CAP. 34 Recuerdos.

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27 de Febrero.

Alba POV

Habia pasado mucho tiempo desde que solicite lo de la galería de arte ¡y me cogieron! A día de hoy estoy pintando allí y mi jefa está bastante contenta con migo. Ahora estaba en casa, como no, con María, yo estaba dibujando un nombre en mi libretita y ella..bueno, con sus macarrones.

-¿Que dibujas? -dijo mientras se limpiaba con una servilleta-

-No te interesa mucho. -pase de ella-

-Estas de coña ¿no?

-¿Como dices? -la mire-

-¿Estas enfadada o algo?

-No debería. -segui pintando-

-Emm bueno, pues..

-Joder María si es un nombre. -dije refunfuñando-

-Mira que lo sabía ¿qué nombre es?

-¿Tu te acuerdas que aveces nombras a una tal "Nat"?

-Claro. -se puso algo roja y bebió agua-

-Pues ese nombre, creo que es de chica ¿tu que opinas?

-Pueda ser, no se por qué lo digo, supongo que me confundo.

-¿Con quien te confundes?

-No se Alba, yo también tengo recuerdos.

-Eso me da más ganas de preguntarte, y por como me contestas me da que no quieres más preguntas.

-Me gustaría contestarte a todas, pero es complicado..quizás tengas que saber tu sola quien es esa o ese tal Nat.

-Creo que es un diminutivo de nombre, sería raro que alguien solo se llamase Nat.

-Es tu oportunidad de ayudarte a ti misma, te apoyo a que intentes acordarte de esa Nat.

-Me acabas de decir que es chica.

-Me cago en la puta.

-Te quiero, y esta bien, me las apañaré.

Nat, que sorprendente, una chica, y ese solo es un apodo, Nat...¿y si Nat es un nombre artístico? como el de Eilan, bff vaya desmadre ¡ni idea! Pero me tenia que ir a la galería de arte, era hora de trabajar, me puse un gorro, ya que tenia frío y cogí un taxi rumbo allí.

••

-¡Hola Alba! Me alegra verte otra vez, siempre puntual ¿eh? -me decía mientras me acariciaba la mejilla-

-¡Si! -me rei- me gusta mi trabajo.

-Me alegra escuchar eso, ahora ves a tu habitación y cualquier cosa que necesitas ven a buscarme, o a mi empleada.

Se fue sonriéndome y yo me fui a la habitación donde pintaba, no sabía quien era esa empleada pero bueno, si necesitaba algo la buscaría y ya esta. Hacia una tarde perfecta para pintar, los pequeños rayos de sol me ayudaban a concentrarme.
Al cabo de media hora me di cuenta de que me faltaba color negro y me esperaba una gran aventura buscando a esa empleada. Me perdía entre los inmensos pasillos ¡aquello parecía un laberinto!

-¿Buscas algo? -me dijo una chica alta y pelirroja-

-A la empleada.

-¡Yo soy la empleada! ¿Que necesitas?

-Pintura negra, por favor. -le dije sonriendo-

-Sabes que pasa, que termina mi turno ya y justamente la pintura hay que buscarla en el gran almacén, llamaré a Natalia para que te acompañe y te lo de ella.

Tú Mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora