Tú Mirada.

CAP. 24

25 de Diciembre.

Alba POV'S

Cinco días de aquello, de aquella locura que cometí.
Estos días me e estado preguntando si la quería, si la quería de verdad y no solo era atracción.
Y si, la quiero, me vuelve loca.
Pero ella no podía saber eso, por alguna extraña razón una parte de mi me decía que me perjudicaría. Le comenté a Marina lo que pasó, tampoco quiero que mi hermana viva una mentira, aunque cuando la veía con Natalia las veía felices.
No quiero estropear nada pero, me irrita bastante que este con mi hermana, que se den besos, que se digan cosas bonitas, que se sonrían, que todo eso lo hiciera con mi hermana me ponía enferma.

Por que a Natalia la quería para mi.
Me engañaba cada día de que no me gustaba, pero es que desde que me gustan las mujeres, me e fijado más en nuestra situación y, la e querido, y la quiero.

Supongo que ella no siente nada por mí...solo hay que verme, me e comportado fatal con ella, e sido una estupida, una arrogante, una provocadora, y lo mejor de todo es que no se por qué fui así con ella.

Ella fue la primera mujer en atraerme, aún siendo hetero, y ahora que sé con certeza que me gustan las mujeres, me doy cuenta de que Natalia me pone muchísimo, y la quiero.

No la quiero perder, tampoco entiendo por qué me siguió el beso, ni por qué me dijo "que bonita eres" o por qué a pesar de todo lo que a tenido que pasar con migo, siguiera ahí.

Era un encanto, no me podía permitir echarla a perder. Soy una chica con bastantes inseguridades, esas inseguridades no me permiten decirle a Natalia "me gustas" además de que se que yo que ella no le gusto nada. O eso creo..

Marina estaba muy borde y seca con migo, supongo que es normal, me sabe mal por ella, por que amo a mi hermana pero es que no podía más con esta situación. No podía seguir sabiendo que la chica que me gustaba había follado con mi hermana, se besaban, se decían cosas bonitas, y todo eso casi en mi cara. Es que no podía. Aunque sabia que Marina y yo discutiremos muchísimo.

Fui muy radical y cuidadosa en decírselo pero, esta borde. Con Natalia también, la ve y se va hacia otra dirección, Natalia no se atreve a hablarle, y es normal, si yo fuera mi hermana estaría echa mierda, como esta ella.

Le dije a Maria que por fin me di cuenta de que me gustaba Natalia, y se echó a reír. La entiendo, después de todo lo pasado que yo venga ahora diciendo que me gusta suena muy raro. Pero me abrazó y me dijo "con que tu seas feliz, yo seré feliz, además, esa chica es muy buena, y esta buena" ¡está María!

De todos modos desde el momento del baño Natalia y yo ya no hablamos, solo contacto visual, y alguna que otra vez se sonrojaba, me hacía gracia la situación. Quizás fui muy directa pero ella no se echó para atrás ni me frenó. Eso me da que pensar.

Ahora me encontraba en medio de la cena, hoy cenábamos todos juntos, todos los domingos, de verdad, que asco de cenas.

-Tu rubiales. -dijo mi padre-

-Papa, somos las tres rubias. -dijo mi hermana-

-Tu hermana coño. -me señalaba mientras tenía una botella de cerveza en la mano-

-Que pasa. -le dije sin mirarle-

-¡Que me mires niñata! -me grito-

Le miré. Mi madre estaba asustada con la cabeza baja y mi hermana le mirada atravesandole la mente, inmóvil

-Me e enterado de que te has echo bollera.

Me tense.

-No te convienen esos temas.

-Bien que fuisteis tú y tu amiguita el otro día a follar en una casa ajena eeeeh.

Me enrabie. Mi madre le miró y abrió los ojos, mi hermana me miró sorprendida. A saber en qué chica pensó mi hermana, y mi madre.

-¡Papa, vete a la putisima mierda! -me levanté rápido y tire la cerveza de un manotazo-

Me baje a la calle, fumando un cigarro..no podía más. Mi padre cada día estaba más borracho y agresivo.
Pasados unos minutos me encendí otro con la esperanza de que me aliviará, aunque ese humo solo estaba marcando la fecha de mi muerte. La vi a lo lejos.

Sí.

La vi a ella.

Se acerco a mi patio.

-¿Que haces a estas horas aquí? -me dijo-

-¿Y tu? Es muy tarde para ir por la calle.

-Me iba a casa ya, vengo de casa de Marta ¿estás bien? Te noto algo ansiosa fumando ese cigarro.

-Ya..bueno, mi padre está borracho y me a gritado sandeces...estupideces, ya sabes.

-Vaya...¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor? -me miraba preocupada y con tristeza-

-No te entiendo. Te lo e echo pasar muy mal y sin embargo...sigues aquí.

-Ya...eso es agua pasada, se que fuera del instituto eres tú de verdad, eres un encanto.

Tiene tanta razón.

-Lo siento mucho, de verdad.

-Disculpas aceptadas.

Me sonrió. Es un amor, no puedo seguir comportandome mal con ella, la quiero de verdad.

-¿Me puedes dar un besito? -le dije-

-¿Te sentirías mejor si lo hiciera?

-Sí.

-¿Donde te lo doy?

-¡Natalia!

-Jaja esta bien.

Estábamos algo nerviosas, pero me dio el beso, que duró cinco minutos aproximadamente. Los mejores cinco minutos del día. Me transmitía felicidad estar con ella, cada día la quería ver más y más, aunque una parte de mi me decía que no me pillase mucho, tengo que reparar lo que me hice sufrir en el pasado..y pienso yo, si me besa y todo eso, es por que algo sentirá por mi ¿no? Eso espero..tampoco quiero hacerle más daño pero se que la e querido, y la quiero.

De echo hace dos días hice un cuadro de todo lo que sentía por ella, y cuando miraba por la ventana, había veces que la podía ver a ella, a lo lejos, en su cuarto, con una guitarra. Debe cantar precioso.

Natalia Lacunza ¿qué me has hecho?