trece

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𝙉𝘼𝘿𝙄𝘼

Y volví a sentir el vacío que tanto odiaba una vez más

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Y volví a sentir el vacío que tanto odiaba una vez más.

La misma sensación de hace años, la misma cagada.
El césped me picaba en la cara mojada y los brazos por la posición en la que estaba, quería llorar otra vez, gritar, patalear, pero lo que realmente quería era a mi Mati de nuevo.
Quería verlo sonreírme, contarme chistes pedorros, extrañaba su esencia.

Escuché pasos y después sentí una mano acariciarme la cabeza con tranquilidad y una respiración calmada.
Me di la vuelta solamente para ver a Kakashi con su único ojo visible curvado al estar sonriéndome. Abrí la boca para decirle algo pero lo único que salió fue un sollozo ahogado que daba más pena todavía.
—No necesitas decir nada. — Kakashi se recostó en el suelo a mi lado y me agarró la mano para acariciar el dorso con su pulgar sin tocar mis nudillos rojizos.

Calidez.

Parecida a la de Mati, casi idéntica.
Los ojos me picaron una vez más y volví a regar el suelo con lágrimas saladas, con la mano de Kakashi dándome tanto confort como fuera posible, y, aunque no lo pareciera, ayudaba muchísimo.

Pasé un rato largo en el que ninguno habló, o se soltó. Su compañía era de lo más lindo que había en este mundo, su silencio, su aroma.
Me encantaba.
Perdí la noción del tiempo cuando Kakashi empezó a contarme historias para distraerme, como sus desafíos con Gai, su adicción a un libro en específico, su odio a lo dulce.
Cosas tan simples que me acercaban un poco más a él.
Al final del día, con la luz casi violácea en el cielo le pregunté algo de lo que me iba a arrepentir toda mi existencia.

¿Alguna vez perdiste a alguien importante?

Su mano se tensó y alejandola de la mía se levantó del suelo.
—Tengo que irme, Nadia. — no me dejó ni decirle mu que desapareció en una cortina de humo.
Me sentí mal de nuevo, y esta vez, por ser tan chusma.

Bueno quería saber.

Aunque la pregunta fue pelotuda, me parece que todos habíamos perdido a alguien importante en algún momento de nuestra vida y no era algo de lo que hablar así nomás, como si nada.

Aunque la pregunta fue pelotuda, me parece que todos habíamos perdido a alguien importante en algún momento de nuestra vida y no era algo de lo que hablar así nomás, como si nada

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