once

2.9K 351 238
                                        

𝙉𝘼𝘿𝙄𝘼

Me levanté cuando escuché un ruido fuerte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me levanté cuando escuché un ruido fuerte. Naruto estaba al lado mío con una pierna encima de mi estómago y estaba roncando.

Después empecé a sentir un olorsito peculiar.
Fua Naruto pendejo de mierda te re cagaste, que comiste ayer amigo estás podrido. — lo moví para levantarme mientras me reía, el rubio estaba medio sonrojado.
Lo dejé que siguiera acostado y fui a hacer el desayuno, yo normalmente no desayunaba porque después me dolía la panza pero supongo que Naruto si, así que le hice unas tostaditas con huevo y un juguito de naranja.

Lástima no vendían los Tang acá.
Me fui a cambiar mientras el rubio comía, escuchaba su risa desde mi cuarto.
¿De qué te reís tarado? — me acomodé la remera cuando salí.
Naruto tenía la boca llena de pan, así que me reí junto con él.
Me re aburría, no tenía mi celular y no podía jugar al free, lo único que me quedaba era salir del departamento.

Y después de quince minutos viendo comer a Naruto me di cuenta.
Mirá el reloj y decime qué no son las diez. — achinó sus ojos para verlo.
—No sé ver la hora en esos relojes. — alzó sus hombros.
La puta madre. — me di la vuelta para mirar yo.  —Uh yo tampoco sé leer esos relojes. — me levanté rápido de la silla. —Tengo que hacer algo importante podés quedarte a ver tele ya vuelvo. — le pegué en la cabeza despacio y me fui corriendo.

Las calles de la aldea ya estaban llenas de gente y me costaba esquivarlas a todas, ya había tirado al suelo a dos viejos y una nena chiquita.
Me paré a tomar aire y le pregunté al chico que pasaba al lado mío qué hora era.
—Creo que las diez y tanto. — el flaco con la cicatriz en la cara me veía algo enojado, capaz seguía resentido porque le falté el respeto al Hokage cuando salí en mi primera misión con los chicos.
Gracias capo. — le sonreí y él hizo lo mismo, o bueno, lo intentó.
Seguí corriendo hasta salir de la aldea, Shizune me iba a matar, y capaz que la señora borracha también, uno nunca sabe.

Llegué después de un rato al pueblito donde vine ayer con la pelinegra, así que empecé a caminar despacito mientras las buscaba.
La gente me miraba medio rarito, ni idea de que les pasaba, la gente blanca está loca.

Vi a la rubia salir de un lugar mientras se quejaba, Shizune salió detrás de ella con Tonton en los brazos y una cara de preocupación tremenda.
¡Hey! — me acerqué, la pelinegra sonrió.
—Hola Nadia.
¿Qué onda perri? — frunció el ceño, uy esta mina.

La rubia me miraba curiosa.
—Ella es la chica de la que le hablé, Tsunade-sama. — su rostro era claramente de enojo.
Si querés me voy. — señalé hacia atrás. —Me voy y dejo que me caguen a palos en el examen y les digo que una señora rubia no me quiso entrenar, no va a ser tu culpa si muero, para nada... — me empecé a alejar.

ARGENTINA EN NARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora