(19) Traición

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Victoria y Chloe bajaron la escalera de la casa. A ninguna les hacía gracia volver a hablar con Wilhelm, pero era la única persona que podría aclararles sus dudas.

- ¿No se puede salir de aquí? - preguntó Chloe.

- No - respondió él, sin mucha seriedad.

- ¿Y por qué estás tan tranquilo? - inquirió la muchacha.

Wil se encogió de hombros, pero por la cabeza de Victoria pasó un pensamiento difícil de ignorar. Virgo se abalanzó sobre él, no le importó que tuviera más fuerza que ella. Fue capaz de desequilibrarlo gracias al factor sorpresa, y lo empujó contra la pared.

- No nos habrás encerrado tú aquí, ¿verdad? - preguntó.

Él sonrió, agarró las muñecas de la chica y le dio la vuelta a la situación, haciendo que la espalda de esta diera un golpe contra la pared.

- No sé qué hago aquí - por primera vez, su rostro adquirió un gesto serio - Solo sé que estoy encerrado, igual que vosotras, y que es imposible salir.

Victoria aguantó inconscientemente la respiración, mientras Chloe observaba la escena sin atreverse a intervenir.

- Lo que pasa es que yo intento sobrellevar esto con algo de humor - añadió, para quitar tensión al ambiente.

Se separó de Victoria y esta volvió a respirar pero, antes de que pudiera contestar nada, Wil se marchó a la cocina.

- ¡Wil! - lo llamó ella.

El joven regresó al pasillo, extrañado de que la chica lo llamase.

- ¿Eres uno de los Doce? - preguntó Virgo, sin rodeos.

Una amplia sonrisa apareció en el rostro de Wilhelm.

Alex se había quedado con los tres Jelhocs para vigilar a Liam, no le gustó en absoluto ver a Géminis desaparecer en una lengua de fuego junto con Lauren y Luke

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Alex se había quedado con los tres Jelhocs para vigilar a Liam, no le gustó en absoluto ver a Géminis desaparecer en una lengua de fuego junto con Lauren y Luke. Estos dejaron a la chica en el único sitio que conocían que fuera a prueba de magia, la prisión de Eberhard. Emma sabía que no sería capaz de enfrentarse a dos elegidos ella sola, por lo que aceptó su destino y entró sin oponer resistencia en la celda.

- Estáis equivocados - fue lo único que dijo - y cuando el tiempo me de la razón, habréis sido cómplices de esto.

- Si hubiéramos decidido que eres culpable no estarías tan cómoda - aclaró Lauren - Eres sospechosa, por eso estás aquí encerrada. Mejor prevenir que curar.

- Si resultas ser inocente, saldrás de aquí y admitiremos que nos equivocamos - aseguró Luke - Estarás encerrada, no vamos a dejarte sin comer ni nada por el estilo.

Emma no respondió, pero tampoco apartó la vista de sus carceleros. Sus ojos color miel los persiguieron, hasta que subieron las escaleras y los perdió. Podría decirse que no se creía que la hubieran traicionado así, pero la verdad era que se lo esperaba. Solo le sorprendió que Alex también sospechara de ella, aunque eso demostraba que no era tan bueno como parecía.

Luke y Lauren subieron juntos a la habitación que solía ser de Elissa, aunque ninguno de ellos lo sabía. Se sentaron al borde de la cama. Él estaba serio, y ella acarició sus cabellos rubios oscuros, notando la tristeza que emanaban sus ojos.

- Es lo mejor para todos - aseguró la chica.

- A veces pienso que al hacer esto no nos diferenciamos de Eberhard - musitó Luke.

Lauren suspiró y se acercó para darle un abrazo.

- Tú mismo dijiste que podría ser la culpable - recordó ella - Si está aliada con Eberhard, nos habremos salvado de que ocurra algo peor.

- ¿Y si no?

- Si descubrimos que es inocente, la soltamos.

- Y eso de "todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario", ¿te suena? - no lo dijo enfadado, sino triste.

- Luke, todos hemos accedido a esto. Si no estás seguro, quizá sea mejor que yo la vigile - propuso Lauren.

Él negó con la cabeza.

- Tú tienes que quedarte con los demás - decretó - Ahora eres nuestra líder, no puedes quedarte aquí vigilando una prisionera. Además, eres la única que puede percibir a los elegidos.

Lauren asintió y estaba a punto de marcharse, cuando se le ocurrió una pregunta.

- Si no estás totalmente seguro de esto, ¿por qué dijiste que ella también era sospechosa igual que Eberhard?

Luke suspiró.

- De verdad creo que puede ser una posibilidad, aunque no esté del todo de acuerdo con las medidas que hemos decidido tomar. Además, tampoco me paré mucho a pensarlo. Emma no estaba siendo justa contigo y quería... defenderte.

Lauren sonrió y besó los labios del joven con suavidad. Tras un momento de debilidad, él se apartó y, ante la cara de sorpresa de la chica, explicó:

- Te necesitan allí, aunque a mí me encantaría que te quedaras.

Ella sonrió y Luke contempló con ojos tristes como la consumía una lengua de fuego. 

Cáncer (Doce Elegidos IV) [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora