BOXING • Larry

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Golpeaba con más fuerza y más rapidez el saco delante de mí, escuchando los fuertes gritos de Louis y deseando que dejara de hacerlo, me comenzaba a irritar. Lo hacía con más rapidez hasta que sentí un repentino dolor en la muñeca que me hizo parar por completo y sisear.

Indudablemente, este era el peor día que he tenido entrenando, el cansancio en mi cuerpo era visible, mis parpados y mi cuerpo entero se sentían pesados. El señor Tomlinson había puesto especial atención en desgarrar mi cuerpo con ejercicios físicos de resistencia antes de pedirme lanzar secuencias de golpes al saco. Está de más decir que era más difícil tener una técnica y ejecución correcta estando tan cansado que las ganas de devolver el almuerzo estaban presentes todo el tiempo.

–Pensé que iba a ser algo más sorprendente –Louis se alejó para tomar sus cosas y guardarlas en su bolso –. Aquí no vas a ser la princesa consentida y no me tendrás aplaudiendo todo lo que hagas, así que, acostúmbrate –y sin más salió del lugar azotando la puerta.

Jamás me había sentido más decepcionado de mí mismo hasta ahora, ¿había dejado la escuela para esto? Era obvio que no. Una voz dentro de mí me dijo que el señor Tomlinson tenía razón, debía trabajar más duro si quería llegar a ser uno de los grandes. Y le iba demostrar a ese pequeño gruñón que no era ningún aficionado. Aquí no era mi zona de confort y cariño del que estaba acostumbrado con el señor Thompson y tenía que adaptarme.

Al llegar a casa, me vendé y unté pomada en la muñeca lastimada. Tendría que buscar un trabajo pronto, mis ahorros no iban a durar para siempre y sinceramente ya estaba algo harto de comer comida rápida y barata.

Al día siguiente me levanté aún más temprano que el día anterior y me dirigí al mismo lugar. Queriendo demostrar mi compromiso para mejorar.

Aun no llegaban varias personas de las que había visto ayer. Pero nadie me dijo nada al respecto, así que comencé estirando y calentando un poco antes de colocarme frente a uno de los costales que estaban de lado de uno de los espejos que adornaban la pared, creí que eso me ayudaría a ver la técnica que usaba.

Sin darme cuenta, pasaron varios minutos que después se convirtieron en una hora, donde veía llegar más y más gente, y con ello, también llegó el enano gruñón; sí, me tomé la libertad de apodarlo de esa manera.

–¿Hace cuánto estás aquí? –preguntó extrañado mirando su reloj que marcaba las 7 en punto de la mañana.

–Hace una hora, señor –sostuve el saco para que dejara de moverse por los fuertes golpes que había estado dando, aún no sabía si era apropiado llamarlo señor.

–Como sea, ¿qué hiciste con tu muñeca? –preguntó cruzándose de brazos y sin quitarme la mirada de encima.

–Oh, bueno, puse pomada y la vendé. No se preocupe por eso, tengo conocimientos en tratar lesiones –le dio una sonrisa amigable mostrándole mi muñeca. Lo cual, obviamente, él ignoró.

–Repite los movimientos que hacías –hice lo pedido mirando de vez en cuando y de reojo al espejo –. Bien, detente –obedecí, aun esperando los fuertes gritos que, extrañamente, ese pequeño cuerpo podía soltar –. Lo has hecho mejor que ayer, tu capacidad ayer era cuestionable.

Sonreí mostrando los dientes y mis hoyuelos, era bueno escuchar eso después de ser destrozado mentalmente ayer –. Gracias.

–Sin embargo, tienes que seguir practicando, no te confíes –dijo aún sin mostrar emociones es su cara –. Repítelo y agrega más golpes –el señor Tomlinson me dio algunos consejos para evitar lastimar aun más mi muñeca, cosa que yo trataba de seguirlos.

Y tal vez, solo tal vez, Louis había pensado que la cara iluminada por la sonrisa acompañada por hoyuelos de Harry, era más linda que el semblante lleno de angustia y desesperación de ayer, había sido un poco rudo con sus palabras ayer, pero no era de extrañarse, él era rudo con todos.

Una cosita:
No me voy a meter mucho en las cosas de box y eso por que no tengo puta idea

¿Quieren saber sobre el pasado de Harry en Inglaterra?