Contigo Quiero estar, NavarroFerro (Completa)

Capítulo 27

Holaa!
Perdón por no actualizar seguido pero no podía escribir por un problema que tengo en la mano. Aquí les dejo un capítulo y espero sus comentarios y votos.
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Silvia.

Estoy frente al espejo, quise que me dejarán sola así que todos se fueron de mi habitación, miro mi reflejo, mi mirada tiene un brillo hermoso, no puedo dejar de sonreír y me siento hermosa. Mi peinado lo escogí yo, es todo mi cabello recogido dejando mi rostro y cuello al descubierto, mi maquillaje es natural, nada llamativo. El vestido es blanco y de encaje, es largo y deja al descubierto mis hombros, el zapato es hermoso aunque no se vea mucho.

Pienso que valió la pena todo el recorrido de mi vida, más allá de que discutamos con Carlos, él es el amor de mi vida. No recuerdo aún en que momento me enamoré de el exactamente, empecé a verlo de una forma diferente desde aquella vez que fuimos con un médico por mi embarazo, aunque después pasó lo que pasó, de todos modos se quedó en mi mente y mi corazón.

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Camino rápidamente ignorando mi duda de si hablar o no con él. Suena extraño que le dije un sin fin de veces que me dejará en paz y que yo sola me haría cargo de este bebé... Sin embargo, ahora voy en busca de Carlos porque siento que mi cuerpo tiembla y no logró calmar mis nervios. Lo veo con sus amigos en una esquina.

Silvia- Carlos... ¿puedo hablar contigo?

Él esta serio, frunce el ceño cuando sus amigos lo molestan, me toma del brazo y nos alejamos solo un poco.

Carlos- ¿pasó algo reina?

Silvia- sé que te dije hasta groserías pero no puedo tranquilizarme y tengo mucho miedo.

Carlos- ¿me dejas ayudarte?

Acaricia mi mejilla, lejos de sentir rechazo me hace bien.

Silvia- quiero que me acompañes a el médico. ¿puedes?

Carlos- claro... Sabes que aún sin tu autorización estaría allí aunque no me veas.

Silvia- lo sé... Me asustas muchas veces, pero de todas formas Gracias.

Carlos- siempre estaré para ti mi reina.

Silvia- ya te dije que no soy una reina... Mucho menos tuya.

Carlos- lo eres, desde que te vi llegar... Siempre serás mía y mi reina.

Enmudeci, no supe que decir. Me tomó de la mano y me subió en un auto negro, el conduce mientras voy a su lado.

Silvia- ¿es tu coche?

Carlos- si... También tuyo.

Silvia- deja de decir esas cosas.

Carlos- es la verdad.

Llegamos al consultorio, me recuesto en la camilla y el doctor me coloca un gel frío en mi vientre para luego deslizar sobre el un aparato. Miro a Carlos que me toma de la mano y besa el dorso, ambos miramos el monitor.