Ojos De Venganza

Mi secreto

¿?: Austin.. -Murmuró una débil voz cerca de mi oído-

Al escuchar eso vino a mi mente la imagen del laboratorio explotando.

¿?: Aún no es hora, pequeño Austin.

Una nueva imagen apareció en mi cabeza, fue el recuerdo de ver la furgoneta girando sobre el pavimento antes de que yo también chocara contra el suelo.

La voz se detuvo, en cambio, otro sonido llegó hasta mis oidos. Se trataba de un pitido el cual se mantenía firme.

-¿Dónde.. estoy..?-

Dicho pitido empezó a aparecer cada pocos segundos, manteniendo un ritmo rapido y poco regular.

¿?: ¡Despierta!

Mis ojos se abrieron de golpe, mi mirada comenzó a divagar por el sitio, me encontraba en una camilla, solo tenía puesta mi ropa interior.
Electrodos estaban conectados a mi pecho los cuales se dirigían a una máquina que indicaba mi pulso.

Luego de observar un poco más el sitio, no parecía la habitación de un hospital, habían también repisas de vidrio en un lado de la habitación que contenían remedios y cosas por el estilo. Además, un pequeño escritorio yacía en una esquina de la habitación.

En cuanto pude mover mi brazo retiré los electrodos provocando que la máquina emita un pitido largo, como si mi corazón se hubiese detenido.

Intenté sentarme en la camilla sin prestarle atención a la máquina, no obstante, un agudo dolor en mi pecho me lo impidió.
Pude sentarme después de un tiempo, hecho esto, ponerme de pie fue todo un desafio.

Mi cuerpo estaba cubierto de heridas, y en mi pecho había un gran moretón.

No pasó mucho hasta que pude encontrar mi ropa, estaba sobre el escritorio antes mencionado doblada con mis cosas a lado.

Al dar un paso hacia adelante mi cuerpo cedió por el dolor haciéndome caer al suelo.

Poco después, la puerta se abrió casi de golpe chocando contra el escritorio produciendo un fuerte golpe.

La persona que ingresó la reconocí de inmediato, se trataba de Serena, la chica de mi Universidad.

Serena: ¡Oye no puedes moverte! -Se acercó a mi tan rápido como pudo ayudandome a levantar del suelo y posteriormente dejarme en la camilla-

-¿Qué haces aquí..?-

Serena: ¿Eso le dices a quien te salvó la vida?

-Perdón.. pero debo irme..-

Serena: No vas a poder, en ese estado no podrás seguir patrullando.

Aquello que dijo me sorprendió bastante, al punto de que clavé mi mirada sobre ella.

-¿Lo sabías?-

Serena: No me tomó mucho descubrirlo. Ahora recuestate y sigue descansando.

Sin poner alguna objeción me recoste en la camilla donde me quedé dormido poco después.

El reloj marcó las 15:00 P.M.

Ya podía moverme un poco mejor, asi que me vestí colocando el traje bajo mi ropa normal.

-¿Alguien más lo sabe?-

Serena: No lo creo, yo solo terminé de descubrirlo al verte tirado en el suelo medio muerto y con ese extraño traje, además, actuabas muy raro el día del recorrido.

-Quería mentenerme alejado de ti para evitar sospechas y creo que solo lo empeoré-

Serena: Si, se podría decir.