Capítulo 1

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No creía en el amor, no porque hubiera sufrido alguna desilusión en su longeva vida, sino porque los dioses así lo habían querido.

Condenado a sufrir una sed eterna Remses se había hecho a la idea de no encontrar a su cáraid (Pareja Eterna), pues luego de varios siglos su supuesta diosa jamás había aparecido.

Sentado en el marco de la ventana Remses observaba el amanecer, era el único del clan vanirio que podía salir bajo la luz del sol, hijo del jefe de los berserkers y una vaniria, Remses tenía esa mezcla exquisita que llamaba la atención de cualquier mujer, sea esta humana, vaniria o berserker, era el segundo de tres hermanos, y también el único con la capacidad de poder exponerse al sol.

Rechazados por el clan berserker al no poder transformarse y ser considerados inútiles para el clan, los vanirios se habían convertido en la nueva familia de los hermanos Kavanagh luego de que sus padres fueran asesinados, nunca supieron quién fue, pero Remses siempre sospecho de Eiden, sobre todo porque fue él quien se opuso a que su hermano mayor Kael asumiera el lugar de su padre como el nuevo líder de los berserker, Eiden había hecho que los desterrarán del clan y se había valido del consejo para autoproclamarse nuevo líder.

Los vanirios y berserker no solían llevarse bien, a los ojos de ellos, los vanirio no eran más que seres inútiles incapaces de pelear, después de todo los berserker eran los guerreros consentidos de Odín, pero si algo había aprendido Remses en el tiempo con ellos, es que esos seres inmortales no eran débiles, tenían muchos poderes y eran inteligentes, aunque también tenían grandes debilidades, no podían salir al sol y dependían de su cáraid, (Pareja Eterna), para vivir y para curar sus heridas, no sabía si su cáraid estaba en el clan vanirio o en el berserker, durante siglos esperó y esperó a que apareciera, pero jamás llegó, su hermana Sharik había encontrado a su cáraid en Kilian un doctor al que convirtió a la fuerza en su compañero eterno, ganándose así él despreció de él, a diario la veía sufrir por no ser correspondida, por el rechazo que él siempre le mostraba.

Muchos confundían a los vanirios con vampiros, pero no eran iguales, los vanirios no podían beber sangre de otra persona que no fuera su cáraid, aunque si tenían que ver con ellos, cuando un vanirio perdía a su cáraid tenía dos opciones, entregarse al sol, o ceder ante Loki y beber sangre humana convirtiéndose así en vampiros.

—Hermano, —La voz desesperada de Sharik irrumpió en su habitación, llamando la atención del vanirio—.
-¿Qué pasa?

—Se lo han llevado, se han llevado a Kael.

—¿De qué hablas?

—De que Kael ha desaparecido, se lo ha llevado una mujer.

—¿Una mujer?

—Si, Kael salió ayer con varios del clan por la ciudad, pero no han regresado, Brok los ha buscado y ha encontrado muertos a los vanirios que lo acompañaban, pero Kael no está, alguien se lo ha llevado, el consejo ha decidido reunirse, —La siguió sin entender qué pasaba hasta el enorme salón de mármol negro en el que se reunía el consejo vanirio, los murmullos se escuchaban fuerte, pero los mismos se silenciaron al ver entrar a Remses y Sharik, en la corte del consejo Anaia, Cedrik y Iol precedían la junta —.

—¿Dónde está mi hermano?, ¿Qué es lo que está pasando?

—Ha desaparecido, —Dijo Anaia —, Brok no lo encuentra.

—Entonces iré a buscarlo.

—Alto ahí Remses, —Intervino Iol—, lo saldremos a buscar en la noche.

—No puedo esperar tanto.

—Lo harás, es peligroso que vayas solo.

—Pero...

—Sin peros, Brok ha encontrado los cuerpos de los vanirios que iban con él, los han asesinado, —Informó Cedrik —.

—Con más razón, debo ir a buscarlo.

—¿Y dejar sola a tu hermana?, somos un clan y estamos para protegernos, esperaras a la noche, y no se hablara más, —Se retiró furioso del lugar con rumbo a su cuarto, y tomó sus dagas para salir, a Remses se le daba bien el manejo de las espadas, dagas y flechas —.

—Hermano, ¿dónde vas?

—Buscaré a Kael.

—Pero el consejo ha dicho...

—Me importa una mierda lo que haya dicho el consejo, iré a buscarlo, —Salió con rumbo hasta la enorme puerta tratando de salir, pero no pudo, sintió un piquete en el cuello que hizo que sus ojos le pesaran, sintió como su visión se nublaba e intentó mantenerse de pie topándose con Kilian que lo observaba con una media sonrisa en el rostro y pronto se desplomó en el suelo quedando inconsciente —.

Entre El Amor  Y El Odio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora