Treinta y uno.

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»31

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»31. Un vistazo al futuro. «

—¡ALLEN!

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—¡ALLEN!... ¡ALLEN!

Barry rueda los ojos en cuanto lo escucha llamarlo a gritos a sus espaldas mientras casi que arrastra, ayudado por Jesse, a Wally hacia el córtex, a quien se le nota todavía la mirada perdida vagando por cualquier rincón del pasillo. No detiene su andar, imaginándose que sería algún otro de sus intento para hacerlo rabiar por estar siempre cerca de Kailan, y no puede evitar sorprenderse cuando una mano se coloca sobre su hombro y lo hace girar a encarar al rubio, que no duda en alzar el puño e intentar impactarlo en el rostro del castaño, quien gracias a su velocidad logra esquivarlo con facilidad y someterlo contra la pared en aires furiosos de detenerlo, con los ojos adquiriendo un repentino brillo escarlata que Julian solamente había visto en la pelirroja guardiana.

—¡¿Qué diablos te sucede?! —brama sobre su rostro.

Eres un imbécil, Barry Allen —ríe con ironía—. Siempre lo supe, pero es hasta ahora que me doy cuenta de a qué nivel puede llegar tu estupidez.

—¿De qué demonios hablas?

—Acabas de perder a la chica más increíble en la faz de la Tierra, y todo porque te rendiste y fuiste a buscar consuelo en un futuro que suena de todo menos comprometedor, a un lado de alguien que no se compara en nada a Kailan —sonríe y logra zafarse del agarre del velocista después de removerse bruscamente—. Eres tremendo idiota.

—No tienes que recordármelo —gruñe y lo empuja por los hombros, alejándose de él—. Tengo cosas más importantes de las que encargarme ahora.

—Claro, sigue huyendo de tus problemas, Allen. Después de todo, es lo que mejor sabes hacer.

—Wally vio a Savitar, Julian.

El rubio se tensa y aprieta las manos a los costados. Bueno, eso definitivamente podía acaparar toda su atención por un buen rato.

El trío de velocistas y Julian se dirigen al córtex, donde todo el equipo los estaba esperando, menos cierto par de guardianes. Caitlin toma a un Wally desorientado por los hombros y lo lleva a sentarse con cuidado en la camilla de la pequeña enfermería del córtex con el propósito de poder analizarlo después de que el moreno se hubiese despojado del traje. Barry hace lo propio, y cuando regresa portando una vestimenta más casual, Vincent y Kailan entran al córtex, con la pelirroja casi oculta por completo a espaldas del velocista platinado. Allen no lo admite, pero siente como un hueco se le instala en el pecho al verle a la guardiana los ojos aún hinchados, y aquel hueco empeora cuando Julian se le acerca y besa su frente antes de abrazarla. Aprieta los puños y suspira, recordándose que de todos modos eso era lo mejor para todos.

HOME TO YOU » BARRY ALLEN/THE FLASH (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora