GUARDIAN'S LOVE I; SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU"
Era imposible que un ser humano estuviera tan roto, que lo hubieran lastimado tanto como él se sentía en esos momentos de pena. Barry Allen consiguió derrotar a uno de sus peores enemigos con in...
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»11. Wells con sentido del humor y un monstruo. «
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SUS ZAPATOS DE TACÓN vuelan por los aires antes de caer en un sonido leve sobre el suelo y ella termina recostada cómodamente sobre las almohadas, sintiendo rápidamente la calidez de las mantas y de su cama abrumarla por completo. Se hace ovillo en una de las esquinas y suspira, viendo y detallando los bordes del regalo de Barry, el famoso sobre. La para nada prolija caligrafía del de ojos verdes reluce en el exterior, recitando su nombre y el del castaño. Sonríe de lado, realmente enternecida con la idea de que Barry había recordado lo mucho que le gustaba pensar en sus padres cayendo enamorados por el otro a través de cartas diarias llenas de verdad y sentimientos. Suspira, abriendo con cuidado el sobre para finalmente sacar el montón de hojas de su contenedor. Y entonces...
—¡Kailan!
El largo grito la sobresalta y ella suelta de golpe el par de hojas seguido de un respingo sonoro. Vincent entra como bólido después de prácticamente patear la puerta de la habitación de la pelirroja y ella, en cuanto el peliplatinado se lanza al colchón y cae a su lado, le propina tremendo golpe que el otro claramente siente, la prueba fue el gemido de dolor que no pudo evitar soltar.
—¡Eres un idiota! —Chilla ella, golpeándolo con una almohada una y otra vez mientras él a penas y logra esquivar los golpes suaves de la chica.
—¡Ya, ya! ¡Piedad! —Suplica entre gritos antes de conseguir tomarla por las manos con ayuda de su velocidad y detener su ataque—. ¡Dios mío, mujer! ¡Vas a sacarme un ojo!
—¡Es una almohada, imbécil! ¡Y da gracias que esto fue lo único que tenía a mano! —Gruñe mientras se aparta del chico—. ¡¿Cuál era la maldita necesidad de asustarme así?!
—¡La intención no era esa! —Se excusa rápidamente.
Kailan rueda los ojos, casi ignorando las palabras de su amigo, y comienza a recoger con cuidado las hojas desparramadas sobre la cama, asegurándose de no arrugarlas más de lo que ya estaban. Vincent arquea una ceja y cuando pretende tomar una, por primera vez, la pelirroja es más rápida y le arrebata la hoja, extrañando de inmediato al otro.