CAP. 31

2.3K 102 27
                                    

10 de Enero

Alba POV

Habia entregado un currículum para una galería de arte que querían talentos jóvenes, estaba muy ilusionada, quería ver que me deparaba.

-Estos macarrones me dan la vida.

-Lo sé, están que te cagas.

-Por primera vez en mi vida se lo que quiero.

-¿Y que quieres?

-Ser catadora de macarrones.

-Maria siento quitarte la ilusión pero eso no existe.

-¿Y que me dices de los catadores de tortillas?

-Pero eso es un concurso.

-¿Y los catadores de vino?

-Bueno esos...esos lo llevan haciendo toda la vida tía, nunca han catado macarrones.

-Pues yo lo haré.

-¿Y que piensas hacer?

-Ya me las apañaré.

-Joder, te eh visto de presidenta con carteles por toda la ciudad de macarrones.

-Tu dame ideas que verás, por cierto ¿has hablado con Nat?

-¿Que dices, que Nat?

-Coño nada me rayado. -se tenso- ¡me cago en la puta! -grito por que se le había caído un macarron-

-¿Quien narices era..-me corto-

-Nada nada que me habia equivocado joder. -la miré pensativa- ¿qué mierda miras?

-¿Que mierda me ocultas?

-¡¿Que mierda te voy a ocultar?!

-¡No se joder, estoy harta de esta mierda!

-¡¿PERO QUE MIERDA?!

-¡NO SE, MIERDA EN GENERAL JODER!

-¡DEJA LA MIERDA!

-¡QUE NO SE COMO DEJAR LA PUTA MIERDA MARIAAAAA!

Tocaron al timbre.

-¡Haber quien mierda es! -abrio maria- ¿Que mierda quiere?

Era una señora de unos 40 años al parecer, con el pelo negro, ondulado.

-¿Que os pasa con la mierda? Tengo niños pequeños y menos mal que están durmiendo ¿podrían parar?

Que vergüenza.

-Si claro.. disculpe.

María iba a cerrar, pero esa señora me sonaba de algo.

-Oiga. -le dije-

-Dime.

-Me suena ¿podría decirme su apellido?

-Lacunza, y si, tu a mi me suenas también...creo que ya caigo en quien eres, Alba Reche ¿no?

-¡Si! vaya -rei- ¿y de qué me conoce?

-Pues..-miraba a María que creo que negaba con la cabeza por lo poco que pude ver ya que miraba aquella señora- no me acuerdo de que pero se quien eres, en fin chicas, espero que no discutáis más, hasta luego.

Cerro la puerta.

-¿Que cojones tía? ¿De qué me conoce?

-Yo que se, pero me eh sentido como una niña pequeña cuando nos a dicho eso.

-Ya, yo también sentí vergüenza.

-Siento haberte gritado.

-No pasa nada María, estoy acostumbrada.

Tú Mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora