Diecinueve.

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Nota de la autora: El capítulo quedó largo, así que disfruten. Wuuuu.

»19

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»19. El presente. «

EL RECUERDO DE HABERLA VISTO a punto de besarlo seguía torturándolo, en especial ahora que ella se mantenía de de pie a un lado de la silla donde él permanecía sentado, acariciando su mano de vez en cuando

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EL RECUERDO DE HABERLA VISTO a punto de besarlo seguía torturándolo, en especial ahora que ella se mantenía de de pie a un lado de la silla donde él permanecía sentado, acariciando su mano de vez en cuando. Intentaba calmarlo de ese modo, también con los ligeros apretones que veía le daba, y estaba seguro de ello porque ella solía hacer eso únicamente con él; sus manos parecían encajar a la perfección, como si estuviesen hechas únicamente para el otro... Ahora parecía que Julian Albert era también merecedor de alguien tan valiosa como Kailan Bennett, y aunque deseaba poder ignorar ese sentimiento de frustración y dolor por el bien del equipo, era prácticamente imposible al verla y sentirla preocupada por él, denotando el enorme cariño que le tenía a aquel rubio.

—¿Pueden decirme otra vez qué hago aquí? —Pregunta Julian, despegando la mirada unos instantes de su mano entrelazada con la de la pelirroja.

—Ok... —Barry sacude sus manos en los pantalones cuando Kailan da unos pasos hacia atrás, colocándose a un lado de él—. Julian, hoy, cuando estaba peleando con Savitar, bueno, él y Alchemy tenían la misma voz.

—Bien... ¿Y eso qué significa?

—No creo que exista un Alchemy, creo que es Savitar, hablando a través de ti.

Caitlin interviene en ese momento—. Savitar claramente posee a alguien que atrae adoradores, pero como un fantasma, él necesita un medio para manifestarse.

—Tú.

—Sí, ¿pero eso qué significa? —Repite, claramente alterado.

—Creemos que hemos encontrado un modo de sincronizar tu cerebro con la piedra. —Explica Vincent, detallando algunas cosas junto a Cisco—. Eso nos dejará hablar directamente con Savitar.

—Si quieres intentar liberarte de esto, debes confiar en nosotros.

Kailan lo ve titubear, con la vista viajando entre la piedra a un lado de él y el equipo completo de pie al frente, con cierto porte que definitivamente imponía. Julian exhala sonoramente, demostrando su ligera inconformidad a la pelirroja, y finalmente habla: 

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