.
- Ferro tienes visitas.

¿Es Silvia?...

Fui con el oficial hasta la sala de visitas encontrandome con Hugo.
Carlos- Hugo! ¿tienes novedades?
Hugo- así es Carlos.
Me senté al mismo tiempo que él, el tiene un gesto que no me decía nada, me pregunto si son buenas o malas Noticias.
Carlos- dime que sucedió.
Hugo- conseguí que la vecina del departamento de Silvia confiese, reuní las pruebas suficientes y se las presentaré a un juez.
Carlos- ¿eso que quiere decir?
Hugo- en una semana sabremos si quedarás libre o no.
Carlos- ¿es en serio?
Hugo- obvio.
Carlos- gracias, muchas gracias.
Hugo- de nada.
Carlos- y... Perdón por las veces que te trate mal.
Hugo- esta todo bien.

*

Una semana después estoy aquí frente a un juez, siento que mi cuerpo tiembla de pies hasta mi cuero cabelludo, Hugo esta a mi lado defendiendo mi caso.
Silvia me visitó tres veces en esta semana, mordi mi lengua para no decirle que quizás este libre, quería que sea sorpresa, me veía y sospechaba que le estoy ocultando algo pero aún así no me dijo nada.

El juez se retira y siento que los minutos son horas. Luego sale nuevamente, dice una serie de cosas y lee las pruebas.
Juez- Carlos Ferro usted esta libre de todas las acusaciones.
Mi corazón late como si saltará de la felicidad, un nudo se formó en mi garganta, tengo ganas de gritar, de llorar y salir corriendo a buscar a mi amor.
Hugo- lo hicimos Carlos, estas libre.
Carpas- gracias Hugo, muchas gracias... Gracias Juez.
Digo mirándolo, el sonrió y luego se levanta para irse.
Hugo-debes volver a la comisaría para firmar unos papeles y recibir tus pertenencias.
Carlos- vamos de una vez.
Pasan algunas horas mientras firmo papeles y espero para que me digan que ya puedo salir.
Después de que me dicen que puedo salir, pongo un pie fuera de prisión respirando el aire.

Libertad.

Subo al auto de Hugo, me llevará a comprarme ropa para estar presentable para Silvia, en todo el camino miro por la ventanilla, observó todo, las calles, las casas, las tiendas, a las personas, extrañaba todo, miro las plantas con las flores, me sorprende que antes no prestaba atención a esas cosas y ahora me doy cuenta que extrañe el aroma de una flor, extrañe ver el extenso cielo celeste con el sol que calienta mi piel, extrañe ver las fuentes, extrañe ver a los animales que hay, amo la libertad.
Hugo- aquí podemos comprar.
No me di cuenta en que momento llegamos, bajamos para entrar a la tienda de ropa, mire la hora, es 18:45 pm.
Compré un jeans azul con una camisa color negra y unos zapatos del mismo color. Salimos de aquel lugar y Hugo me llevó a su casa para que me pueda dar un baño. Tardé algunos minutos más, esto se hacia cada vez más largo y eso me pone aún más nervioso. Me despedí de Hugo no sin antes darle un abrazo.

A las 20 horas ya me encontraba en la puerta nuestra casa, había pedido no ser anunciado, respire profundo y toque el timbre. Escuché los pasos de alguien, la puerta se abrió y pude ver su rostro. Esta dudando si soy Real o no.
Carlos- Sorpresa mi amor.

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Contigo Quiero estar, NavarroFerro (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora