2. Ojos grises

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  • Dedicado a Adriana Ramirez
                                    

Los siguientes capis son muy cortitos y son los que más necesitan ser reescritos urgentamente por lo que he decidido actualizarlos seguidos. Sé que debería publicarlos por separado, seguidamente para iros dejando con la intriga y tal, pero son capítulos muy cortitos en comparación con el resto y prefiero pasar toda esta parte rápido y llegar a partir de donde la historia se vuelve más original.

Aparecen ya varios personajes importantes como Caín e Ireth (el personaje preferido de mi churri xDDD). He estado tentadísima de reescribir cómo se conocen Caín y Amara pero es que se iba a notar mucho en mi escritura e iba a quedar raro por lo que bueno, dejo la versión original a modo de que algún día se verá lo mucho que he mejorado xDDD. Por cierto, Caín en esta versión tiene los ojos grises, penetrantes etc. Bueno, ahora me lo imagino con los ojos verde-grisáceos más bien pero en fin, eso, ojalá os intrigue para seguir leyendo :3

Aviso que esta historia NO trata del típico triángulo amoroso, aviso que tampoco va de que un ángel y un demonio se enamoran (chica buena con el bad-boy atomentado). No van por ahí los tiros, aviso desde ya también :$

Bueno ya no me enrollo más y os dejo leyendo!!

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2

Amara admiraba satisfecha la hermosura que se extendía sobre ella. Las flores habían vuelto a crecer y cubrían todo el valle como un manto de estrellas. Una agradable brisa le acariciaba suavemente. Las mariposas bailaban alrededor suyo y se volvía a escuchar el bendito canto de los pájaros.

"Bueno, misión cumplida", pensó mientras se dejaba caer sobre la fresca hierba de la mañana.

Se estaba tan bien allí... Había calma y tranquilidad, pero no cómo la que se sentía en su ciudad; no sabía explicarlo, pero era diferente. Si alguna vez llegaba a formar una familia, se iría con ella a vivir a un sitio como ése. Cuando abrió de nuevo los ojos, se topó directamente con dos ojos grises que la estaban observando.

-Ni se te ocurra moverte -le ordenó una siniestra voz.

El demonio le mostró el filo de un sable cuya hoja era negra, y la acercó hasta posar delicadamente el frío metal sobre su cálida garganta. Amara miró de reojo y con curiosidad los extraños caracteres rojos que aparecían y desaparecían del arma.

-Yo que tú la guardaría donde quiera que la hayas sacado -respondió tranquilamente.

Notó como el demonio agarraba aún con más fuerza la empuñadura, obligándola a clavarse contra la piel, arañándola.

Fue instantáneo. En el momento en que una sola gota carmesí resbaló por su cuello, un enjambre de abejas asesinas se arrojó contra el agresor. A éstas le siguieron las avispas y demás insectos, las aves y toda la naturaleza en sí misma parecía querer defender al ángel. Cuando se pudo librar de todos y ya había recompuesto su imagen, volvió a girarse hacia Amara. Se había puesto en pie y le sonreía satisfecha.

-La naturaleza es sabia.

Él estaba muy alterado y esa actitud tan arrogante por parte de una insignificante muchacha le molestaba aún más.

-¿Por qué te molesta tanto que sonría?

"Insolente"

-Has arruinado mi trabajo -ya parecía haber recuperado parte de su serenidad.

-¿Y de qué servía que destrozaras este lugar?

-No necesito motivos para aplastar unos insignificantes insectos -replicó con brusquedad.

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