(15) "No quiero regresar a medias"

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- ¿Qué ocurre? - preguntó Martha, adormecida y preocupada.

John se secó el sudor de la frente, y respiró hondo tratando de serenar el latido de su corazón. No había sido un sueño, eran recuerdos. Miró a la chica, que se asustó al ver la preocupación en sus ojos claros.

- Martha... - comenzó, aunque aún sentía que le faltaba el aire -  He recordado.

Una sonrisa asomó en los labios de ella, aunque él no parecía tan feliz.

- Ya es de día - apuntó la joven, al ver que él no respondía - ¿Quieres que hablemos de ello mientras desayunamos?

John asintió, sin apartar la mirada de sus ojos verdes. Había en ellos algo...

De pronto, le pareció ver el rostro de su hermano en ellos. Sin embargo, Martha desvió la mirada al levantarse de la cama, y la imagen desapareció. Él parpadeó, confuso, pero se limitó a seguirla sin decir ni una palabra.

Una vez en la cocina, Martha se ofreció a ir haciendo el desayuno mientras escuchaba el sueño de John, ya que era su apartamento y solo ella sabía donde se encontraba cada cosa. A pesar de que la información era increíble, respetó al chico y dejó que terminara de contar su historia.

- Lo malo es que sé que no me acuerdo de todo - añadió - Hay pequeñas lagunas, pero ya soy consciente de la mayoría de mi pasado. Desaparecimos del Malatesta en una burbuja, Martha. Sé que hay algo que tú también me tienes que contar.

Ella asintió y le explicó que, igual que él era Tauro, ella era Cáncer. John entendió entonces el por qué de aquella sensación tan extraña que tuvo cuando la vio, aunque también creyó haberla sentido con Christina. Sin embargo, decidió callarse, pues seguro que había sido su imaginación. Entonces, ambos notaron que había cambiado algo en el ambiente, y se dirigieron al salón, que era de donde provenía aquel sentimiento.

Allí encontraron a Lucy, que acababa de aparecer de una burbuja gigante, y se acercó hacia ellos.

- Martha, John es Tauro - soltó deprisa, emocionada - ¡Y Noah es su Jelhoc! Lo llevé a tu casa de la playa, como me dijiste aquella vez. ¡Y me han dicho que conocen a más Elegidos!

- Lo sabemos, Lucy - respondió Cáncer con tranquilidad.

- ¿Cómo...? - observó a John, que permanecía al lado de Martha.

Encajó las piezas.

- Lo recuerdas... - murmuró, sorprendida.

Él asintió.

- Aunque todavía me quedan algunas lagunas - añadió.

Lucy lo observó, reflexiva. No dijo nada más sobre ese tema, pero recordó lo que le había pedido Noah.

- John, he estado hablando con tu hermano - empezó - Me ha dicho que quería verte, pero le he respondido que sería mejor que te preguntara a ti primero antes de traerlo aquí. ¿Y bien, qué te parece?

Tras pensarlo, suspiró.

- No quiero que venga - decretó.

Tanto Lucy como Martha se sorprendieron al oír aquello, pero decidieron no intervenir en la vida familiar de ambos chicos.

- Voy a ir a la Casa de Agua - dijo Lucy, cambiando de tema - Creo que he descubierto algo pero quiero asegurarme de que es cierto, así que me pasaré a investigar.

Martha asintió, comprendiendo.

- Si resulta ser cierto, nos lo explicas cuando regreses de Aqua - pidió.

Lucy aseguró que así lo haría, por lo que John y Martha volvieron a quedarse solos. Decidieron recoger la cocina entre los dos y sentarse en el sofá del salón cuando acabaran.

- ¿Puedo hacerte una pregunta, John?

- Supongo que sí.

- Si es muy personal no tienes por qué contestarla, pero... ¿por qué no has querido ver a tu hermano?

- Sí quiero verlo, con todas mis ganas - respondió, serio - Pero ahora mismo, aunque recuerde la mayoría de mi pasado, siento que no he completado el puzzle. Sé que he estado encerrado en una prisión durante mucho tiempo y que llevo más todavía sin ver a Noah. Yo en el barco no me acordaba, aunque sí sintiera un vacío. Así que imagino que debe haber sufrido demasiado mientras no sabía donde estaba, o aunque lo supiera, no podía venir a buscarme ni ayudarme. Cuando regrese con él, quiero hacerlo siendo yo mismo, sin ninguna laguna. Sería lo justo para él. Por eso, después de tanto tiempo esperándome, no quiero regresar a medias.

Martha asintió, lo comprendía de verdad.

Una vez en Aqua, Lucy encontró el libro que andaba buscando tras una puerta de madera azulada en la que había tallado un cangrejo

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Una vez en Aqua, Lucy encontró el libro que andaba buscando tras una puerta de madera azulada en la que había tallado un cangrejo.

Y la respuesta al misterio la dejó con la boca abierta. ¿Cómo había podido olvidarse de aquello?

Cáncer (Doce Elegidos IV) [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora