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Tensé mis piernas mientras mi boca se abría sin emitir ningún sonido, con mis ojos cerrados. Cuando me di cuenta de los que había hecho -de nuevo- me sentí realmente mal. Hace unos días comencé a tener algunas fantasías con alguien pequeño y de hermosos ojos azules. Y no me parecía que era lo correcto, sin embargo, no podía dejar de hacerlo.

Terminé de ducharme y me puse en camino a el gimnasio pensado en lo que había hecho. La culpa me carcomía, no debería estar pensado o haciendo eso de alguien al cual le debería tener nada más que respeto y admiración.

Bajé del autobús y entré, vi el señor Tomlinson estirando, no ayudó para nada con las fantasías que tenía. Tacaba las puntas de sus pies sin ninguna dificultad, incluso abrazó sus piernas, lo cual me sorprendió. Se levantó y por el espejo me vio cuando observaba su gran...flexibilidad, espero que no se haya dado cuenta que le estaba mirando el trasero.

Me recriminaba a mí mismo por ser tan obvio, Louis solo se volteó para comenzar a darme indicaciones de lo que íbamos a hacer en esa clase.

No sé por qué de pronto comencé a memorizar cuando Louis me tocaba, los lugares y las ocasiones en las que lo hacía. No me gustaba este sentimiento de estar alerta cada que se acercaba a mí, de buscar pretextos para poder mirarlo o tocarlo, o de actuar como un niño pequeño y torpe cuando escucho mi nombre salir se sus delgados labios.

El señor Tomlinson me explicaba algunas cosas que en realidad no escuchaba, solo estaba mirando sus ojos, sus hermosos ojos, su color estaba más brillante que nunca y sus pestañas hacían que se vieran aún más hermosos. Su cabello desprendía un olor a frutos, sus labios eran de un color rosa muy lindo.

Por más que traté de engañarme a mí mismo diciéndome que no me gustaba en realidad, que solo me preocupaba por él, ya no podía ocultarlo. Sin pensarlo, acaricié su mejilla con mi dedo índice, dejó de hablar al instante, me miró sin ninguna expresión en su rostro, cuando me di cuenta traté de excusarme.

–Lo siento, tenías una mancha –tartamudeo y comienzo a guardar mis cosas. No dice nada y va a la recepción. No nos despedimos, pero antes de salir volteé a verlo y noté cómo apartó la mirada.

Soy un idiota.





¿Cómo les va en la cuarentena? Ya que me aburro trataré de escribir más. Prepárense para el siguiente capítulo ;)

¿De dónde me leen?

BOXING • LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora