CAP. 20

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15 de Noviembre.

Es raro.
Supongo que para mi siempre va a a ser raro.
Pasaron días de aquellas palabras de Alba, las cuales creo que son inciertas.
Marina y yo hemos quedado mucho, y la verdad notaba cierto feeling entre nosotras, era guapísima y su forma de pensar me gustaba, de echo, hoy hemos quedado esta tarde para tomar un batido, el de fresa y plátano era su favorito, tan dulce como ella.

A las 17:00 habíamos quedado, en un ¿bar?, la gente joven solia ir mucho ahí, estaba recibiendo un mensaje de ella.

WhatsApp.

Marina: Ya estoy en la puerta ¿cuánto tardas?

Le dije que enseguida iba, pero lo cierto es que aún me quedaba bastante, hice todo lo posible por llegar a tiempo y, gracias a quien sea, llegué.

Y ahí estaba, siempre guapa, y con una sonrisa al verme, no podía evitar sonrojarme.

-¡Hola Natalia! Tenia muchas ganas de verte. -sonreia, y me abrazo-

-Y yo a ti la verdad. -le devolví el abrazo-

Entramos y pedimos los batidos así sentandonos en la mesa número cuarenta y siete. Cuarenta y siete ostias me iba a dar a mi misma como la cagase con ella.

-¿Bueno y que me cuentas? -siempre con esa sonrisa-

-Pues..-intentaba que no notase mi embobamiento al verla- no mucho, estado pensando en ti.

-¿A si? ¿Y qué tipo de cosas?

-Pues..-mi mano estaba en la mesa y ella poco a poco con la suya la iba acercando a la mia- en tu sonrisa, en tus ojos...en ti. -hasta que me cogió la mano-

-¿Sabes que yo también e pensado en ti?

-¿Si? -sonrei-

-Si, y es que aunque llevemos poco tiempo conociéndonos.. no puedo evitar esto que siento.

Se acercó y..
Me besó.
Ostia, no me lo esperaba para nada.
Yo le seguí mientras su lengua intentaba que le diera el acceso, pero antes le dije.

-Vamos al baño.

No se lo pensó dos veces y me cogió de la muñeca hasta llevarme hasta el, me puso contra la pared mientras me besaba apasionadamente, sinceramente me daba igual si había alguien en los baños, tenía que vivir el momento. Acabe subiendola al lavabo.

-Como me pones.

Dijo mientras me estiraba del labio.
Estaba a mil y mi corazón iba a estallar de todo lo ocurrido tan rápido.
Cuando me quise dar cuenta ya no llevaba la camiseta puesta, y ella, tampoco.
Salió una chica del baño algo apurada, pude ver que era rubia pero sinceramente no me fijé más.
Entramos a un baño y cerramos la puerta, cada vez que iba a gemir de la excitación me mordía el cuello para que no hiciese ruido así ahogándolo en un suspiro.
Joder, que excitante, pero es que tenia un problema.

No me sacaba a Alba de la cabeza, y que fuese su hermana no estaba siendo nada fácil.

-A estado bien..¿no? -decia entre suspiros-

- La verdad que si -la abrace- son las siete...bfff me tengo que ir, he quedado con mi ¿madre?

-No hay problema. -sonrio-

La acompañé hasta su casa, ahí me dio un pico y se fue súper contenta. Que pena que no pueda quitarme a tu hermana, Alba de mi cabeza Marina.

Lo que menos quería era hacerle daño, así que tenía que pensar en como resolver esto, tenía que hablar con ella.

17 de Noviembre.

Iba por la calle, tenía que comprar algo para el instituto, creo que era tipex, no se, no me acuerdo. Hacia frío ya, al menos yo lo tenía, lo notaba, o quizás yo era fría, exceso de frío. Pero no más que la Antartida, siempre e pensado que los animales y las personas que viven allí tienen poderes, es increíble como sus cuerpos aguantan esas temperaturas, a mi me parece fascinante. Entre medio de estos pensamientos vi a quien menos quería ver, si, Alba. Le saludé con la cabeza pero pasó de mi, simplemente me miró con su arrogancia y, se fue. No entiendo a esta chica. Paso.

18 de Noviembre.

Estaba en el instituto.

-¿Como va esa mierda? -Decia Julia a Maria-

-¿Que mierda Morena? -la miraba con cara de extrañada-

-Eso que os traéis tu y Marta tía.. cuenta pero ya.

La verdad, parecía algo ebria o emporrada. Me fui al baño a lavarme la cara.
Y la vi otra vez.

-¿Por que no me saludaste ayer?

Paso de mi, pero no se iba.

-Alba..¿por que no me saludaste?

Volvió a pasar.

-¡Alba! -me salió del Alma el grito-

-¡Me cago en la puta! ¿Que por qué no te saludé?

Mierda, la e cagado, está mujer parece un volcán en erupción.

-¡¿Te pedido las putas disculpas y me lo pagas liandote con mi hermana?! ¿De qué vas Natalia? -Caian unas lágrimas mientras gritaba, me sorprendí al verlas-

¿Y tu como sabes eso?

Veras que la cago más.

-La puta mesa cuarenta y siete. Estaba en el maldito baño, y oía gemidos joder, salgo y os veo..y el puñetero bolso de mi hermana en la mesa cuarenta y siete de los cojones. -estaba muy enfadada-

Me pega un empujón y se intenta ir, pero antes de que lo haga la cojo del brazo y le digo.

-¿Por qué te duele? si no te gusto, si tienes pareja, si no sientes ni la más mínima atracción por mi...entonces ¿por qué te duele?

Se tensó.

Seguí pidiendo explicaciones con la mirada, mientras ella se quedaba muda, como un mimo, esas personas de la calle que hacen de mimo, no hablan, solo observan, escuchan, transmiten todo con el movimiento de su cuerpo y la lógica de la mente.

-Por qué me duele, ya está, me pareció muy feo...eso es todo.

-No te sacaba de la cabeza Alba.

-Curioso, no se por qué. Por cierto..."como me pones" . -me devoró con rabia con la mirada-

Y se fue.
Otra puñetera vez.
¿Cuando llegara el momento en la que se vaya primero sea yo?
¿Os acordáis de la Antartida? Así estaba mi corazón ahora mismo, congelado, cristal, que con un mismísimo y ligero toque podría romperse, y Alba, lo había conseguido. Me duele tanto todo esto. Es todo tan injusto. Por una parte me excitaba, por otra me dolía, por otra me hacía gracia, y por otra me deprimia.

Maldita sea
¿Te quiero, te deseo, te necesito, o las tres cosas?
Estoy echa un lío.

Tú Mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora