Recuerdo que solía viajar junto a Padre cuando recorría cada provincia para informarse sobre el desarrollo que se obtenía. Cuando pequeña: en tiempos tranquilos, disfrazados, me llevaba a recorrer las calles; en tiempos de guerra, me enviaba a recorrer las calles junto a Zuzen y una escolta, él se quedaba en el campamento.
El paisaje que se extiende la ventana del carruaje ha pasado a ser monótono. Estos mismos caminos que recorro hoy silenciosamente, son los mismos por los que anduve saltando, aprendiendo y empuñando una espada, con el afán de poder ayudar a Padre. Un sueño, un dulce y delirante sueño que quise abrazar hasta en la guerra.
- Zuzen. En caso de cualquier altercado, sabes qué hacer. Que nadie moleste mi siesta.- No es necesario que se lo recuerde, pero es la única manera de informarle que voy a dormir, bueno hasta que deje de estar molesto.
...
(-Padre! Por fin te encuentro, di vueltas y vueltas por palacio y no estabas por ningún sitio.
-Mi pequeña Arandi! Fui a dar una vuelta a caballo. Debí invitarte, así hubiese disfrutado más el paseo y me hubieses contado como fue tu estancia en el campamento del este.
-Pero Padre, cómo ibas a invitarme si recién llego- contesté riéndome.
-Tienes razón. Ven dale un abrazo a tú viejo- dijo extendiendo sus brazos.
Cómo negarme, sí estuve lejos de él más de medio año; mi padre, la única persona que me apoya y que entiende todas mis locuras- Padre, te extrañé. La guerra en la frontera este fue muy dura, no sé cómo lograste mantenerte fuerte durante esos tres años, no es algo por lo que alguien tan gentil como tú debería experimentar.
- Ni tú, no quiero que te lastimen, pero tampoco voy a detenerte si es lo que sientes que debes hacer. Arandi, escúchame, la guerra en el sur se avecina, va a ser mucho peor que las anteriores, el rey que coronaron recientemente es cruel y ambicioso, no cesará hasta que el último hombre caiga. Temo que será más fácil que te expongas y descubran tu identidad. El campamento va a estar en alerta constante, los soldados van a estar movilizándose de arriba a abajo sin descanso, habrá muy poco tiempo para estar completamente solos y no me dejas darte trato especial, no podré cubrirte cuando necesites descanso. No participes esta vez, aun siendo hija mía no podrás eludir las consecuencias- Me contó mientras mientras me abrazaba consolándose.
- Me gustaría prometerlo, pero no puedo. Te acompañaré al campo de batalla, pase lo que pase no me arrepentiré; además, tan solo son un par de días de dieta, un soldado entrenado debe ser capaz de resistir ese tipo de castigo por un bien mayor.
- Ah, mi pequeña... como me gustaría que no hubieses aprendido a empuñar una espada.
- Es tarde para arrepentirse, en un principio no debiste enseñarme a usarla.
- No lo recuerdas? No fui yo quien te enseño, fue mi hermano mayor. Aquella tarde estaba nevando, yo los observaba desde el árbol en el que estaba recostado, una bella imagen. Estaban correteando, riendo, lanzando estocadas por aquí y por allá con unas ramitas y al final cuando ya estabas muy cansada hiciste que se agache para colgarte de el como un coala, fue muy divertido. Eran buenos tiempos.
- Suena divertido, era muy pequeña, ya no lo recuerdo. Pero si recuerdo la rasposa barba de varios días de Padre.
- Hahaha, lo recordarás con el tiempo. Por cierto, mi barba no era rasposa.)
![](https://img.wattpad.com/cover/85774901-288-k313448.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Fragancia Olvidada
FantasyQué somos los hombres, sino tu voluntad. No te arrepientes de las palabras que adornan tu esplendor, no te arrepientes de las acciones que arrementen contra aquellos que hemos puesto nuestra fé en ti. Mi vida, su vida siguen atadas; no permitiré que...