Bajo un sol caluroso de verano, despertó aquella mañana. Aburrido, cansado, sin ninguna motivación. Pensando en su monotonía que cada vez iba tomando un giro desgarrador. El futuro próximo, que se avecinaba lo estaba atormentando, pero según sus convicciones era algo que debía hacer.
De despertó como cualquier otra mañana, con una sonrisa amplia para mostrarle a su hermano, la persona más preciada para él y a quien le entregaría su voluntad si todo estaría bien.
Desayunó en silencio en el comedor, con sus padres y su hermano, mientras que con una hoja de papel que encontró en la mesa, que parecía tener alguna lista de compras, comenzó a abanicarse para sentir menos el calor.
—Hace mucho calor hoy. —le dijo su madre al ver que él no soportaba la sensación.
—Mas que todos los días. —sonrió tranquilo.
Se sentía triste, por dentro lo carcomía mucho dolor. Estaba roto, y ver la sonrisa de su madre le hacía sentirse mucho más triste, pero aún así, sonrió con los ojos cerrados, porque después de todo, él era una luz brillante en medio de la oscuridad.
—¿Crees que podamos entrenar hoy? —preguntó su pequeño hermano con una sonrisa amplia y sus ojos llenos de brillo.
—Tendiendo en cuenta este calor...
—¡No importa!
Itachi sonrió al ver la emoción de su pequeño hermano Sasuke, siempre activo y queriendo ser más fuerte.
—Hace días que no entrenamos... Estás tan ocupado con tus obligaciones. —Infló sus mejillas malhumorado e Itachi sonrió.
—Esta bien, Sasuke. —acarició su cabeza y Sasuke no pudo contener la felicidad.
Y así como lo prometió, así fue. Después de todo, sabía que sería el último entrenamiento con él, quizá el último instante que podían compartir.
De camino a entrenar, Itachi se encontraba ensimismado. La tristeza no había abandonado sus pensamientos y en cada paso que daba, cada segundo, cada minuto que corría, se sentía mucho más triste, pero nadie era capaz de notarlo, porque solo él conocía sus sentimientos y era lo suficientemente maduro paga fingir que nada pasaba.
—¿Qué te sucede? —preguntó Sasuke al ver que después de un largo camino llamando su atención, Itachi no lo percataba.
Itachi se detuvo de caminar, y vislumbró el camino por delante. Aquel bosque que lo vio crecer y madurar, convertirse en un gran shinobi. Guardó su tristeza y sonrió.
Miró a Sasuke y se agachó para estar a su altura mientras le dedicaba una sincera sonrisa.
—Sabes, Sasuke. Hay veces en las que es necesario hacer ciertos sacrificios.
Sasuke lo miró sin entender, pero prestó completa atención a sus palabras. Tenía la convicción de que todo lo que su hermano decía era muy importante.
—A veces sacrificamos todo para mantener libre a quienes amamos, ya sea liberándolos de la vida, del sufrimiento, del egoísmo, de la maldad, redimiendo en un perdón. O simplemente ganando odio y rencor, cargando con el peso de la culpa, solo por el bien de los demás. Pero... —La sonrisa de Itachi se esfumó. —Nunca sabremos si al final las cosas saldrán bien, si el sacrificio realmente valga la pena o lastime a alguien peor de lo que puede hacerle bien... Solo espero que sí algún día yo cometo un error tratando de defender lo que creo correcto, tú no hagas lo mismo.
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«Sin sentimientos» [En Edición]
Romance«Amar» ha sido una palabra que para Sakura Haruno ha tenido cierta transformación y trascendencia, desde comprender que no es poseer, hasta los diferentes tipos de amor. Con su regreso inesperado, Sasuke, después de su viaje de redención, llega con...