Aprendiendo a amar. [FanFic de Mesemoa.]

Cap 26.

Mientras tanto en el estudio de fotos, Niban se estaba comenzando a hartar de no recibir respuesta de Tomitake y su corazón no dejaba de latir, como exigiéndole que fuera a ver a Nozaki, que lo necesitaba, no pudo esperar más y sin decir nada avanzo a la puerta pero de nuevo fue retenido por Tomitake quién se coloco frente a él.

Niban: Necesito pasar, permiso. -Dijo serio-.
Tomitake: No vayas...-Le rogo-.
Niban: ¿Porqué? -Cuestiono mirándolo a los ojos-.

Tomitake no pudo decir nada, le tomo de la corbata para jalarlo a él y así, unir sus labios, cerrando los ojos tras un par de segundos, Niban se había quedado sorprendido con aquel acto que por un momento el cuerpo no le respondió, quería separarse y exigir una explicación pero no podía, a los segundos cerro lo ojos dejándose llevar por la calidez de los labios de Tomitake.

En ese momento la puerta se abrió, Nana se encontró con aquella escena, estaba sorprendida, triste e incluso algo  enojada, se sentía un poco humillada, las bolsas se le cayeron, lo que provoco que Niban y Tomitake se separaran, ambos la miraron algo asustados, Nana reacciono, bajo la cabeza para que Niban no pudiera ver sus ojos que comenzaban a dejar salir ciertas lagrimas, se inco a recoger la bolsa con las manos temblorosas, dejo las demás que traía ahí, para luego con la voz algo entre cortada susurrar.

Nana: Á-ánimo...-No pudo articular más palabra alguna, mejor dicho, no encontró ninguna palabra correcta que articular, así que salió del cuarto, cerrando la puerta tras ella-.
Niban: Nana…

Nana estaba molesta pero aún así cuando vio que alguien del personal venia, impidió que entrara, haciéndole platica, no estaba bien pero con discreción limpio sus lagrimas, sonrió y se hizo la fuerte, de esta manera siguió la plática para que no interrumpiera a los chicos ni dañara su imagen, cuando logro que la persona aceptara regresar luego, camino con rapidez para irse lo más pronto de ahí.

Por otro lado, Shiro iba de camino al vestidor, necesitaba estar solo y pensar un poco, pero al entrar a este se encontró a Kimagure, quién al verlo se puso bastante serio.

Kimagure: Necesitamos hablar.
Shiro: Esta bien...-Dijo terminando de pasar y cerrando la puerta una vez que entro por completo, fue hasta dónde Kimagure estaba, un pequeño sofá, se sentó a su lado para luego girarse un poco e así poder mirarlo-.
Kimagure: ¿Me amas? -Cuestiono serio-
Shiro: Yo...-Titubeo con cierto miedo ante aquella pregunta, luego de aquello negó-. Lo siento. -Dijo bajando la cabeza-.
Kimagure: Entonces...eres libre, ya no te amo. -Mintió, era mentira y ambos lo sabían, Kimagure quería llorar pero se aguanto, pues en ese momento iba a fingir una sonrisa para su amigo.-
Shiro: ¿Y estas bien...con eso? -Cuestiono algo preocupado-.
Kimagure: ¡Claro! -Dijo riendo un poco para luego acercarse a abrazarlo, gracias a que Shiro no podía verlo borro la sonrisa-. Perdón por todo...-Le susurro al oído-.
Shiro: -Fue lentamente correspondiendo al abrazo mientras lo escuchaba-. Perdón por no poder amarte...-Susurró este con un tono triste-.
Kimagure: No tienes porque disculparte por eso...-Dijo separándose para así volver a sonreír-. Ve con Nozaki.
Shiro: -Se sorprendió al oírlo pero no dudo en hacerle caso, se puso de pie pero antes de irse, hizo una venia completa-. Lo siento mucho! -Exclamo algo alto para luego de unos segundos salir corriendo-.

Kimagure soltó un suspiro, iba a arrepentirse por mucho tiempo, sin duda, sobre todo por no preguntar si lo amo, siquiera un poco, trago saliva y termino por acosarte en el sofá, pegando su rostro contra el respaldo.

Mientras Shiro corrió con velocidad a la cafetería, quería ver lo más pronto posible a Nozaki, quería decirle cuanto lo quería y que por fin, podrían estar juntos, corrió lo más rápido que pudo e al llegar, sin poderlo evitar llamó a Nozaki con algo de fuerza en su voz, razón por la que este volteo en seguida y al topar su mirada con Shiro, se sorprendió, pues este se veía tan feliz, que incluso aquel hecho lo había confundido un poco, era como si el tiempo se hubiera detenido.
Pues estos no pudieron apartar la mirada tanto uno del otro, sus ojos se encontraban en los contrarios, extraño pero cierto que con solo verse el corazón les latía con fuerza.