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Cada uno de ellos se fue por su lado.

Sofía pensando en el chico de ojos verdes que opaca los azules de Ernesto y que la hacen sentir confundida y a la vez emocionada y eso que solo lo ha visto solo una vez.

Por otro lado, Ernesto, con los pensamientos en los cielos divagando en lo ocurrido recientemente.

Y en otra parte en un hotel alejado de la ciudad está la chica que tanto ama Ernesto junto a un chico de apariencia desconocida conversando en la cama muy abrazados ¿Cuál sería el lugar o el día donde decidirán llevar a cabo el plan que tanto amo planeado todo este tiempo?

*****

Ernesto ya se encontraba en las puertas de su oficina comenzando con la rutina diaria primeramente a encender la computadora, toma la taza de café que siempre su secretaria le deja humeante por las mañanas, y de nuevo se levanta a ver el gran ventanal, observando detenidamente la ciudad en su totalidad.

No se fija quien entra a la oficina por estar tan metido en sus pensamientos que solo siente que es abrasado por la espalda y por auto reflejo voltea viendo la cara de Rosa.

— ¿Dónde estabas en la mañana? — la bombardea con esa pregunta pues la chica salió sin decir nada.

— Eh — la chica se pone nerviosa, pero está le sabe disimular y continua — pues me llamaron del trabajo temprano y tuve que salir sin poder decirte nada.

La chica actuaba tan bien que solo pequeños detalles que se le pasaban, pero Ernesto es tan idiota que ni cuenta se dio, pues estaba más embobado viéndole los labios he imaginándose a Sofía.

De pronto le llegó a su mente ¿Qué estará haciendo Sofía? Más la tonta chica sin neuronas le hablo desacomodando sus pensamientos racionales y dejándolos en el olvido.

— Ernesto tengo que decirte algo — el rostro de la chica se mostró serio sin emoción alguna.

— Dime cariño que es lo que sucede.

— Pues verás el día después de que te peleaste con Sofía — el chico asiente escuchando atentamente pues escuchar de los labios de ella el nombre de su esposa captó su total atención — salí al centro comercial y pues mire a Sofía con otro.

Su rostro mostró confusión, su sangre sintió hervir dentro de sí, el palpitar de su corazón se hizo más fuerte, su entrecejo se frunció mostrando una total molestia.

El para disimular su pequeño descontento la abrazó, mientras Rosa se dio cuenta, pero no puede estar más contenta cada vez está por cumplir lo que ha querido tanto tiempo, separar a Ernesto de Sofía y quedarse con él y el dinero y por supuesto sonrió ante lo acontecido.

Despegándose de aquel hombre lo voltea a ver con ojos de venado a medio morir le besa y ella le dice — Amor estoy embarazada.

Ernesto abre los ojos a más no poder suelta de la cintura a Rosa y la ve.

— Es enserio — el hombre le pregunta estado tieso por semejante sorpresa, esperando que solo fuese una broma.

— Claro que sí cariño — Y Rosa le volvió a abrazar y por consecuencia a Ernesto se le bajo la sangre hasta los pies su cerebro comenzó a carburar pues su mente no entiende cómo pasó, pero habrá que va hacer, ahora que se siente confundido por Sofía y Rosa.

*****

Por otro lado, se encuentra Sofía viendo de nueva cuenta los libros que avía en la biblioteca anterior, tanto le llamó la atención estar ahí que no quiere salir de dicho lugar pues le encanta ver tanto libro junto.

Sus ojos brillan ante lo que ve, sentir en las yemas de sus dedos, tocando cada estante repleto de libros, ficción, amor, literatura, etc.

Y de nueva cuenta tomaría uno, pero otra mano como la vez pasada querían el mismo libro.

Sofía volteo y confirmando lo que pensaba era Luciel.

— Oh qué bueno verte de nueva cuenta Sofía, me has hecho el honor de sentir la dicha de ver tu hermosa cara.

Sofía sentía que su rostro se calentaba, pues su sangre comenzó a subir y quemar sus mejillas.

Ella frunció un poco el entrecejo recordando que es casada y sentía un presentimiento en el pecho comenzando a faltarle el aire.

Sintió la necesidad de ir a la oficina de su marido pues el dicho presentimiento es acerca de él y pues surge la necesidad de ir y preguntar, pero ella no perderá la oportunidad de hablar de nuevo con Luciel.

— Que pasa no te ha gustado como te digo.

Sofía entro en sí de nuevo.

— No es eso es sólo que me has tomado por sorpresa.

El tipo sonríe ante las palabras de Sofía, estaba por articular palabra cuando el celular de Sofía suena, llevando su mano al bolso que traía colgada en su hombro, ve que es el número de su esposo, ello no entiende que es lo que diablos pasa pues él nunca le llamaba, contesta sintiendo descontrolado su ritmo cardíaco.

— Aló — fueron las primeras palabras que menciona después de descolgar el teléfono.

Sofía.

— Si ¿Qué es lo que pasa? — hizo aquella pregunta con mucha inseguridad mientras cruzaba miradas con Luciel.

Necesitamos hablar.

— Que pasa? — pregunta mientras un gran nudo se instala en lo más alto de su garganta.

No recibe respuesta algún solo silencio, un silencio que le dio una mala corazonada que le punzo en el pecho y estómago.

— Algo malo ha pasado.

Y con ello solo hizo que su presentimiento se hiciese realidad.

— Entiendo en un momento llegó a la casa.

Después solo escucho el sonido de que la llamada finalizó, bajo el brazo con el teléfono aun en la mano.

Volteo a ver al tipo y le soltó lo que pasará en el momento — Sabes me tengo que ir a surgido un problema y me tengo que retirar.

— Claro, no hay problema.

Y con ello Sofía sale de la librería dejando a un hombre con una sonrisa siniestra y ojos de burla.

El juego ha comenzado Sofía

Después de pensar aquello llamo a la persona que sería su cómplice.

Doloroso Amor "Editando"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora