21
Amara había esperado a que todas las luces se apagaran para que nadie la descubriese. Aún así, sabía que había guardias por todas partes. Sólo eran humanos, si ella no quería ser vista no lo sería. De todas formas, tuvo cuidado, si los habían puesto como guardias por algo sería.
Llevaba esperando ése momento impacientemente. Hoy tendría su primera clase con Caín y estaba deseando saber lo que le iba a enseñar. El imaginarse a ella haciendo cosas sorprendentes la excitaba. Además, iba a volver a verle y quién sabía lo que podría pasar.
Era consciente de que no hacía bien en pensar en estas cosas, pero no podía evitarlo. Había leído en secreto varios libros de los humanos y se había emocionado al imaginarse a ella en esas situaciones. Sentía algo en su cuerpo que no podía explicar y no había manera de librarse de aquella sensación. Como si algo la oprimiese y, hasta que no se liberara de esa opresión, no se sentiría bien. Y con Caín podía liberarse de todas aquellas cosas que la oprimían.
Había quedado con él en el mismo lugar de la otra vez, pero al llegar al barranco, no encontró a nadie. En vez de quedarse esperando, se internó en el bosque guiada por una intuición que no conseguía explicarse. Cuando llegó a un pequeño claro donde los rayos de luna dibujaban fantasías, le encontró apoyado sobre el tronco de un árbol, con los brazos cruzados y su mirada acerada clavada en ella. A pesar de que para variar iba todo de negro, no le costó ningún esfuerzo encontrarle.
—Veo que no te has arrepentido —la saludó.
—Hicimos un trato. Y sobre la información que me pediste... —El diablo no dejaba de observarla — no hay mucho interesante que contar. Era hijo de Kazbeel y Eurifaesa(1), ambos asesinados por un demonio. También tenía una hermana que se llamaba Selene, pero también murió...
—Cuando quieres, consigues hacer rituales extraños —le reprochó el Caído.
Ésta no pudo evitar sonrojarse y enfadarse un poco.
—No es mi culpa si no me dices qué quieres saber exactamente.
—Déjalo, lo mejor será que te mantengas alejada de él.
"Otro como Raphael", pensó.
—¿Pero por qué tengo que alejarme de él?
—Es peligroso —fue lo único que explicó—. Bueno, ¿comenzamos de una vez?
—¿Qué es lo que me vas a enseñar? —le preguntó el ángel mientras se sentaba sobre la fría hierba.
Caín se sentó junto a ella. Ahora que le veía bien, estaba más pálido y sudoroso de lo normal.
—Mi maestra es experta en dos sendas: la del Dolor y la de la Corrupción. A mí me enseñó la segunda, pero aprendí por mi cuenta la de las Revelaciones Perversas(2). Como esto se sale de lo normal, voy a enseñarte lo que crea más apropiado para ti de ambas, aprovechando tu apariencia inocente y tu habilidad de crear dimensiones.
—¿Revelaciones Perversas? ¿Con ella haces que las mujeres te confiesen sus fantasías? —rió la chica.
—La que está pervertida eres tú. En enoquiano se dice "Video Nefas", es la de penetrar en la mente. Mezclando ambas, puedo crear ilusiones que es lo que a ti te sirve. Ten en cuenta que esto no es nada fácil...
—Estoy preparada, no hay tiempo que perder.
—Como eres un ángel, ya tienes el tercer ojo activado, por lo que nos ahorramos muchos pasos como el de aprender a ver el mundo espiritual. Tú te tienes que centrar en el quinto plano, que es el de la mente. A mí es el plano que me parece más hermoso, pero para un ángel, intentar meterse en la mente de un hijo de las tinieblas puede ser mortal. Nunca le leas la mente a un Caído o a un Infectado, tienen un dolor y una oscuridad que te destruirían. Y los demonios son demasiado retorcidos, un ángel nunca se molestaría en intentar comprenderles, pero tú en ese sentido eres diferente. —Amara le escuchaba atentamente, asintiendo con la cabeza después de analizar cada palabra—. La mente de cada ser es como un universo aparte. Sobre todo las nuestras, por lo que quiero que te familiarices con este plano. Primero con el tuyo, para que comprendas cómo está formada tu mente y, si es posible, quiero que a nivel superficial accedas a la mía, para que veas la diferencia.

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Dolce Inferno
FantasyEl encargado de entrenar este siglo a los ángeles novatos es Gabriel, un joven que ostenta el título de arcángel pero se niega a aceptarlo. En un mundo donde todos se pelean por el akasha, el material más valioso de todos, tendrán que descubrir la i...