EPÍLOGO 1

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–Inicia el año y mis hijos me abandonan –mamá se está limpiando las lágrimas con un pañuelo–

–Mamá, vendré a visitarte, además yo casi no estoy en casa, con tanto viaje, jamás me encuentro aquí –argumenta Yukito–

–Lo sé, pero los tres se están yendo, Sakura, –me mira– no puedo creer que te estés yendo, solo hace un mes que recuperaste la vista y ahora, ya te vas.

Resulta que el día que decidí decirle a mis papás que me iría a vivir con Shaoran, ese mismo día, Yukito y Touya también habían hablado con ellos, en mi defensa, no lo sabía, estuve planeando cómo decirles la noticia, hasta que simplemente se los dije.

–Nadeshiko, ya crecieron, es tiempo que tomen sus propias decisiones, saben que pase lo que pase, esta siempre será su casa –comenta papá al tiempo que abraza a mamá–

–Mamá, Kaho y yo vendremos los días que tengamos libres –comenta Touya–

Pese a que siempre me anda protegiendo y que no lo tomó muy bien, tampoco se ha tratado de interponer y mucho menos a inventado nada como la otra vez, simplemente ya está aceptando que he crecido y, aunque lo niegue, su amistad con Shaoran influye en que no ponga muchas trabas a nuestra relación.

–Yo vendré siempre que pueda, terminando ballet o saliendo de la universidad, veré como acomodar mis horarios –les digo para tranquilizarlos–

Estoy a una semana de regresar a la universidad, retomar la carrera en psicología, aunque técnicamente la estaré iniciando, no todo me ha salido muy bien, no aprobé los exámenes de revalidación, pero eso no me detiene, me inscribí en el curso que inicia en una semana.

Y aunque todo pinta que me está yendo bien, siempre tengo ese sentimiento de incertidumbre, nadie lo sabe, pero tengo miedo despertar y que todo esto sea un sueño, a pesar que desde hace un mes ya puedo ver, el miedo vive en mí, miedo de despertar y no poder ver.

–Spi... Kero –llamo a mis perros–

Paso mi mano por su pelaje, han sido muy pocos los días que he salido con ambos a pasear, la mayor parte del tiempo, ando con Shaoran, tratamos de pasar tiempo juntos, el mayor que se pueda.

–Spi, gracias a ti tuve mi primera interacción con Shaoran –sonrío a la nada– eso no quita que me hayas enojado –está cansado, siempre está cansado, se la pasa durmiendo, papá me dijo que es por la edad– Kero, tú también me molestaste, mira que hacer que casi muera con los patines –y como suele pasar, kero me entiende, posa su cabeza en mis piernas–

–¿Estás segura de irte a vivir con él? –escucho de repente a Yukito–

–Sí, muy segura –respondo al instante– ¿esto es real? ¿no es un sueño? –me giro en la dirección de Yukito, está frunciendo el ceño–

–¿Ya pasó un mes y no confías en que es real? –lo veo sentarse a mí lado–

–Siento un vacío, como si todo esto fuera un sueño, como si nada de esto fuese real –hago una mueca– creo que comienzo a quedar loca.

–Pues es un sueño de grupo, porque si tu estás soñando, creo que todos lo hacemos –dice sonriendo– me contó Nakuru que trabajarás con ella en la academia, estás saliendo adelante cerecito, te felicito por eso.

Le agradezco el cambio de tema, no sé cómo explicarlo, pero todo es un vacío, como si de una escena salta a otra escena, ¿eso es normal?

–Sakura, tú celular no ha dejado de sonar...

Había olvidado por completo que lo dejé cargando, beso la mejilla de Yukito y corro a contestar, lo desconecto y deslizo mi dedo para tomar la llamada.

A Través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora