..
Cora vive la peor experiencia de su vida: la muerte de su madre.
Como si las cosas no pudieran ser peor, se ve obligada a casarse con el hombre que la mató y no solo a su madre, sino también a gran parte de ella.
Y lo peor es que ese hombre no fu...
Son las 9:40pm, Sack y Set se fueron hace dos horas y media. Tomé todo el líquido de la botella de jugo de naranja y me di un baño. Ahora estoy en el colchón inflable a punto de llamar a Eli. Timbró dos veces hasta que respondió.
—Hola, Cora. ¿Cuál es el motivo motivante de la motivadora llamada que me acabas de dar? —suelto una pequeña risa.
—Quiero una despedida de soltera.
—¿Cuánto tomaste? —preguntó riéndose.
—Una botella entera de whisky, pero estoy hablando en serio.
—¿Es en serio…? ¡Júralo! —dijo empezando a entusiasmarse.
—Totalmente cierto… Pero necesito que sea mañana…, ¿aceptas el reto?
—Mañana estoy allá en cuanto pueda —y colgó.
Y ahora llega otro tema…: no puede encontrar este cuarto así… Manos a la obra.
Me dirijo a la cochera, tomo una caja de herramientas, vuelvo a mi habitación… No puedo pedirle ayuda a papá, debido que está dormido y probablemente borracho. ¿Qué tan difícil es armar una cama, colgar unas repisas y algunos cuadros?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Esto es muy difícil! No puedo con nada, mis brazos son débiles y el martillo pesa más de lo que pensaba. Apenas terminé de armar la cama, monté el colchón inflable, esperando que no se astille con la madera, pero, por si acaso, le puse una manta y una sábana. Estoy considerando solo organizar el closet y meter las repisas bajo la cama… Creo que haré eso.
Son las 12:43am… ¡Mierda! La sala. Salí de mi habitación y observé el lugar: está echa un desastre. Comencé a tomar las botellas vacías y meterlas en bolsas, barrí el suelo desasiéndome de las colillas de cigarro, vacié el cenicero en donde están las botellas y guardé el dinero en el armario, detrás de los zapatos. Lavé los platos y llevé la caja de herramientas a la cochera.
Después de eso, me tuve que dar otra ducha para, por fin, irme a dormir.
Un rato después, el sonido de mi teléfono me despierta. Contesto.
—¿Hola?
—Cora, ¡estoy en el aeropuerto, necesito la dirección! —es Eli.
—¿Puedes esperar? Te iré a recoger.
—Sí, aún falta una hora para que el avión aterrice —y soltó una risa.
—Estaré allá para cuando aterrice.
—Bien. Byeeee. No te demores un minut…
Colgué. Miro el reloj… 8:17am. Me levanto de la cama con toda la flojera del mundo. Me ducho por un corto tiempo. Salgo a la sala y encuentro a papá, al parecer con dolor de cabeza.
