En este capi los pensamientos van entre comillas y con cursiva y cuando hablan mentalmente, solo con comillas.
La misión me ha quedado muy larga así que la divido en dos capis. Que la disfrutéis^^
32
Caín se hallaba sentado en un banco con las manos hundidas en lo que tenía que ser su pelo y con sus contraídas pupilas perdidas en la niebla. El cielo había amanecido encapotado, señal de que pronto caería un buen aguacero. Le vendría bien a la ciudad que lloviese, el agua arrastraría consigo la suciedad.
"El agua de los lagos y mares se evapora con el sol, entonces asciende en forma de vapor y constituye las nubes. Allí este vapor se condensa y vuelve a bajar en forma lluvia; así los niveles de agua se mantienen siempre constantes. ¿A quién se le ocurrió esta idea? ¿Fue a ti, Metatrón?"
Intentó distraer su mente observando a la gente que pasaba, pero nadie lo hacía. Todos sentían su alma maldita y le evitaban, salvo un grupo de satánicos que se le habían acercado en busca de sus favores, pero la lengua no se le había terminado de regenerar y no tenía ganas de entablar una conversación telepática con ese grupo de fanáticos, así que los rechazó. Además, desde hace unos días había perdido el apetito. Tenía demasiadas cosas pululando por su cabeza y aunque Amara no lo creyese le daba más importancia a la mente. Entre Samael, Lucifer y Metatrón había pasado algo. Lucifer se opuso al propio Metatrón. Sabía algo y lo dejó todo en el Árbol del Conocimiento salvo dos fragmentos: uno se lo dio a Lilith y el otro, a Belial.
"Ambos fueron asesinados, pero Lilith me lo pasó a mí y supongo que Belial hizo lo mismo. Metatrón se hizo con el resto del árbol. Aysha comió del árbol por lo que ella es el tercer fragmento. El resto los ocultó en siete templos de la Tierra, bueno, siete no, seis. El séptimo no le dio tiempo. Para Nosferatus esto no es más que un juego, los otros tres queremos venganza. Cada uno sabemos cosas diferentes que los otros ignoramos. Samael se cree que lo sabe todo, pero no creo que sepa el secreto de Zadquiel y Nosferatus que yo si sé"
El trabajo de los arcángeles consistía en cuidar de sus Complementos para que abriesen la puerta correcta a la luz. Si eliminaba al arcángel resultaría más fácil manipular al Complemento. Caín quería matar a los arcángeles así que por el momento no representaba ningún inconveniente. Conocía el punto débil de Gabriel, el problema era Lucifer. El plan que estaba preparando ponía en riesgo desestabilizar sus emociones facilitando que se descontrolase. Aún así correría el riesgo, necesitaba debilitarle y a los tipos como él sólo se les puede debilitar así.
"El templo del Rayo Blanco está situado en Luxor y allí se encuentra Viento…"
Sus cavilaciones fueron interrumpidas por dos ojazos grises que le contemplaban en silencio. La niña se hallaba frente a él, con su fino y enredado cabello atezado siendo revuelto aún más por el fuerte vendaval que se estaba levantando. Sus rodillas estaban ennegrecidas y su único abrigo consistía en un sencillo vestido de lana gruesa y deshilachado. Se aferraba con fuerza a una fea muñeca de trapo. No pestañeaba si quiera. Se había acercado hasta allí y ahora no apartaba sus inocentes y concéntricos iris de él. Una niña pequeña se le había acercado sin temblar hasta la médula. A él que estaba maldito. Ni siquiera parecía tiritar ligeramente de frío. Hacía tiempo que había empezado a notar que la maldición se estaba debilitando, aún así nadie había osado si quiera a pasar por allí.
"¿Qué quieres?", le dijo intentando sonar lo más rudo posible.
—¿Por qué estás aquí solo? —habló la criatura con una vocecita cargada de candor y soledad.

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Dolce Inferno
FantasyEl encargado de entrenar este siglo a los ángeles novatos es Gabriel, un joven que ostenta el título de arcángel pero se niega a aceptarlo. En un mundo donde todos se pelean por el akasha, el material más valioso de todos, tendrán que descubrir la i...