Capítulo 12

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–Tomoyo me estás pinchando –me quejo, es la quinta vez que siento la aguja–

–Pues no te muevas, solo falta un poco y quedará listo.

No puedo evitar rodar los ojos, después de despedirme de Shaoran, dibujé la sonrisa más radiante en mi cara, no sé si lo logré, pero eso intenté, al menos para que nadie se diera cuenta que estoy un poco triste, comienzo a creer que mis sentimientos jamás serán correspondidos.

–Tienen que apurarse, Sakura debe de estar ya en la plaza –escucho a mamá–

–Ya casi está –y vuelve a pincharme, si pudiera ver la estaría mal mirando en estos momentos– ¡Listo! Quedaste hermosa

Tomoyo hace unos sonidos de besos, suele hacerlo cada que acaba algún diseño, o está contenta con el resultado de algo, junta sus dedos y hace sonidos de besos, es algo raro, pero es su manera de elevar su ego.

–Bien, vamos ya, se hace tarde –insiste mamá–

Ambas comienzan a jalarme, escucho las voces de todos, están mucho más nerviosos que yo, en realidad, yo no estoy nerviosa, por primera vez no tengo miedo, he bailado desde pequeña, conozco los escenarios, aunque ahora es diferente, no puedo ver, únicamente puedo guiarme por lo que he aprendido.

Cuando llegamos, agradezco a Nakuru porque los alejó de mí, comenzaban a estresarme, al punto que me puse los audífonos para relajarme, la música ayuda, y más cuando son sonidos tranquilos, el sonido del piano, es como entrar en un mundo alterno, en donde solo estoy con la música y nada más a mi alrededor, ese mundo en el que yo aún puedo ver.

–Hola cerecito, ¿estás preparada? –alcanzo a escuchar a Eriol, me quito los audífonos para prestarle atención–

–Creo que sí, lo he hecho muchas veces, cuando veía –sonrío– no es diferente, solo es un baile.

"Y eso es lo que debo de tener en cuenta" escucho la voz en mi cabeza.

–Esa es la actitud cerecito, ¿recuerdas que te dije que estaría tocando hoy? –asiento con la cabeza para que continúe– pues, una de las que tocaré es la que vas a bailar, esa era la sorpresa que te tenía.

–Al menos sabré que no estoy sola en el escenario, gracias Eriol –vuelvo a sonreír– esta cosa me pica, es la ropa más incómoda que me he puesto –me quejo–

–Te ves muy bien... te dejo, ya va a dar inicio.

Siento que besa mi mejilla y luego escucho sus pasos alejarse, de nuevo estoy sola, puedo ponerme los audífonos para desconectar, pero si lo hago no me daré cuenta en qué momento debo entrar, escucho el murmullo de los demás, solo tengo que evitar sentirme nerviosa, los nervios no ayudan.

–Sakura, tanto tiempo sin verte...

Yo conozco esa voz, en algún momento de mi vida amé al dueño de esa voz, aunque no sé si fue amor, pero estuve con él, muy tarde comprendí que él no me amaba, de lo contrario no me hubiese dejado cuando quedé ciega.

–Kai, yo en verdad no te veo –ruedo los ojos– no deberías de estar en los camerinos.

–Sino ves, ¿cómo sabes quién soy? ¿No será que te estás haciendo la ciega?

De verdad que para tontos no se estudia, y si se estudiara, Kai sería el de la calificación más alta, como si en verdad quisiera mentir sobre mi estado.

–Reconozco las voces, sobre todo las que me desagradan –hago una mueca de molestia, espero que entienda el mensaje–

–Pero yo no te desagrado ¿o sí? No puedes culparme por nuestra ruptura, lo nuestro no iba a funcionar, aunque, los años te han sentado muy bien

A Través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora