Emergencia

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A la mañana siguiente Serena se encontraba preparando el desayuno, no le tomó mucho tiempo terminar, dejó todo servido antes de ir a verme.

Serena: Ya despierta dormilón o no vas a desayunar -Dijo antes de abrir la puerta, no obstante, al hacerlo su expresión cambió-

Yo estaba sentado en la camilla con las vendas, mis manos, piernas y suelo todo manchado de sangre, cuando ella entró la miré con una expresión de pánico.

Serena: ¡Austin! -Corrió hacia mí quitando las vendas de mi pecho-

Le herida estaba abierta por eso seguía saliendo sangre en abundancia.

Usando nuevamente el Kit logró hacer que el sangrado se detenga, pero aún así habia perdido mucha sangre.

Serena: No has comenzado a sanarte.. ni siquiera ha comenzado el proceso de sanación normal en una persona.. creo que el perder tanta energía está empezando a afectarte físicamente.

-¿Q-Qué podemos.. hacer..?-

Serena: Espera aquí.

Salió del consultorio casi corriendo en busca de su bolso, al encontrarlo buscó con desesperación el artefacto que Elías le dio.

Desde ahí lo llamó con algo de esfuerzo ya que no sabía como funcionaba.

Elías: ¡Hola!

Serena: Elías.. es una emergencia, necesito tu ayuda -La desesperación se notaba en su voz-

Elías: Ey ey ey, primero cálmate, ¿dónde estás?, ¿que sucede?

Serena: ¿Aún tienes la furgoneta?

Elías: Si claro.

Serena: Necesito que vengas a verme de inmediato, te contaré todo en el camino.

Elías: Voy para allá.

Tras cortar la llamada Serena regresó conmigo, en mi mano sostenía un paño el cual estaba todo teñido de rojo por la sangre.

Serena: Mierda mierda mierda.. rápido por favor.

Comenzó a aplicar métodos más allá de los primeros auxilios logrando detener poco después el sangrado, pero para ese entonces ya había perdido el conocimiento.

Elías llegó en poco tiempo, tan pronto como lo hizo Serena salío de la casa cargando conmigo.

Al verla así, Elías se bajó a ayudar.

Elías: ¿Quién es él?

Serena: No hay tiempo para explicaciones, llevame a donde están los minerales.

Elías: Pero..

Serena: ¡Ahora!, ¡O el encapuchado morirá!

Elías: ¿Me estás diciendo que ese niño es el encapuchado?, pfff si claro, como no -Dijo en tono de mofa-

Pero cambió su expresión cuando vio la cara de preocupación y a la vez seriedad de su amiga.

Elías: Sube a la furgoneta..

Ambos subieron al vehículo antes de arrancar.

Elías se dirigió al centro de la ciudad, en el sitio muchos edificios estaban abandonados por miedo a que otra onda se originara allí.

Nos detuvimos en frente de uno que estaba hecho pedazos, solo se mantenían los pisos inferiores en pie.

Elías: Aquí es.

Se bajaron de la furgoneta y entre los dos me cargaron dentro de edificio.
Una vez dentro no tardamos en encontrar un pasaje subterráneo el cual se agrandaba a medida que avanzábamos.

Ojos De VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora