BOXING • Larry

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Al siguiente día, antes de salir de casa, me veía al espejo tratando de encontrar alguna cosa que hiciera que Louis se riera de mí. También meditaba cómo no quedar en ridículo, en parte me arrepentía de haberle confesado lo que sentía, porque dentro de mí sabía que la posibilidad de que me correspondiera era casi nula. Pasando por alto que es mi entrenador, no sabía cuáles eran sus preferencias sexuales, ni si tenía pareja o incluso si le interesaba tener una.

Lo cierto era que me había comportado de manera impulsiva, y como toda acción tiene una reacción, aquí estaban las consecuencias de mis actos. Mis sentimientos. Siempre me gustaba meditar y comprender lo que sentía para buscar posibles soluciones.

Lo que sentía en este momento era vergüenza e intriga, intriga de qué estaría pensando Louis en el momento que lo dije, en este momento y en el momento en que me vea entrar por la puerta del gimnasio, seguramente piensa que soy un niñato gay que se enamora de el primer hombre que lo trata bien o que lo toca sin intensiones sexuales o románticas. Sí, seguramente eso estaría pensando Louis de mí.

O tal vez solo está siguiendo con su vida sin tomar tanta importancia de lo que un niñato gay que se enamora de el primer hombre que lo trata bien o que lo toque sin intenciones sexuales o románticas diga o haga. Sí, también podría ser eso.

Como sea, debo dejar de pensar tanto. De camino a el gimnasio donde tal vez ya esté Louis esperando, ya que voy tarde, trato de distraer mi mente para que no me mate a mí mismo con pensamientos negativos o absurdos que pudiera llegar a tener.

Cuando llego, vacilo un poco antes de entrar con la cabeza baja tratando de evadir cualquier mirada, más específicamente de Louis. Dejo la maleta en la banca y comienzo a buscar las vendas y a envolverlas en mi mano, aún sin mirar siquiera si Louis se encontraba ahí. Aunque esa pregunta fue respondida con una mano amistosa en mi hombro y una suave voz cerca de mi oído.

-Hola -parecía que de un tiempo para acá una sonrisa dulce era su marca personal y no me disgustaba para nada. Su sonrisa era la más bonita que alguna vez haya visto.

Heme aquí. Perdona por no actualizar tan seguido como dije, pero la verdad no tenía ideas.
Espero que se la estén pasando bien, ¿qué hacen para desaburrirse?

Espero que les esté gustando realmente la historia, no es para nada lo mejor que me gustaría escribir, pero por ahora es mi mayor esfuerzo.