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Sofía no aguanto más pues sentía que el tacto y el beso de Ernesto le quemaban y con un movimiento brusco logro soltarse de las garras que las cuales la lastimaban.

Y si es así como se escuchó un sonoro sonido de piel con piel se escuchó, Sofía le dio una bofetada que hizo que le diera vuelta al rostro.

Regresando la vista a Sofía Ernesto vio como tenía sus mejillas bañadas en lágrimas, sus ojos de nuevo hinchados.

Ernesto está sorprendido por la manera en que reaccionó ella como lo que él hizo, se sorprendió por haberla besado, no se entiende ni el mismo.

Sofía para escapar de todo esto, el embrollo de emociones el dolor que sintió fue que solo huyó de ahí dejando a Ernesto con la mejilla que le comenzó a picar y arder por la fuerza de la cachetada que le propinó Sofía.

Se sentó en uno de los bancos que se encuentran hay, llevándose las manos al cabello y estirándolo con frustración piensa que ara, como le ara para ver a los ojos a Sofía.

Por otra parte, Sofía subió casi corriendo las escaleras, llegando a la sima de esta, solo atino a limpiarse ferozmente las lágrimas que aún escurrían por sus delicados cachetes sin percatarse de que Rosa la observa desde su habitación y cuando Sofía entra a su cuarto cerrando la puerta tras de ella Rosa aprovecha y baja encontrándose a Ernesto con una pose descomunal de él.

Pero ella no perdería tiempo llega sigilosamente tras de él y lo abraza por la espalda haciendo que el hombre de un brinco del susto.

Ernesto da la vuelta encontrándose con la penetrante mirada de Rosa.

— ¿Qué pasa cariño? — pregunta Ernesto bajo la mirada de su pareja.

— Nada, bueno... — comenzó a decir Rosa mirada y rostro de inocencia bajo la vista de él.

— ¿Bueno? — levanta una de sus cejas haciendo una interrogante a la persona que lo deja con intriga.

— Bueno es que no te vi a mi lado y me sentí sola.

Sola, sola se repetía Rosa en su pobre y podrida mente, sola siempre estuvo sola, mientras sus padres trabajaban en lugares vulgares según ella, Rosa tenía que estar en una fastidiosa escuela pública llena de pobres que no le llegaban ni a los talones, pobre de Ernesto si se empareja con la víbora de Rosa, pero está tan enamorado de ella que no se podrá resistir y ahora menos ya que está "embarazada de él"

— Lo siento cariño, pero mi garganta se había secado y necesitaba urgentemente agua.

Si claro agua pensó ella, como no te vi abrazando a la estúpida de tu esposa me dirás mentiras que hipocresía de tu parte.

Eh bueno no soy quien para decir aquello verdad porque estoy metida en una venganza con otros tipos y bueno yo dando clases de buenos modales y de la anti hipocresía jajá doble moral ja como si me importara mucho, claro que no estúpidos todos los que me rodean ha.

— Oh cariño mejor vamos a la cama en necesario de que duermas ya que mañana tienes que ir a supervisar la empresa ¿No?

— Claro Florecilla vamos a dormir.

Y con ello Ernesto se levanta tomado de la mano de Rosa acomodando el banco en su lugar y apagado las luces del lugar se alejan de ahí.

Subiendo las escaleras lentamente llegando a su cuarto y cerrando la puerta tras de ellos.

Por otra parte, de la casa Sofía aún se encontraba en un mar de llanto, las gotas salían una por una resbalando por sus mejillas llegar a su barbilla y caer al piso.

Lleva sus manos a su cabello lo jala en señal de desesperación y frustración por no saber qué hacer.

El contacto que tuvo con él le lastimo le quemo hasta las entrañas, sus sollozos eran inaudibles pues trataba de hacer el menos ruido posible para no darle gusto al idiota que se encontraba a solo algunos pasos de si habitación con la que será su futura pareja después de ella y que en su vientre lleva al que será su primogénito su hijo, en heredero del porcentaje de las acciones y por consecuencia ella debe buscar el suyo ¿No?, Claro que así debe ser.

Camina al baño y de nuevo se moja el rostro retirando todo rastro de lágrimas, todo rastro de tristeza y solo se enfocará ya en ella misma, toma la toalla y seca su rostro.

Ve su reflejo en el espejo ya no hay brillo alguno, ya la mirada inocente se fue, el rostro joven que debería tener se fue, solo le adorna una piel seca sin brillo, cabello sin fulgor y opaco, párpados hinchados y acompañados de pestañas humedad por el llanto.

— Esto fue el colmo Ernesto — se habló así misma frente al espejo — hasta aquí fue mi aguante, no te basto con pisotearme y humillarse tanto privado como en público ahora me besas para burlarte de mí y para colmo en mis narices y ahora el que va a sufrir serás tú y tu novia, verás que ni necesito a un hombre para poder seguir adelante.

Cuando callo se miró ahora sería fuerte ya ni llorara es su turno de ser alguien más fuerte no la humillarse más.

Es su turno.

Y con eso en la cabeza se fue a la cama cubriendo su cuerpo con las sábanas blancas hasta su cuello.

*****

— Me han estado mintiendo todo este tiempo inútil — menciona el tipo con el ceño fruncido, pero nadie se da cuenta pues el siempre ha procurado mantener su rostro oculto de sus trabajadores.

— No les dije que me mantuvieran al tanto idiotas, ahora que voy a hacer resuelvan el maldito problema.

Su cara estaba roja de furia, sus ojos parecía que un poco más los abría y saldrían de sus cuencas.

— Vayan y hagan bien su trabajo, ineptos, porque si me llegan con que hubo un pequeño o el más mínimo problema dense por muertos par de ineptos.

Los hombres se fueron de ahí asustados con la manera en que les hablo y los amenazó de muerte.

Pero porque está enojado pues los tontos no entregaron completo un trabajo que se les encargo y este hombre se ha enojado.

— Nos encontraremos pronto Sofí — menciona aquello con un cigarrillo en los dedos acariciando con su mano una fotografía reciente de la chica.

Doloroso Amor "Editando"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora