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Despierto con el dulce olor de la comida. Me levanto de la cama, recordando el hecho que no puedo usar ropa en la parte de arriba de mi cuerpo. Me acerco a una mesa donde se encuentra mi desayuno, ¿Cómo lo sé? Pues hay una nota que dice: disfrútalo.

Miro el reloj de mi teléfono: 8:44am. Quién sabe dónde estará Set. Me siento a desayunar mientras veo por encima Instagram.

Termino de tomar el café, llevo el plato y taza a la mini cocina, dejándolos en el fregadero. Entro al baño y lavo mis dientes después de sacar mi cepillo de mis maletas, miro el jacuzzi pensativa.

Busco mi teléfono y una bocina, las coloco en el lavamanos, comienzo a llenarlo, me deshago de mi pantalón para conectar la bocina al teléfono y poner la lista de reproducción en aleatorio y subirle el volumen al máximo. Entro en el jacuzzi, Ain’t it fun resuena en el baño.

Por un momento me siento fuera de mí, es una sensación que reconozco, lo que sentí cuando vi la sangre corriendo en la frente de mi madre, el sabor de ese en mi boca… Es la peor sensación que puedo sentir jamás hasta el momento, el recuerdo de la incertidumbre en el avión recorre mi cuerpo, ruego porque desaparezca, pero no lo hace, sigue ahí. Me sumerjo intentando que se vaya, sin embargo, está aquí. Estoy unos veinte segundos debajo del agua cuando siento que el aire me falta, salgo y tomo una bocanada de oxígeno, me mareo un poco por la falta de este.

Solo necesito un abrazo, uno de mamá. A ella no le gustaría verme sufrir por ella, probablemente quisiera que estuviera feliz… Lo intento, pero es difícil.

Intento calmarme, inhalo y exhalo varias veces, cierro los ojos un momento mientras siento que la música me hace querer cantar… Estoy a punto de hacerlo cuando oigo la puerta del baño abrirse, veo a un Set algo asustado… Olvidé poner el seguro a la puerta. Suelta un suspiro mientras se acerca a mí, me acomodo de tal forma que pueda tapar la mayor cantidad de mi cuerpo. Set se quita la camisa negra que lleva puesta que está algo húmeda, se quita el pantalón con pequeñas manchas rojas, quedando en bóxer, dejando ver sangre en su torso. Me ruedo un poco más hasta chocar con la esquina del jacuzzi. Set entra al agua y se sienta en la esquina opuesta a mí, se sumerge lo cual hace que el agua se tiña suavemente de un color carmesí.

—¿Dónde estuviste? —pregunto por lo bajo, temiendo su respuesta. Se acerca a mí y deja un suave beso en mis labios.

—Tú y yo sabemos… que no quieres saber lo que hice —toca mi rodilla y bajándola en seña que me relaje.

—¿Asesinas por gusto? —de la nada suelto la pregunta. En el fondo estoy muy molesta, el hecho de que esté tan tranquilo habiendo matado a muchas persona me vuelve loca y no el buen sentido.

—¿Qué?

—Te pregunto que si asesinas personas por gusto —arqueo una ceja... Este es el pequeño lado de mí en el que soy algo ruda..., mas bien es una parte sinica.

—Me da igual matar a alguien... Es el trabajo pendiente que le debía a mi padre —se encorva ligeramente… Miente, no lo conozco bien, pero sé que miente: el desvío de su mirada y el cambio de tono me lo dicen—. ¿Quieres saber en qué trabajan nuestros padres?... Te lo diré suelta sacando una parte curiosa de mi.

—No quiero saber —digo la verdad, no estoy lista para otro golpe en mi vida... Supongo que son traficantes o sicarios, pero no quiero saber de qué trabajan exactamente.

—Bien... Hablemos de otra cosa —pensó un momento, puso una cara de “sé exactamente lo que te diré y lo haré directamente”—. ¿Quieres tener hijos conmigo?
Este está mal de la cabeza, sinceramente no entiendo su personalidad.

—No quiero tener hijos —mentí—, con nadie... Y menos contigo.

—¿Por qué? —estaba algo sorprendido con mi respuesta.

—Simplemente no quiero —me sumerjo un poco en el agua—, me parece algo extraño y aterrador... De alguna forma.

—Pues yo sí quiero un bebé, no ahora obviamente, pero tal vez en un futuro —se acerca más a mí y mirándome fijamente.

—¿Qué? —me incomodo por su mirada.

—Del uno al diez, ¿cuánto te asqueo? —esta vez no tengo una respuesta clara. Ayer en la noche no sentí asco cuando me tocó... Aunque sentí mucho miedo cuando el olor de sangre estaba en la habitación y cuando aceptó que había matado a mamá sin ningún remordimiento... Pero asco… ya no sé si eso es lo que siento, quizá el sentimiento cambio a miedo, no, cambio a desconfianza, y algún temor a conocer de primera mano de lo que es capaz.

—No lo sé —respondo cuando se coloca al lado de mí, no sabiendo que contestar correctamente.

—¿No lo sabes? —medio sonríe—, eso es un progreso—sostiene mi cara entre sus manos y comenzar a besarme, le sigo, aunque esta vez me resisto más que otras veces... No está bien que yo esté con él: mató a mi madre... A veces desearía poder odiarlo, pero no puedo... mamá me enseñó que no hay que sentir odio, que es un sentimiento que oscurece el alma.

—Set... —intensifica el beso—, para, por favor —pido entre besos... Sé  de que tiene ganas y aún no estoy preparada para ellas y dudo estarlo pronto—. Basta —se sube encima de mis piernas—. Te he dicho que pares... En serio —pongo mi cabeza en su pecho.

Casada con el asesino de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora