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Tras divagar un rato por la ciudad terminé llegando a lo que sería mi destino.
Era una academia de artes marciales mixtas. Tenia fama de ser la mejor de la ciudad, pero muchos estudiantes no soportaban los duros metodos de entrenamiento y se retiraban al poco tiempo.

La academia era grande, en el centro se encontraba un patio enorme divido en cuatro cuadrilateros donde los alumnos practicaban, calentaban y luchaban.
Todos los cuadrilateros tenian colchonetas las cuales evitaban que los alumnos se golpeen en el suelo.

Un grito me sacó rápidamente de mis pensamientos. La voz pertenecía a un hombre alto en comparación a mi persona, llevaba un traje de entrenamiento sin mangas de color negro en la cual destacaban bordes rojos además del logotipo de la academia. Su cintura estaba amarrada por un cinturón negro, aquello me dio a entender que era el "Sensei" por asi decirlo.

Sensei: ¿Se te ofrece algo? -Su voz era gruesa y denotaba autoridad-

-Vengo a inscribirme- Por otro lado, mi voz denotaba algo de nerviosismo.

Sensei: ¿Tienes experiencia en las artes marciales?

-Hace algunos años entrené Taekwondo, tambien hago ejercicio aunque lo dejé por ciertos motivos-

Sensei: Somos muy duros con nuestro régimen de entrenamiento, ¿podrás soportarlo?.

-Si- Dije seguro.

Sensei: Eso espero, llena este registro con tus datos -Puso una hoja sobre la mesa junto a una pluma color azul-

Llené mis datos con el paso de unos minutos y le devolví la hoja.

La sujetó en sus manos leyendo todo.

Sensei: Bienvenido, Austin, mi nombre es Ronald -Extendió su mano hasta mí-

Respondi con un apretón de manos diciendo -Es un honor poder estar aquí-

Sensei: Empezaras desde mañana, las clases son de 14:00 a 15:30. No seremos delicados contigo sólo por ser el novato.

-Lo se-

Me despedí y salí de la academía.

Al día siguiente pude darme cuenta que aquello que me decía no era de broma.

Desde el primer día los calentamientos eran muy duros, eran 30 minutos de calentamiento y el resto entrenamiento.

Hasta cierto punto mi cuerpo cedio al cansancio haciendome caer de rodillas.

Todos giraron su rostro hacia mí haciendome señales de que me levante rápido.

Hubo un pitido dando señal de detenerse.
No habia pasado ni un minuto del pitido y un intenso dolor recorrió la parte superior de mi espalda obligandome a retener un grito de dolor.

Al mirar atrás vi al Sensei sosteniendo una Katana de madera, era obvio que aquello habia causado dicho dolor.

Sensei: Levántate -Estaba realmente furioso-

El dolor me impidió levantarme.

Ante esto volvió a dar otro golpe en mi espalda.
No pude evitar soltar un alarido por el dolor y me volví a levantar.

Sensei: Desde que iniciamos has estado dando mal los ataques, ¿no que has practicado Taekwondo?, unas patadas no deberian ser nada para ti.

Se alejó unos pasos tomando un poco de distancia entre los dos.

Sensei: Comienza.

Solte un suspiro y lancé una patada, pero ni bien regresé a mi posición recibí otro golpe con la Katana en el muslo de mi pierna izquierda con la que me apoyaba.

Ojos De VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora