Capítulo 138

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Un sollozo de placer escapo de sus labios, pero él se encargo de silenciarlo con un beso mientras continuaba sumergiéndose en su intimidad, llevándola hasta los extremos, haciéndola suya una y mil veces.

—Mi ángel, —La miró lleno de amor mientras acariciaba su cuerpo y recorría su piel con besos, se sentó en la cama dejando a Sheila sobre su regazo y la abrazó hasta que sintió que los espasmos del orgasmo terminaron—, ¿estás bien mi amor?, —La tomó del rostro buscando su atención—.

—Si Bru estoy bien, —Sonrío besándole el cuello, ese hombre iba volverla loca de amor, sabia como tratarla, como acariciarla, era todo un caballero y cuando hacía el amor la llevaba a otro mundo, un mundo en el que solo existían ellos dos, se recostó en la cama dejando a Sheila sobre su pecho para que se relajara un poco—-.

— ¿Cómo estuvo el día de mi princesa?, —Preguntó interesado—.

—Estuvo bien, —Besó el centro de su pecho apoyándose en el-, saque diez en el examen y he pasado todas las materias—.

—Eso es fantástico mi amor, —Le dijo orgulloso mientras jugueteaba con su cabello—.

—Bru, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro que si ángel.

— ¿Por qué has llegado tan tarde hoy?

—Tuve que cubrir por unas horas a mi compañero, —Mintió—, su hija ha enfermado.

—Entiendo, debes estar muy cansado mi amor.

—Sí, pero lo bueno es que mañana tengo el día libre, —Rozó las yemas de sus dedos por los costados de sus pechos—.

—Bru basta, —Le advirtió divertida—, ya se ha donde quieres ir y la respuesta es no.

—Por favor, —Pidió como un niño pequeño—, una vez más, ¿sí?

—No Bru, ya no más, parecemos dos desaforados sexuales.

— ¿Parecemos?, —Alzó una ceja, volviendo a sentarse y tomándola de la cintura—a-, será la última, lo prometo.

—Bru no, ya..., es..., es muy tarde, además, —Cerró los ojos gustosa al sentir que volvía a acariciarla-

— ¿Además qué?, —Volvió a moverse en su interior—.

—No me hagas esto, sabes que no puedo resistirme a ti.

—Entonces no lo hagas, no te resistas mi ángel y déjame demostrarte lo mucho que te amo, — ¿Cómo decirle que no a su chico cuando era tan tierno?, se aferró a su cuello y siguió el compas de sus movimientos con sus caderas hasta que ambos volvieron a experimentar el dulce sentir del frenesí—.

A las ocho en punto de la mañana el desayuno se había servido el desayuno en el castillo, todos los vanirios se habían sentado en el comedor, todos menos Crystal, desde una esquina Brok la buscaba con la mirada pero ella no aparecía.

— ¿La curaste?, —Interrumpió Kilian sentándose a su lado—.

—Sí, ella ya está curada.

—Perfecto, nos vemos luego, debo ir con Scarlet a ver a Remses, —Se dirigieron hasta las celdas dónde tenían al berserker junto con Scarlet para llevarle comida y algo de ropa—.

— ¿Cómo va?, ¿crees que se recupere?

—No lo sé Scarlet, he estado inyectándole tu sangre pero sigue sin recordarnos y mientras no nos recuerde, no podemos sacarlo de ahí, porque es un peligro inminente.

— ¿Crees que podemos hacer algo?

—Por el momento solo nos queda esperar, ¿quieres que me quede?

—No, yo me encargo.

—Está bien, pero ten cuidado, —Se retiro del lugar—.

—Buenos días Rem, —Saludó con una hermosa sonrisa-.

—Otra vez tu, —Puso los ojos en blanco al verla—, sabes, prefiero al mata sanos.

—Te traje el desayuno y algo de ropa para que te cambies, —Continuó ignorando sus palabras—.

—No tengo hambre.

—Tienes que comer.

—No quiero comer, quiero salir de este maldito lugar.

—Lo harás, pero primero debes mejorarte.

—No estoy enfermo.

—Rem, —Se abrazó a él—, esto es por tu bien, ¿sí?, —Buscó su mirada—.

—Sí, —Respondió tratando de no pelear con la dulce joven, después de todo ella solo quería ser amable, esperó a que terminara y se despidió de él con un beso en la mejilla—.

En su habitación Iol se preparaba para entrenar a los vanirios adolescentes, pero una llamada lo hizo volver, era Kael.

—Hola Iol.

— ¿Qué quieres?

—Hacer negocios.

—Yo no hago negocios con traidores.

— ¿Seguro?

—Sí.

—Y si te digo que encontré a tu amada valkiria, ¿tampoco negociarías?, —Cortó la llamada sin dejarlo responder y llenándolo de dudas, Iol había mordido el anzuelo—.

Entre El Amor  Y El Odio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora