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Sofía, después de salir de la oficina de su amigo y, por así decirlo mano derecha de Ernesto siente mariposas en su estómago, sintió como su corazón se aceleró con solo decirle adiós, pero no quiere hacerse ilusiones, no de nuevo. Esto mismo sintió por Ernesto y ve como le pago dándole los mejores años de su vida y que recibe de él, nada, absolutamente nada más que solo reclamos y ahora el repentino comportamiento del idiota no es las que una farsa para ella.

Su dignidad, si es que aún tenía y la razón que hasta este momento decidió utilizarla le ha dicho que no sea idiota que merece algo mejor, que sí con ese bobo no funcionó pues con otro, pero su corazón se oprime pues la razón es que quisiera sentir lo que es ser madre, cosa que le fue negada.

Mientras por lo lejos un hombre habla por teléfono que observa desde un punto estratégico a Sofía y sacándole fotografías para enviárselas a su respectivo jefe.

Por otro lado, Sofía llega a la resección del bufete de abogados encontrados con algo desagradable para sus ojos, era Ernesto con rosa besándose frente a lo que sus padres le han dejado, pero ella no agacha la vista ni nada por el estilo. Pasa al lado de ellos como si no interesará lo que están haciendo.

Pero para mala suerte Ernesto la ve de reojo sorprendiéndose por la presencia de la chica aparta a Rosa y le llama.

— Sofía — la chica ante el llamado se detiene y voltea — ¿Qué haces aquí?

Sofía se confunde, porque le pregunta esa estupidez no ve que lo paso de largo porque no quería verlo.

— Ernesto, bueno creo que es algo que no te importa por qué estoy aquí o si — el tono de su voz sale despectivo ante su presencia.

Rosa de percata de ello e interviene como "buena novia" que es.

— Oye no le hables así.

— ¿Cómo? si se puede saber — Sofía le contesto burlona y sarcástica.

— Ay por favor, lo dices cómo si no lo supieras, yo que tú, controlaría mi boca no vaya a será de malas y te saque de la casa.

Sofía suelta una carcajada ante el comentario de Rosa. Pues le sonó como si le haya contado un chiste, pero de los más baratos de los que hay.

— Ah por favor Rosa mejor cierra la boca, no sabes absolutamente nada de lo que ocurre y respecto al dinero la que debería de moderar el lenguaje serías tú — Rosa muestra confusión, no entiende lo dicho por Sofía.

— De que demonios hablas.

— Ah no entiendes ¿Verdad?, Es una lástima que una mujer con tan poca cultura y educación no entienda — las palabras salían como si fuesen cascada de agua con facilidad, pero con gran peso al tocar el suelo — mira señorita Rosa, ya te lo dije con anterioridad la empresa junto al bufet me pertenecen, bueno la mayor parte, pero eso no viene al caso, el asunto es que me debes respeto reverendo de mujer.

La burla de Sofía no la aguanto y está estaba que echaba humo por las orejas y solo volteaba a ver a Ernesto, pero se le ocurre una idea, siempre fue buena actriz y es el momento de sacar eso a flote, con hipocresía suelta lágrimas que resbalan por sus mejillas haciendo que estás se empapen haciendo que llamé la atención de Ernesto asiendo que esté la abrase y la consolé.

— Oye que te pasa no te ha hecho nada.

Nada, nada, nada, esa palabra suena en la mente de Sofía, no te ha hecho nada, hasta eso suena irónico.

— Nada, ¿has dicho nada? — pregunta de manera sarcástica levantando una de sus cejas.

— Efectivamente no te ha hecho absolutamente nada y de mi parte creo que debes detenerle respeto ya que es mi novia. — menciona mientras suelta a Rosa y se acerca a Sofía.

— Respeto hablas de res.... Sabes que olvídalo, pero si será tu novia en cambio yo soy tu esposa y que no merezco respeto.

— Esposa, ja no eres nadie Sofía — calla Ernesto, decía su mente — no eres nada mío ni hoy ni nunca serás algo mío — cállate — solo recuerda que ella es mi novia, ella es mi acompañante, mi amiga y la madre de mi primogénito el que heredará mis bienes — no digas más no seas idiota le recriminó su voz interior — solo recuerda solo estoy contigo por las.... — un sonido de choque se escuchó, Sofía abofeteo a Ernesto.

Volviendo en si Ernesto se da cuenta de las palabras tan crueles que ha dicho, volteando la cara a la dirección de Sofía, ve que su mirada no demostraba nada, eran fríos, vacíos como su corazón y más que nada sin el brillo significativos de ella.

— Sof yo... —

— Cállate me has dejado en claro lo que soy y siempre he sido para ti, una gran nada, solo un mueble más y creo que no necesito recordarte verdad.

La vista de Ernesto cae al suelo.

— No, no agaches la vista, levántala cual macho eres, demuestra que tienes pantalones y demuestra que nada te derrumba, demuestra que nada ni nadie te tumba, pero solo recuerda esto y grabarlo en la cabeza de hoy en adelante olvídate de mí, aunque creo que no será tan difícil verdad.

— Espera que, olvidarte si eso es muy fácil ya que tú nunca has sido ni eres importante para mí.

Y eso fue todo para romper completamente a Sofía, que crueldad del tipo, primero la besa y la cela, ahora solo la desecha y lo peor de todo fue su primer beso algo que era demasiado importante para ella.

Mientras tanto Rosa de reía de lo que estaba ocurriendo frente a ella, se reía de Sofía en su cara y más dándose cuenta de que la veía y solo sonrió sínicamente.

Sofía sonríe de vuelta a Rosa haciendo que está frunza un poco el ceño ante la reacción pues no es la que esperaba.

Soltando un suspiro y cerrando sus ojos habla — Bueno, con esto me has dicho todo, ya me quedó claro y... — enganchando sus manos sigue — solo espera mi abogado hablara contigo.

Doloroso Amor "Editando"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora