Ya faltaban unas pocas semanas para navidad. Hoy era lunes y me desperté muy temprano pero no para ir al trabajo, íbamos a la playa, que emoción.
Me asomé a mi ventana abrazando por inercia porque estaba haciendo mucho frío, y todo estaba muy oscuro, sentía recorren por mi cuerpo el frío de la madrugada cada vez más. Lucas había dormido conmigo para poder irnos juntos, él era muy madrugador ya se estaba bañando y yo le prepare su adorado café acompañado del desayuno.
La cabellera negra de Lucas hizo presencia al entrar y su perfume impregno mis fosas nasales, lucía increíble con ese pantalón, su gorro, y esa camisa blanca que me recordaba a una que marche en el metro, reí por lo bajo al recordarlo. Lleve un poco de café a mi boca mientras lo admiraba parando en el umbral sonriéndome de oreja a oreja y cerraba varias veces sus ojos para reír por abajo.
—Me encanta esa mirada de enamorada y loca que me das, bonita.
¿Tanto se me nota?
—No sé de qué hablas — mentí mientras mordía el interior de mi mejilla.
—Puedes fingir todo lo que quieras. Pero tu mirada de enamorada siempre te delata, y lo sé bien porque te conozco. Además yo tengo esa misma mirada en mis ojos.
Me acerque con pasos vacilante a él, poco a poco mientras decía esas palabras mirándolo fijamente a los ojos, era cierto estaba muy loco por mí y es lindo mirar a alguien a los ojos y ver lo feliz que es, y besándolo lo supe aún más.
Esa madrugada nos dispusimos a emprender nuestro camino a pie por las calles de Caracas. Todo lucía muy oscuro, y solitario. Me recorría una sensación de frío y terror por cada uno de mis poros, ambos sabíamos que era un riesgo irnos a esa hora de la madrugada, pero si queríamos conseguir trasporte debíamos hacerlo, por eso no fuimos el fin de semana por el montón de gente que podía estar haciendo cola para asistir a la playa.
Debíamos irnos en los carros de misión trasporte que son del gobierno porque sea como sea son más accesibles que una ruta normal donde es mucho dinero, y te cobran en efectivo del cual no tenemos, y estas propenso a que te roben en las rutas normales, sea como sea los del gobierno tienen cámaras y es muy difícil que te roben.
Nuestro destino era Higuerotes*. En el transcurso del bus nos fuimos en el tercero que salió, a pesar de todo nos tocó realizar una larga cola pero llegaríamos temprano y todo por levantarnos tan de mañana, mi Lucas todo el camino estaba profundamente dormido, yo solo miraba los paisajes que ofrece Venezuela pero sin percatarme de nada también me dormí profundamente.
Al estar en Higuerotes se nos encogió nuestro corazón, porque muchas personas se miraban que estaban cargando agua desde pozos para sus casas, otros niños y jóvenes como nosotros estaban montados en las matas de mango, se sabía que cuando llegaba la cosecha esa era su comida, siempre eso me partía el alma en mil pedazos, porque esas familias no tenían que comer, y con los mangos sería su comida por unos meses hasta que se acabará la cosecha, donde esperaban una nueva.
También me parecía muy triste que ni en tu propio país se pueda hacer turismo, como hace años que con toda la familia se acostumbrada a ir a los Médanos de Coro*, a Mérida*, Al Táchira, a Margarita*, a ver todo el hermoso turismo que ofrece Venezuela. Es muy triste que en tu propio país no se pueda realizar esos viajes por el dinero, porque un Venezolano solo tiene para comer y eso a medias.
—¿Bonita? —preguntó Lucas chasqueando mis dedos a mi cara.
Yo reaccioné inmediatamente y le sonreí pestañeando varias veces.
—Es tan hermosa la playa los totumos, ¿no es cierto, Lucas?
—Si, bonita. Es hermosa. Pero no tanto como tú.
Rodee mis ojos entre risas.
Ya estábamos en la orilla de la playa y me quite los zapatos para cargarlos en mis manos, Lucas hizo lo mismo para dejar que las pequeñas olas mojaran nuestros pies. Rodeamos la playa con nuestras manos entrelazadas sintiendo la brisa del mar que volaba mi vestido, cabello y lo mismo hacía con Lucas.
