Capítulo 23

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Emma.

Dos meses encerrada en este lugar que es muy frío, dos largos meses donde no pude bañarme bien, el sol no calienta mi piel, no puedo apreciar las hermosas estrellas o la Luna, pero lo más doloroso de todo es que no puedo admirar esos ojos verdes que tanto amo.

Extraño a Silvia, extraño su sonrisa, sus abrazos, sus bromas, hasta extraño cuando se enojaba y nos regañaba a Dylan y a mi. También extraño a Carlos y a Dylan, ellos son mi familia, llegue a creer que no volveré a verlos jamás. Recuerdo que la pasamos muy bien ese día domingo cuando Silvia volvió de su viaje de trabajo, nos lleno de besos y abrazos. Ese hermoso día dormimos todos Juntos, fue uno de los mejores días que la vida me regaló.

Este colchón es muy fino, mi espalda duele pero ya me acostumbre, ese señor no me da de comer o beber agua, cada vez que lloro me grita horrible, a veces me muestro rebelde pero me golpea, me golpea recordando algo pero no sé que es, parece desquitarse conmigo.

Me trajo ropa, me vestí con eso aún sabiendo que no estaba limpia pero al menos esta mejor que el uniforme escolar que llevaba puesto hace dos meses, recordar que mi cumpleaños lo pase sola es doloroso, este fue peor que el anterior donde mi mamá se olvidó, mi papá me dio un abrazo y una pulsera bañada en oro eso fue perfecto pero fue una semana después de mi cumpleaños ya que también se le olvido.

El señor vuelve ya cuando estoy vestida, antes me dijo que vendría por mi para irnos a un lugar.

Facundo- Vamos, nos esperan.

Emma- yo no pienso ir a ningún lado.

Lo reto, se que va a golpearme pero no quiero ver como le hace daño a mi tía Silvia, no soportaría ver eso.

Facundo- ella tiene que verte... Vamos que el viaje es algo largo.

Emma- no iré con usted... Ella ama a mi tío Carlos, y si me ve en estas condiciones lo odiara aún más porque usted es un hombre muy malo.

Digo gritando, el se acerca peligrosamente, agarra mi cabello y lo jala hasta que empiezo a llorar.

Facundo- no me levantes el tono de voz... Silvia va a ser mía.

Emma- ella jamás será de usted... Aunque vuelva a nacer ella jamás se fijaria en un ser despreciable como usted.

Jamás le dije algo así a una persona pero simplemente este hombre es muy malo, si voy a morir al menos le di batalla y le dije la verdad. Pase días llorando pidiendo morir y quizás llegó el día.

Facundo me arroja al piso, golpea mi rostro haciendo que de mi labio empiece a salir sangre, luego se aleja para quitarse el cinturón y lo envuelve en su mano. Se acerca lentamente, mi respiración es entrecortada, tiemblo y sólo pienso en toda mi familia. Le doy mi espalda cubriendome el rostro con mis brazos, el cinturón choca contra mi espalda provocando un dolor intenso por la fuerza que me golpeó, grito cuando vuelve a golpearme en el mismo lugar, luego en mis piernas y arden.

Emma- ¡basta! ¡ya no más!

Grito pero el no me escucha, el cinturón toca mis brazos, mi abdomen, no soporto el dolor, el cinturón logra cortar mi piel provocando ardor, quiero levantarme y correr pero mis piernas no me responden. Mi cuerpo no me responde entonces sólo cierro los ojos dejándome caer.

Contigo Quiero estar, NavarroFerro (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora