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Camino tranquila por  la habitación, la cual parece una casa de tamaño pequeño… aunque todo se ve muy espacioso.
Me paso por las habitaciones, intentando memorizar donde se encuentra cada una, mi favorita es la sala de estar.

-¿Elegí bien?- pregunta Set, la verdad es un lugar muy hermoso, la decoración es bonita sin contar que el baño: se ve como un paraíso.

-está bien- respondo secamente
-creo que no te has dado cuenta de lo mejor...- dice con una pequeña sonrisa, notablemente emocionado- tenemos vista al mar- dice acercándome a un pequeño balcón.

Es azul, es muy azul.

Una de las pocas cosas que me da tanta curiosidad es el mar, lo que esconde en sus profundidades es simplemente un misterio, y siendo sincera es lo mejor de este lugar.

-no lo había visto- digo... Aunque está casi en el lugar más visible- es... Muy bonito- suelto, intentando no mostrar demasiado interés.

-así que... ¿Tome una buena decisión al traerte aquí?- pregunta con una sonrisa en su cara.

-sí, fue la mejor, probablemente- digo, dándole una pequeña sonrisa.

-¡lo sabía!- dijo emocionado, dejando un corto beso en mis labios, un gesto que me esperaba de sobra... Puede que sea su nueva actividad favorita, no lo pondría en duda.


Pasaron los minutos, 30 para ser exactos.

El hambre se apodera de mi estómago. Me alejo del lugar donde estaba organizando mi ropa y las maletas, dejando la mini maleta que papá me dio debajo de la cama, para tener algo de orden.

Me dirijo al mini bar, miro que hay dentro y... Bebidas, ¿qué más puede esperar, una pizza recién echa?.

-¡¿Set?!- digo en voz alta, no escucho respuesta... Extraño-Set, estas aq- me callo cuando lo veo.

Este tumbado en el sillón, boca abajo, profundamente dormido, una de sus manos cae al piso...
Me acerco a él con la intención de despertarlo.

Esta... ¿llorando?...

Si, una pequeña lagrima baja por su mejilla, mientras suelta un suave gemido.

Siento una muy pequeña punzada en mi pecho. Me acerco más y me pongo en cuclillas para quedar en frente de su cara. Estoy en shock, nunca pensé verlo de esta forma, triste, realmente triste. Aunque no vea sus ojos puedo sentirlo.

Paso mis una mano delicadamente pos si cabello ; fue como un detonante.

Sus lágrimas se hicieron más fuertes y los sollozos solo empeoraron.

-Shhh- susurre suavemente, sin dejar de acariciar su cabello... No sé qué hacer, solo me queda consolarlo- todo está bien- digo con un tono calmado... En estos momentos no me importa quién está frente a mi, mi instinto es consolarlo, es como soy.

-aléjense.- susurra en su profundo sueño, el cual parece más una pesadilla. En mi pecho se siente una punzada más grande. Soy muy empática con las demás personas, está en mi naturaleza.

Una pequeña lagrima pasa por mi mejilla izquierda al sentir el dolor de Set.

-todo está bien- dije dulcemente con un nudo en la garganta-nadie va a hacerte daño- dije un poco más alto, intentando que me escuchara inconscientemente.

Los minutos pasan, quince para ser exactos, apenas están cesando las lágrimas, tanto de el como mías, hubo un momento en el que creí que iba a despertar, debido a los sonoros sollozos y lágrimas desconsoladas. La curiosidad es muy grande, me perturba no saber que está soñando, también me asusta no saber qué hacer para consolarlo, lo único que puedo hacer es hablarle.

¿Debería despertarlo? Suelto un suspiro, creo que eso haré.

-Set- digo un poco alto- Set, despierta- digo diciéndolo suavemente: aunque lo suficiente para que despierte El abre los ojos, están rojos, trago un nudo en mi garganta.

-¿estás bien?- digo conteniendo mis ganas de soltar un sollozo Se sienta un poco somnoliento, toca su cara y se da cuenta de las lágrimas que aún no bajaban del todo por sus mejillas.

-¡mierda!- susurra entre dientes-¿cuánto llevas ahí?- pregunta limpiando sus lágrimas.

-15 minutos- digo colocándome de pie-¿me dirás que paso?- pregunto algo preocupada.

-sólo fue un sueño- dice levantándose; quedando cerca de mi.

-eso no parecía “solo un sueño" ¿todo está bien?

El solo respondió dándome un abrazo. Eso no me lo esperaba, le correspondo el abrazo cuando siento un suave sollozo en mi oreja No sé qué decir, solo puedo sentir su dolor y no transmitirle nada. Lo presionó más a mí, en un intento de consolarlo, parece un niño pequeño, tan frágil.

Me atrae hacia él, para luego sentarse en el sofá, haciendo que quede encima de él.

Sumerge su cabeza en mi cuello, siento su respiración irregular.

-No digas nada- dice con la voz cortada- te lo explicare, pero no será ahora

-bien- digo para darme cuenta en la situación en la que estaba, pero no me importo mucho, mi cabeza tiene muchas preguntas como para centrarse en la forma en la  que estoy encima de él.

Su respiración se calma poco a poco, me separo un poco de él.
-Creo que deberíamos pedir algo para comer- digo mirándolo a los ojos
-eso estaría bien- dice removiéndose un poco en señal que me levante, cosa que hago al instante.

-¿Quieres ir a cenar o… pedimos comida?- un tono apagado sale de él.

-creo que pedir comida es lo mejor- le ofrezco una sonrisa sincera.

Casada con el asesino de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora