Ya pasado mañana sería navidad. A mi mamá siempre le encantaba esta época, pero también la invadía un sentimiento de tristeza por mi hermano. La navidad es una de las épocas favoritas de casi todo el mundo, pero para los venezolanos ahora está un poco llena de tristeza por sus familiares que no comparten la mesa con ellos, porque les tocó emigrar fuera de su tierra. Ahora las felices navidades, y el feliz año nuevo, es a través de una pantalla de un artefacto electrónico.
Lucas era como mi ángel de la guarda, estaba ayudándonos a decorar la casa con cosas viejas de años anteriores que encontramos, él por su parte nos trajo más. Ese chico siempre era todo lo más perfecto que podía tener en mi vida, la mejor jugada que me pudo jugar el destino, era él.
Yo me aleje un momento de la sala para mirar una foto vieja que encontré dentro de las cosas de navidad. No pude evitar que las lágrimas rodaran por mis mejillas, en la foto estaba toda mi familia hace cinco años donde todo era tan diferente a ahora, ya no estaba mi hermano, ya no estaban mis primos con los que corría junto con mi hermano, muy rápido para el baño, a vestirnos desde muy temprano y poder quemar nuestras pólvoras, aunque para la medianoche ya no nos quedaba nada para celebrar.
Es muy triste lo que cada Venezolano pasa en esta época del año, extrañando a sus seres queridos del cielo y regados en varias partes del mundo. Es duro lo que cada Venezolano pasa, sobreviviendo día a día con lo que puede, como si fuéramos animales. Pero es que solo somos seres humanos con sueños y esperanza. Millones de trabajadores, hijos, madres, profesionales, ancianos, niños, animales, todos absolutamente todos sufrimos las consecuencias del gobierno.
Subí mi mirada limpiado mis lágrimas y absorbiendo mis mocos cuando miré a Lucas que sin decir nada enredó su torso en mi cuerpo, ejerciendo mucha presión y ese simple abrazo bastó para que me sintiera mucho mejor, beso mi frente y me sonrió y le devolví la sonrisa suspirando triste.
—Muérdago —dijo subiendo en sus manos a nuestra cabeza un pequeño muérdago que no sabía que existía.
Yo lancé una sonrisa entrecerrando mis ojos y ladeado mi cabeza a los lados porque sabía que significaba. Sin decir nada le di un rápido beso y reí por lo bajo.
—Me encanta tu risa —confesó.
—A mí me encantas tú —conteste acercando mi boca a sus labios para besarlo.
—¡A terminar de decorar el árbol muchachos! —indicó mi madre mientras nos separábamos del besos burlones, ella tenía unas luces en sus manos. Lucas alzó sus pulgares mientras yo me dispuse a terminar de desenredar el árbol. Mi madre comienzo a marcharse rumbo a la cocina y Lucas sin dejarme procesar nada se acercó y me beso nuevamente.
—Me lo debías —comunicó entre risas.
Le lancé una mirada fulminante tratando de reprimir una sonrisa.
—¿Sabes, bonita?
Preste suma atención con mi boca un poco abierta.
—Antes de que mi madre falleciera...
Un nudo se posó en mi garganta mirando su sonrisa triste mientras continuaba: —La navidad era para estar unidos con la familia... pero cuando falleció —dio un suspiro melancólico y continuó —, luego la navidad era para darme cuenta lo solo que estaba. Pero ahora que estás tú todo es diferente. En verdad has reparado cada uno de esos pedazos rotos y has devuelto la vida a mi corazón y alma.
—Te amo, Lucas —dije con mucho sentimiento ver su sonrisa y sentir su respiración era todo para mí.
Di una risa de felicidad y continué: —Quiero que sepas que te amo eternamente, que cuando dije que si quería ser tu novia lo dije para siempre. También sé que él siempre está muy lejos, pero yo te amo de verdad y esto que siento no lo sentiré nunca por nadie, porque de eso estoy muy segura.
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Un amor fugaz ©[✔]
Romance«Qué lo único fugaz sean las estrellas. Tu quédate por siempre« Lucas y Camila se encuentran en el metro de la ciudad de Caracas ¿Es acaso una jugada del destino? Desde ese día la atracción entre ambos es evidente. Una vez que ambos se junten, inici...