Veintisiete

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»27. Harry y Jesse. «

—SABRINA, MIRA

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SABRINA, MIRA. Está despertando.

—Oh, gracias al cielo. Mi niña, al fin...

—Julian, ¿quieres moverte un poco? Tu presencia está molestándome más de la cuenta justo ahora.

—Ajá, como si me importara, Allen. Tú llegaste a ponerte encima de quien fuera con tal de estar cerca de ella, tú te vas... ¡Pero quítate!

—Cierren la boca los dos, o yo mismo me encargaré de sacarlos a patadas de aquí justo como lo haría Kailan. Hay demasiado espacio para todos, así que búsquense un lugar donde no quiera asesinarlos.

—Amigos, amigos, por favor. No hay que abrumar a nuestra Kai-Kai ahora que está débil. ¡Miren! Nos escucha. Abre los ojos, pequeñita...

Poco a poco, sus párpados permiten que los ojos verdes debajo de éstos vean la luz una vez más. Ese destello deslumbrante y doloroso es conocido, al igual que el olor a desinfectante, alcohol etílico y alguna que otra sustancia de las cuales no recordaba el nombre dado el aturdimiento. Escucha un pitido continuo, seguramente aquel que marcaba los latidos de su corazón, y siente el alivio colectivo nacerle en el pecho cuando al fin logra enfocar más allá de la luz sobre ella. H.R. y Sabrina le sonríen, como un par de padres preocupados que al fin ven a su hija despertar; Caitlin y Vincent, acurrucados cerca de los primeros, suspiran largo y tendido, encantados con su despabilar. Wally y Cisco chocan puños, a modo de celebrar ver sus grandes ojos una vez más; Joe sonríe también mientras Iris se remueve incómoda detrás de la espalda de su padre, aún sintiendo como tiene una gran deuda con aquella pelirroja gracias a su magnífico acto heroico. Y después, estaban ellos...

Uno a cada lado después de terminar aquella pelea que había escuchado a medias antes, tomándola de las manos, apretando el agarre cuando ella se remueve para incorporarse y mirarlos mejor por separado. El rubio de ojos azules ríe entre dientes al ver su cabello despeinado, como un leoncito bastante adorable, y lleva el dorso de la mano a sus labios para besarlo con suavidad, un par de veces hasta que se siente satisfecho con su acción. Kailan sonríe, y sonríe aún más al ver a Barry a su izquierda, alzando la mano hacia su cabellera para poder acomodarla a los costados de su rostro. El velocista sonríe tanto que parece que sus mejillas están por explotar, y sus ojos están bastante achicados, casi desapareciendo. Las únicas veces que esa sonrisa adorable y de dicha completa salía, eran con ella, y no podía sentirse más dichosa respecto a eso. Bate sus pestañas un poco para acostumbrarse más a la luz, luciendo enormemente tierna, y se acomoda para ver directamente al castaño, pasando por alto la opresión en el pecho que nacía de alguien más a su lado.

HOME TO YOU » BARRY ALLEN/THE FLASH (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora