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Sofía tomando de su bolsillo las llaves de su coche, abriendo la puerta con las manos temblorosas y con el nudo creciendo en la garganta sube al automóvil y encendiendo lo comí si la estuviesen persiguiendo.

Manejando como vil ladronzuela que le han pillado en el acto, conduce rápido, pero con precaución.

La preocupación por cada semáforo que pasa y está más cerca su destino crece, crece y crece como cual planta en primavera, con los nervios a flor de piel llega a su casa y como subió bajo cerrando la puerta tras de sí.

Corriendo tan pronto como sus pies le permiten llegó a la puerta de su condominio, abriendo estrepitosamente la puerta ve enseguida a Rosa y a Ernesto en la sala.

Su mal presentimiento se posiciona más en su estómago, su garganta comienza a formarse un nudo, las pupilas de sus ojos de dilatan, su ritmo cardíaco se hizo irregular.

— Sofía ven — le llama Ernesto, ve a las dos personas que están sentados ahí.

Sofía con pasó inseguro camina a dónde se encuentran las dos personas que provocaron por mucho tiempo su dolor y en este momento a cómo está la situación talvez y solo talvez su corazón ya no aguante una decepción más de parte de su marido.

Sentándose frente a ellos observando cómo ella tomaba el brazo de su marido aceptando el contacto que está le da y que a ella solo le dio rechazo, mientras a ella le daba flores y chocolates Sofía solo recibía un montón de insultos y burlas.

— ¿Qué es lo que me tienes que decir? — solo esperaba la gran bomba.

— Pues lo que te tengo que decirte es...— el tipo no podría articular palabra alguna — es que — se lleva la mano libre detrás de su cuello — este.

— Este que Ernesto solo ya.

La desesperación comenzó a llenar el ser de Sofía todo le parecía incómodo, Rosa no tenía mucho tiempo ahí y ya no la soporta.

— Este, Rosa está...— No término de articular Sofía ya sabía a dónde lleva este asunto — Está embarazada.

Su corazón se detuvo sus ojos están más que abiertos.

— ¿Qué? — su tono de voz salió muy agudo, su sonido se oyó lastimero.

Sus ojos picaban por derramar lágrimas, el nudo en la garganta se hizo mucho más pesado, su llanto quería hacerse presente más lo retuvo y con coraje y valentía se levantó y dijo.

— Pues felicidades a ambos, bueno creo que hasta aquí llegó nuestro matrimonio Ernesto, hablaré con uno de los abogados del bufete a que me tramiten el acta de divorcio.

Ernesto escuchaba cada palabra que soltaba Sofía, su voz sale temblorosa, pero con decisión.

— Espera, Sofía, no llegue.... — la frase quedó en el olvido pues volvió a interrumpir Sofía.

— Ya no hay nada que hacer Ernesto tú lo provocaste no veo el objetivo de detenerme, tú y nadie más que tú lo has provocando — tomo más aire llenando sus pulmones y continua — ya eres demasiado grande para que trates de perdonarte, creo que tienes los suficientes pantalones para afrontar tus consecuencias — dándose la vuelta para caminar, pero se detiene — y por lo de la empresa y bufete de abogados no te preocupes me are cargo de ellas solo serás un socio más.

Ahí fue cuando Rosa se sorprendió por las palabras de la chica pues que no su novio era dueño del bufet y empresa que el manejaba solo pregunto bueno más bien peleó.

— Oye no tienes derecho a quitarle lo que por ley le pertenece antes él debería de decirte eso sacarte de esta casa y dejarte sin un peso, ni entiendo cómo es que tienes las agallas para decirlo.

Sofía ante lo dicho de aquella arpía se dio cuenta que clase de persona es y lo que buscaba de lo que en un tiempo a su ex marido y como si le hayan dado cuerda a Sofía voltea y le responde.

— Espera, ¿Qué es lo que me tratas de decir?

— Que no tienes ni porque decirle eso a mi novio, ni siquiera entiendo porque mencionas los lugares que maneja, seguro y lo único que tú quieres es darle lastima para que no te deje sin dinero.

— Yo querer darle lastima por dios que tienes en la cabeza ¿Aire?, Pero que patética eres.

— No yo no soy patética solo peleó lo que por ley le pertenece.

Sofía no aguanto las ganas de reírse ante lo dicho anteriormente, su risa sonaba tan genuina y melodiosa que captó la atención de Ernesto haciendo que este se arrepintiera por todo lo que ha hecho

— ¿Cuál es la gracia? — pregunta Rosa por la tan de repente carcajada de Sofía.

— Tu — Rosa frunce el ceño y le parece aún más divertido.

— ¿Por qué?

— Solo porque no te lo ha dicho.

— Decirme que. 

— Que la legítima dueña de la empresa y el bufete donde te ha llevado y de dónde saca el dinero para tus paseos, joyas y lo demás es mío.

— Es eso cierto Ernesto.

Más Ernesto solo callo la pregunta quedo en el aire junto con las ganas de ahorcar a Sofía y a Ernesto nunca contó que ella era la dueña de la que tanto anhelo.

La envidia y el coraje la carcomía por dentro como es posible que ella allá conseguido todo lo que tiene el hombre que ama se casó con ella, su madre es abogada su padre es un empresario exitoso y ella que una vil hija de sirvienta y un mecánico se avergüenza de sus raíces y para terminar ella solo era una vil camarera de una cafetería.

Sofía no continuó escuchan más y fue directo a las escaleras y subió una por una con elegancia ignorando a las dos personas que le causaron daño.

Para Ernesto Sofía no pasó desapercibida le a llamado la atención cuando esta subió las escaleras.

Doloroso Amor "Editando"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora