Capítulo 116

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La melodía terminó, pero eso poco o nada le importaba a él, no quería soltarla, no ahora que al fin la había encontrado, los dioses se habían burlado en su cara durante tres siglos negándole encontrar a su cáraid, y ahora que al fin la había encontrado tenía miedo de hundirla en su mundo de oscuridad.

Se aferró a él y dejó que la besara, su primer beso, un silencio sepulcral invadió el lugar al ver que a quién tanto molestaban estaba en el centro de la pista besando a un hombre tan guapo que hasta parecía irreal.

—Sheila, —Le susurró sobre los labios juntando su frente con la suya—, yo..., lo siento...,

—Por favor no digas nada, —Subió sus manos hasta su rostro buscando su mirada—, y tampoco huyas de mi.

—No está bien, tu...,

— ¿Qué?, ¿yo que Bruce?, —Alzó la mirada y pudo fijarse que todos los observaban en completo silencio—.

—Creo que es mejor que hablemos en un lugar más privado, —Dijo tomándola de la mano y llevándosela al jardín—, hace frío, es mejor que te pongas esto, —Se sacó la chaqueta y la puso sobre sus hombros—.

— ¿Quieres que hablemos de lo que pasó?

—Sí.

—Bruce, yo...

—No, —La interrumpió—, esto fue un error, yo..., yo no debí hacer eso.

—Bruce me gustas.

—Esto no está bien.

— ¿Por qué?

—Porque no.

—Por favor, podemos intentarlo y con el tiempo veremos si funciona o no, pero por lo menos intentémoslo.

—Tú no eres mujer para mí Sheila, —Sintió un nudo en su garganta al escucharlo decir esas palabras que ella estaba mal interpretando, y que no tardaron en hacerla sentir insignificante, tal vez no debía ver tan alto, porque siendo honesta el hombre que tenía al frente era tan guapo que podría tener a la mujer que deseara, que obviamente no era ella—.

—Entiendo, —Respondió tragándose las lágrimas y tratando de ser fuerte—, yo..., sabes, es algo tarde y es mejor que me vaya, gracias por la chaqueta, —Se la devolvió—, adiós, —Se despidió con una mirada tan triste que le oprimió el corazón—.

—Sheila espera, —La siguió y tomó del brazo-, no te vayas, -volvió a acercarla a él—.

—No, no está bien, yo...

—Eres una chica grandiosa, —Le soltó—, eres dulce y bondadosa pero...

—Pero no te gusto.

—Me gustas, pero..., Sheila tienes solo dieciocho años y yo treinta y ocho, —"Trescientos treinta y ocho", se repitió mentalmente así mismo—, soy mayor a ti con veinte años.

— ¿Y?

— ¿Cómo que y?, ¿es que acaso no te importa mi edad?

—No.

—Estar conmigo no sería fácil.

—No me importa.

—Sheila, —La estrechó entre sus brazos—, no quiero que sufras.

—No sufriré si tú no haces que sufra.

—Ángel, yo no puedo ofrecerte un mañana.

—No importa el mañana, importa el ahora, por favor, —Pidió—, solo dame una oportunidad, —Buscó su mirada tratando de dar una respuesta a su suplica y volvió a besar sus labios, buscando así dar algo de luz a su atormentada alma que solo buscaba ser amada—.

Entre El Amor  Y El Odio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora