Capítulo 13.
–. "¡Estaba ebria, maldición!"Olivia
Un ensordecedor sonido me hizo dar un respingo y un punzante dolor se instaló en mis cienes, giré mi rostro en busca de la fuente de ese molesto sonido y lo que ví me desconcertó, ¿Que es éste lugar y que hace Liz abriendo una lata a la antigua en una cocina que desconozco? Estoy en una casa sumamente desconocida para mí, es de estilo victoriano pero claro está que todo es costoso, no recuerdo nada de la noche anterior, lo último que recuerdo haber hecho fue tomar un trago y decirle a Devon y Ashton que voy a el baño, ¿Que hago aquí? Y aún más importante ¿Cómo llegué aquí? Y ¿Dónde estoy?
Me levanté y caminé hacia Liz, la cual se encontraba en la cocina intentando abrir una lata pero lo está haciendo con un cuchillo y un exprimidor de limones ¿Quien en el siglo XXI no usa un abre latas? Ella tomaba con fuerza el mando de el cuchillo y tenía la punta en el borde la la lata de metal y con el exprimidor de limones le daba golpesitos a el cuchillo el cual se hundía en la lata, vale la está abriendo, porque de que funciona funciona pero con un abre latas terminaría en unos pocos minutos y no me abría despertado de esa manera. Yo estaba plácidamente dormida en ese pequeño pero sorprendentemente cómodo sofá.
– Oye –. Medio grité para que me escuchase por sobre todo el ruido que estaba causando y llamando así su atención y causando que dejase de hacer su labor– ¿Por qué no pruebas con un abre latas, niña?– Le reproché en tono osco.
– Pero que ánimo el tuyo, chica–. Respondió haciendo un adorable puchero–. No sé usar un abre latas, por eso la estoy abriendo así.
– ¡¿Cómo quieres que esté si me despiertas así?!–. ¿Y quien no sabe usar un abre latas?
– ¡Hay no grites que cargo un horrible dolor de cabeza!–. Y yo al escuchar su chillido me llevé las manos a la cabeza al sentir también el palmitante dolor.– ¿Recuerdas que pasó ayer?
– Eso mismo quería preguntarte.– bufé.
– ¿Tampoco recuerdas nada?
– No–. Respondí.– Lo último que recuerdo haber hecho fue tomar un trago y decirle a Ashton y Devon que me esperaran que iba a el baño, por sierto Liz, ¿Dónde estamos?
– ¡Demonios!– Gritó exasperada.–Yo lo último que recuerdo fue haberle enviado un mensaje a mi ex, y estamos en mi casa.
La miré con horror, y es que ¿Enserio? Un mensaje a su ex, hay Dios pobre Liz.
– ¡¿Es que acaso te volviste loca!?– le grité–. ¿Un mensaje a tu ex? ¿Me estás hablando enserio?– Me llevé las manos a la cabeza al ver como ella asentía, traté de retener las carcajadas –¡¿Que fue lo que le dijiste?!
Liz se sonrojó y se tapó la cara con ambas manos, supe que mi querida amiga no mantuvo intacta su dignidad y creo que yo tampoco.
– ¿Que le dijiste?– Le pregunté está vez con falsa calma.
Ella buscó su celular en el bolsillo de su jean y me lo entregó después de desbloquearlo. Y si esto era tan vergonzoso como para que ella no quisiera decírmelo y prefiriese que yo lo viera, tenía que prepararme psicológicamente si no quería más traumas. Tomé una gran bocanada de aire y me dispuse a leer el mensaje.
SMS ayer a las 10:45 PM Liz:
Te extraño muchísimo
SMS ayer a las 10:48 PM Liz:
Extraño tu besos, extraño tus brazos, extraño tus bromas, extraño tus lindos labios, extraño tus abrazos, extraño que me hagas gemir.
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Mi Vida en pedazos ©
Ficção Adolescente«Ojos tristes, sonrisa rota y un corazón hecho pedazos« Esas nueve simples palabras son perfectas para describirse. Me considero una persona llena de complejos, miedos e inseguridades una persona con una niñez tan traumática como par cambiar mi pers...