Capítulo 48

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La nieve era fría, siempre ha sido fría, pero aún así, hace parte de un tiempo, de una estación, y durante todo el año, el frío no perdura, solo es un ligero tiempo donde los copos de nieves caen y se esparcen, dejando un manto blanco y helado sobre la tierra, sobre los árboles, sobre la piel cálida.

Las emociones son una representación de las estaciones, todo es temporal, van y vienen, y se vuelve a repetir durante el ciclo de la vida. Sasuke no siempre ha sido un chico frío, y no lo es siempre. Durante todo este tiempo que ha compartido con Sakura, ella ha lo logrado ver y comprender cada faceta de Sasuke. No es un chico frío y sin sentimientos, solo es alguien complicado, a qué a pesar de las diferencias siente amor, siente calidez y empatía.

A Sakura le costó aprender a conocerlo y aunque aún lo sigue haciendo, aún tiene mucho que entender. A Sasuke también le costó comprender de que se trataba el amor que Sakura siempre le confesó. Nunca quiso dominarlo ni se trataba solo de su físico, ella siempre quiso sacarlo de la soledad y de la oscuridad, que aún con la distancia, Sasuke fuese capaz de no sentirse solo, y así lo logró.

Aquella mañana nevaba. El invierno ya había llegado y el tiempo para ambos se hacia corto. Sabían que pronto debían regresar, pero estaban bien con eso. Aquel viaje les sirvió para conocerse, amarse de distintas maneras y poder confiar plenamente el uno en el otro.

Sasuke sujetaba fuerte la mano de Sakura mientras caminaban por la espesa nieve a pasos lentos, como si tuviera de miedo de perderla, como si el soltarla fuese duro para él, como si eso significaba dejarla ir.

Ella se mostraba feliz. Había tenido unos meses maravillosos en compañía de Sasuke, y le agradaba saber que era mutuo. Su relación con Sasuke fue mucho mejor de lo que ella esperaba.

Bajo sus pies, había un gran tronco cubierto de nieve, y a pasos lentos, ella lo caminaba con las mejillas ligeramente ruborizadas y con una tierna sonrisa. Sasuke en ningún momento soltó su mano, tal vez con miedo, tal vez con amor, pero no quería hacerlo.

-No deberías jugar con todo lo que encuentras en el camino.

Ella le respondió sacándole la lengua para después sonreírle a ojos cerrados. Era tierno y algo ansioso ver a Sakura jugar libremente con todo como si fuera una niña que se enfrentaba al mundo por primera vez.

-Es divertido. -saltó del tronco y se bajó. Sasuke se alarmó preparando su brazo para recibirla en caso tal hubiese resbalado. -Estas muy sobre protector, Sasuke ¿No crees?

Sasuke suspiró tranquilo de que ella estuviese perfectamente bien a pesar de todo. La miró. Ella lo miraba incrédulo y con un toque de burla.

-¿Es por mi o por él? -señaló su vientre, el cual ya estaba bastante grande. Él no respondió, aunque evidentemente era por ambos. Ambos son su familia, su preocupación eran ellos. -¡Vamos, Sasuke, se cuidarme sola! No habrá ningún problema, sabes.

Suspiró. Sabía, lo sabía muy bien. Ella era capaz de defenderse por si sola aún estando embarazada, y hasta aún más. Su chakra había aumentado de forma repentina y al mismo tiempo descontrolada debido a la criatura que creía en su vientre.

«Así como el cuerpo, el organismo en si mismo se desestabiliza un poco con el embarazo, el chakra también lo hace. Y si el bebé tiene condiciones diferentes a la de la madre como el tipo de sangre, el tipo de chakra y otras cosas más, eso hace que haya algunos problemas a nivel de chakra y poder de la madre, pero parece que este niño o niña y yo, estamos bien sincronizados.»

Sasuke recordó las palabras con las que Sakura le había explicado unas semanas atrás cuando el preguntó por el cambio tan abrupto que ella estaba teniendo en su cuerpo y su chakra. De alguna manera, su poder se incrementaba.

«Sin sentimientos» [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora