Capítulo 3

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Después de ese fin de semana con mucha tensión, podía regresar a mi rutina de vacaciones, salir a caminar me ayudaba, hoy ha refrescado más de la cuenta, por lo que decidí ponerme una bufanda y unos guantes, Tomoyo se había encargado de acomodar mi ropa y se lo agradecía, así al menos sé que no estoy mal vestida y que lo que llevo puesto combina, no es que me preocupara mucho por mi aspecto, de todos modos no lo veo.

Antes de salir, me detuve en la entrada, quería ponerme los patines y salir, pero sabía que eso sería una imprudencia por mi parte, por lo que decidí simplemente caminar, tomé de la correa a Spi y le di la orden de caminar al parque, a pesar del fresco, la mañana se sentía agradable y podía continuar leyendo sin que me estuviesen molestando.

El libro que me consiguió Yukito, trata de unas cartas mágicas que fueron esparcidas por una niña y su misión es recuperarlas todas, curiosamente vuelven a hacer mención de una de las bestias de la princesa Clow, mencionan a Kerberos, tal vez sería tiempo de cambiar a Spi o tener dos perros, así si uno me deja botada, tendría al otro que me socorriera.

Como si Spi pudiera leer mi mente, sentí que tiró de la correa y se acomodó entre mis piernas, estaba tratando de hacer méritos por lo que me hizo, no pude evitar sonreír, hay momentos en los que sopeso la idea de someterme a una operación, pero en verdad me aterra mucho entrar al quirófano, no he tenido ninguna mala experiencia, simplemente es como una fobia a la palabra y al lugar y eso es lo que me detiene a practicarme estudios y recuperar la vista.

–Tío, ¡es la bailarina!... ¡qué bonito perro!

Creí que mi día sería tranquilo, decidí darle fin a mi lectura, de todos modos, no me podría concentrar con los grititos de emoción de la niña, recuerdo que se presentó, pero por más que hacía memoria no recordaba su nombre.

–Lien, ten cuidado... te vas a tropezar

Escuché que la reprendían, pero esa voz es la última que quería escuchar, llevo soñando con ella durante tres días, tal vez hoy sepa cómo es o mínimo su nombre, debería de apellidarse Li, si es hijo del doctor Hien Li, sería lo lógico, a menos de que no haya sido la misma voz y mi estado en ese entonces lo haya confundido.

–Llevo las muletas, no me pasará nada –escuché que se quejó Lien y cuando menos lo esperaba, estaba cerca de mí– Hola, ¿podría saber tú nombre?

Me encanta la naturalidad de los niños, son tan inocentes y no tienen nada de vergüenza, aunque según recuerdo, yo toda mi vida he sido penosa, así que tal vez no sea cosa de niños, simplemente es la manera de ser de esta pequeña.

–Me llamo Sakura Kinomoto y este perro bonito es Spi –sonreí y giré mi cabeza en el lugar que supuse que estaba por el movimiento en la banca– Lien, ¿por qué usas muletas?

Tal vez sea una entrometida, pero estoy segura de que ya notó que no veo, así que ¿qué mas da pregunta? Además ella lo gritó, es natural que yo quiera saber, aunque en realidad, no sé para qué, supongo que es para mantener una plática con la pequeña.

–Tuve un accidente, mi papá falleció y yo... pues uso estas molestas muletas, aunque mi tío y mi abuelo dicen que es temporal... cuando me operen, seré una gran bailarina como tú –no pude evitar estremecerme, sin proponerlo dijo las palabras que más detestaba que son "accidente" y "operación" – ¿tú por qué no ves?

–También tuve un accidente –sonreí– estoy segura de que serás una gran bailarina de ballet –traté de desviar la conversación, por alguna razón me sentía un poco incómoda, no era la niña, más bien era la presencia del tío, que a pesar de que no habla, lo siento cerca de nosotras y eso me intimida–

A Través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora