¡Advertencia: capítulo subido de tono!
- ¿Cuándo te irás? -le pregunté agitada.
- Cuando sea hora -me contestó y comenzó a moverse más rápido.
- No quiero que te vayas -murmuré.
- No pensemos en eso ahora preciosa, déjame saborearte.
Me aferré más a él ante la gran oleada de placer que comenzó a recorrer mi cuerpo. Cerré los ojos y dejé que el éxtasis me consumiera. Me corrí entre sus brazos nombrándolo agitada. Él gruñó lleno de placer, se recostó en la cama y volvió a girar para tomar el verdadero control de la situación.
Volví a gemir al sentirlo más hondo que antes, era tan grande y dominante el señor Diablo.
- Oh, Paulo -lo nombré levemente y clavó sus ojos en los míos.
- Gracias por esto preciosa, gracias por compartir tu cuerpo conmigo -dijo y mordí mi labios inferior y sonreí.
- Sería capaz de compartir mi vida contigo.
Su mirada se volvió extrañada cómo si algo le estuviese perturbando. Volví a levantar una de mis manos y acaricié su rostro de nuevo, un rayo pareció partir la ciudad.
- Yo no soy un hombre preciosa -dijo agitado y sin dejar de moverse- Tu vida la debes de compartir con un hombre, una persona del reino de Dios.
- No me importa que no seas un hombre -dije y mis ojos se humedecieron.
Tomé sus labios con desesperación, sabía que él se iba a ir y me iba a dejar no sólo sin alma sino que sin corazón también.
Comenzó a moverse más fuerte y rápido mientras la temperatura de nuestros cuerpos aumentaba. Bajé mi mano derecha por su espalda hasta el fin de la misma. El centro de su poder estaba ardiendo, bajé más mi mano hasta su trasero y lo acerqué más a mí, necesitaba más de él.
Sentí otra vez esa gran oleada de placer recorrer mi cuerpo, volví a correrme al llegar a mi clímax. Él se movió más rápido y segundos después se unió a mí en ese maravilloso lugar. Ambos gritamos compartiendo el éxtasis del momento.
Aún no había dejado de llover, parecía que el cielo iba a caerse.
Se dejó caer sobre mí, lo abracé con fuerza y lo apreté contra mi cuerpo, su corazón latía con fuerza contra el mío. Con cuidado volvió a besar mis labios y de la misma manera quiso salir de mí.
- No, no -le dije y me miró extrañado- quédate conmigo.
- Claro que sí preciosa.
Sonreí y levanté la cabeza para besarlo dulcemente, después me dejó descansar sobre su fuerte pecho.
Había algo distinto en mí, algo de lo que no estaba segura. Cerré mis ojos y dejé que el olor de su cuerpo me invadiera.
¿Qué sería de mí mañana cuando seguramente él ya no estuviera?

ESTÁS LEYENDO
Boy of hell | Paulo Londra
Fanfiction¿Nunca pensaron en venderle su alma al Diablo por conseguir todo lo que quieren en la vida? Yo sí, lo pensé y lo hice. Pero, ¿Qué pasa cuando te terminas enamorando de él? No sólo se lleva tu alma, sino que tu corazón también.