—Él color azul del mar es perfecto —habló Lucas y dirigí mi mirada a él donde estaba con una sonrisa y su pelo se revoloteaba con la brisa del mar —. Por eso es uno de mis colores favoritos.
—¡Tienes problemas mentales! —exclamé burlona.
Lucas arqueo sus cejas confundido dio un suspiro cerrado mis ojos para continuar.
—Las personas que tienen problemas mentales tienen como color favorito el azul.
—Puede que sea cierto, por eso los locos actúan raro como yo.
Terminando de decir, Lucas comenzó a cargarme entre sus brazos y yo grite de alegría mientras me daba pequeñas vueltas, sintiendo el sonido de las olas, el calor de su cuerpo, y nuestras risas no podían pedir nada mejor en el mundo.
Lucas trajo una pequeña varilla y noté que estaba dibujando algo en la arena era un corazón con nuestros nombres yo sonreí feliz mirándolo como una boba.
—¿Te gusta? —preguntó Lucas, yo asentí moviendo mi cabeza porque dibujaba muy bien.
—Me encanta. Pero sabías que un corazón dibujado no se parece en nada a uno real — comunique mis conocimientos con una amplia sonrisa.
—Mmm — musitó tocando su barbilla —. No había pensado en eso, bonita.
—Es que la idea de dibujarlo como nos enseñaron partió de unir dos corazones humanos reales, y así en un dibujo representar el símbolo del amor.
—Amo tus neuronas, bonitas —murmuró entre risas negando con su cabeza.
—Por elogiar mi intelectualidad, tienes ganado el universo.
Lucas sonrió de lado a lado y me beso profundamente.
Lo pasamos tan genial en la playa, nos entristeció tener que venirnos temprano para poder tomar el bus. En el bus me puse un poco triste porque en el bus mi mirada se dirigió a la bandera nacional y pensando en ella y sus colores me lleno un sentimiento de tristeza. El primero color amarillo para mi representaba lo fundido de cada una de las monedas devaluadas, el segundo color azul representaba las lágrimas de cada familia Venezolana, y por último el rojo que era el de la sangre derramada de todos esos que murieron como héroes por querer alcanzar la libertad. Lucas me abrazó y muy despacio solloce en sus brazos pero luego como siempre me calmo con su sonrisa y diciendo cosas que alegraban mi corazón, cosas muy bonitas.
—Ven, bonita toma uno de mis audífonos y escucha conmigo la música rara de mi playlist. Porque cada canción habla sobre ti y lo mucho que te amo. Porque si llegáramos a formar una ecuación matemática contigo esta misma y todos dirían que eres perfecta, porque lo eres, eres perfecta, mi bonita. Y eres solo y completamente mía, mi bonita,
...
*Higuerote: Es una región turística muy cerca de Caracas, la ciudad Capital de Venezuela. Posee hermosas playas y su cercanía con Caracas la hace muy codiciada para los temporadistas que buscan un desahogo de la ciudad capital.
*Médanos de Coro: Es un parque nacional ubicado en el Estado Falcón/Coro.
* Mérida: Es una ciudad venezolana situada en la cordillera de los Andes, en la parte noroeste del país. Es famosa por su arquitectura colonial española, sus parques y sus plazas. También es conocida por ser el punto de partida para las actividades al aire libre de los parques nacionales de Sierra Nevada y Sierra La Culata, situados en las proximidades. Los visitantes de otros países y los muchos estudiantes de la prestigiosa Universidad de Los Andes contribuyen a crear una animada vida cultural y nocturna.
* Margarita: Es una Isla, pertenece a Venezuela y se encuentra en el mar Caribe, a unos 40 kilómetros al norte de la costa. Este popular destino vacacional está compuesto por dos penínsulas unidas por las arenas y los manglares del Parque Nacional Laguna de la Restinga. La mayoría de la población y del turismo se concentra en la península del este, donde están las ciudades de Pampatar, Porlamar y La Asunción.
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Un amor fugaz ©[✔]
Romance«Qué lo único fugaz sean las estrellas. Tu quédate por siempre« Lucas y Camila se encuentran en el metro de la ciudad de Caracas ¿Es acaso una jugada del destino? Desde ese día la atracción entre ambos es evidente. Una vez que ambos se junten, inici...