Capítulo 90

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Caminó por el enorme salón del castillo y contempló una escena muy hermosa, Kilian y Krubscabia bailaban entre besos, abrazados y felices, parecía mentira verlos así, durante años Lilith vio sufrir cada desplante que el vanirio le hacía, pero ahora que los dos habían decidido darse una segunda oportunidad, no podía estar más contenta de que ese par estuviera junto, ¿algún día estaría ella así con Cesar?, suspiró ilusionada creando mil escenarios en su cabeza, tenía mucho por vivir, pero sobre todo, ya tenía con quién vivirlo, su cáraid, suyo, su príncipe azul había aparecido para llenarla de amor, o al menos eso esperaba ella, sus amigas encontraron a sus cáraids y unieron en la ceremonia de matrimonio celta, ella esperaba hacer lo mismo algún día.

Se retiró despacio del lugar, evitando hacer ruido y se dirigió a la habitación de César, golpeó pero nadie contestó, abrió la puerta y se coló en el lugar, había algo de desorden y ella optó por arreglar un poco, acomodó la cama y dobló la ropa que posteriormente guardó en los closets.

— ¿Qué haces aquí?, —Escuchó preguntar y se giró asustada chocando contra el pecho de su vanirio—.

—Lo siento, —Se disculpó nerviosa por tenerlo tan cerca—, yo,..., yo traía estas sábanas y arregle un poco tu cuarto, espero no haber sido inoportuna.

—No lo has sido, gracias, —La tomó del rostro y besó su frente, para luego juntarla con la suya—.

— ¿Tienes hambre?, ¿quieres que te traiga la cena?, he preparado tarta de chocolate.

—Sí, tengo hambre.

—Perfecto, en un momento te traigo la cena, —Dijo intentando irse, pero él no se lo permitió—.

—No es comida lo que quiero, —Le susurró cerca de los labios—, te quiero a ti, —La miró con los ojos desbordados de deseo y la besó, sentía una necesidad casi enfermiza por poder tener ese contacto con ella, por simple que este fuera, metió sus manos por su melena y la llevó a la cama, se sentó en el filo y la tomó por las caderas haciendo que quedara a horcajadas sobre él—.

Sentía que le faltaba la respiración y que perdía la noción cuando aquel vanirio seductor la besaba, se aferró a él deseosa de que continuara besándola, intentó con sus inexpertos labios corresponder a sus besos, pero no lo logró, a la final el terminó teniendo el control, se despegó de ella seduciéndola con la mirada y deslizó su lengua por el cuello hasta llegar a la yugular, hundió los colmillos sin previo aviso y bebió de ella hasta dejarla inconsciente.

Entre El Amor  Y El Odio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora